miércoles, 2 de septiembre de 2015

Beato Cayaso - San Habib de Edesa - San Antonino de Apamea - San Próspero de Tarragona 02092015

Beato  Cayaso

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Beato Gil de Cayaso, monje de San Martín de Castañeda, Bierzo. Fue abad del monasterio, pero renunció presto a su dignidad, retirándose con un hermano suyo al priorato de Cayaso, donde se ocupó muchos años en el ministerio parroquial. Murió hacia 1617.



San Habib de Edesa

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San Habib, diácono y mártir
En Edesa, en el territorio de Osroene, en Mesopotamia, san Habib, diácono y mártir, que en tiempo del emperador Licinio fue condenado a la hoguera por orden del prefecto Lisanias.
En la antigua edición del Martirologio Romano se celebraban conjuntamente, el 15 de noviembre, a los mártires Gurio y Samonas, así como a Habib, los tres de Edesa. La razón era que la passio afirmaba que eran amigos y que fueron enterrados juntos, pero Habib murió muchos años después, y en otra fecha, precisamente el 2 de septiembre, por lