martes, 25 de agosto de 2015

Beato Luis Urbano Lanaspa - Beata María Troncatti - Beatos Miguel Carvalho, Pedro Vázquez, Luis Sotelo, Luis Sasanda y Luis Baba 25082015

Beato Luis Urbano Lanaspa

image Saber más cosas a propósito de los Santos del día


Beato Luis Urbano Lanaspa, presbítero y mártir
En Valencia, en España, beato Luis Urbano Lanaspa, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que afrontó una gloriosa prueba por Cristo.
Luis Urbano Lanaspa nació en Zaragoza el 3 de junio de 1882. Cursó los primeros estudios en las Escuelas Pías de su ciudad natal, y a los 14 años ingresa en el seminario diocesano para hacer los estudios de filosofía, y ejerce el cargo de sacristán en el Monasterio de Santa Inés, de monjas dominicas. Pero prefiere vivir su futuro sacerdocio en la vida religiosa e ingresa en la Orden de Predicadores, tomando el hábito el 30 de octubre de 1898 en Padrón, La Coruña. Hecha la profesión religiosa, pasó por los conventos de Corias, Asturias, y San Esteban, de Salamanca. Se ordenó sacerdote el 22 de septiembre de 1906. Había simultaneado la carrera eclesiástica con la de Ciencias Físicas, en las que se doctoró en la Universidad Central de Madrid. En 1912 es uno de los religiosos que se ofrecen para la restauración de la Provincia dominicana de Aragón, y es destinado a Valencia, donde despliega su actividad como predicador, profesor, editor, director de almas y promotor de la beneficencia social. Acompañando al cardenal Juan Bautista Benlloch, legado pontificio, visita Santiago de Chile, Perú y Ecuador como orador sagrado. La Orden le da el título de predicador general y el rey Alfonso XIII lo nombra «Predicador de Su Majestad». La Orden le da el título de «Maestro en Teología». Promueve la fundación del colegio-asilo de San Joaquín y de la policlínica de San Vicente Ferrer. El día 19 de julio de 1936 se ve obligado a dejar el convento, alojándose con familias amigas, hasta que el 25 de agosto es arrestado y aquella misma tarde fusilado. Fue beatificado el 11 de marzo de 2001 por el papa Juan Pablo II en la ceremonia conjunta de los 233 mártires de la persecución religiosa en Valencia.
fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003



Beata María Troncatti

image Saber más cosas a propósito de los Santos del día


Beata María Troncatti, virgen
En Sucúa, en la provincia de Morona Santiago, Ecuador. beata María Troncatti, religiosa de las Hermanas de María Auxiliadora (Hermanas Salesianas), que se entregó al servicio de las poblaciones de la selva, en la evangelización y en la promoción humana.
María Troncatti nació en Cortegno Golgi, Brescia, Italia, en 1883. Ingresó en el Instituto de las Hermanas Salesianas del lugar, e hizo su primera profesión en 1908. Llegada la primera Guerra Mundial trabajó como enfermera de la Cruz Roja, lo que le permitió adquirir una experiencia que le sería muy util en su vida apostólica.
En 1922 parte como misionera al Ecuador, y comienza allí junto a otras hermanas la labor evangelizadora entre el pueblo Shuar (llamados a veces jíbaros). En esta tarea enfrentaron peligros de toda clase, humanos y naturales, pero fueron implantando a la vez el Evangelio y la vida en ciudades, que florecen hoy: Macas, Sevilla de Don Bosco, Sucúas y otras.
Sor María murió en un trágico accidente aéreo en Sucúa, el 25 de agosto de 1969. Sus restos descansan en Macas, en la provincia de Morona Santiago, donde se realizó la multitudinaria ceremonia de beatificación, el 24 de noviembre de 2012, en una ceremonia presidida, en representación de SS. Benedicto XVI, por el Card. Angelo Amato.


Beato Miguel Carvalho

image Saber más cosas a propósito de los Santos del día


Beatos Miguel Carvalho, Pedro Vázquez, Luis Sotelo, Luis Sasanda y Luis Baba, religiosos mártires
En Shimabara, de Japón, beatos mártires Miguel Carvalho, de la Compañía de Jesús; Pedro Vázquez, de la Orden de Predicadores; Luis Sotelo y Luis Sasanda, presbíteros, y Luis Baba, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, que fueron quemados vivos a causa de su fe en Cristo.
El beato Miguel Carvalho, nacido en Braga (Portugal), en 1577, ingresó al noviciado de la Compañía de Jesús veinte años después y, en 1602, a pedido suyo, fue enviado a la India. Allá, en el Colegio de Goa, se mostró tan útil para la enseñanza que, por obediencia, se quedó quince años, preparando a otros para el trabajo de las misiones que él tanto anhelaba desempeñar. Cuando por fin pudo realizar sus deseos, emprendió una travesía extremadamente accidentada (el barco naufragó en Malaca; desde ahí, el sacerdote pudo llegar a Macao, pero entonces se le llamó para que regresara a Manila, en las Filipinas) y, tras muchas peripecias, tocó tierras japonesas con el disfraz de soldado. A pesar de la persecución, se las arregló para ejercer su ministerio entre los cristianos de la isla de Amakusa, frente a Nagasaki. Cierta vez, cuando acudió a un llamado para oír confesiones en otra provincia, fue traicionado por un espía y capturado. Durante más de un año estuvo en la prisión, encadenado y con grilletes, pero se las arregló para enviar cartas -algunas de las cuales se conservan todavía- para poner de manifiesto, tal vez involuntariamente, su ardiente deseo de entregar la vida a la causa de la fe, en cualquier forma que los perseguidores pudieran inventar.

Su reclusión fue compartida por el sacerdote dominico español beato Pedro Vázquez y por tres franciscanos que se llamaban Luis: el japonés, beato Luis Sasanda (cuyo padre, Miguel, también fue mártir) ingresó a la Orden de Frailes Menores en México y fue ordenado sacerdote en Manila, en 1622; el beato Luis Baba era un catequista japonés que había estado en Europa con el padre Sotelo, en el viaje que seguidamente comentaremos; en realidad no era franciscano, pero vestía el hábito de esos monjes en la prisión.

El beato Luis Sotelo era un hombre muy notable y un misionero muy hábil. En 1603 llegó al Japón y, después de haber predicado ahí durante diez años para obtener gran número de conversiones y abrir vastos territorios vírgenes a la enseñanza del Evangelio, emprendió un viaje: el poderoso daimyo Date Masainune envió al sacerdote junto con Hasekura Rokuyemon a la cabeza de una numerosa delegación, para entrevisar al rey de España y al Papa Paulo V. Al pasar por México en ruta hacia Europa, el Sábado de Gloria de 1614, setenta y ocho miembros de la delegación recibieron el bautismo (después, todos ellos renegaron de la fe). El padre Sotelo acompañó a los embajadores durante todo su recorrido por España e Italia, desempeñando una tarea que requería mucho tacto y que mereció elogios para el sacerdote franciscano, ya que la misión de la embajada comprendía importantes consideraciones tanto eclesiásticas como de la política secular (esta última vis-á-vis de la dominación de los holandeses en el Lejano Oriente). Pero el padre Sotelo se detuvo en México a su regreso y no volvió al Japón hasta 1622, cuando la persecución alcanzaba su punto culminante; dos años después obtuvo la corona del martirio.

Los cinco fueron quemados vivos lentamente en Simabura, el 25 de agosto de 1624. Fueron beatificados en el conjunto de 205 mártires de la persecución religiosa en Japón el 7 de julio de 1867, por el papa Pío IX.

Artículo del Butler-Guinea sobre los mártires del Japón; las partes se encuentran en los días 5 de febrero, 1 de junio y 10 de septiembre.

fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI




 
©Evangelizo.org 2001-2015

No hay comentarios:

Publicar un comentario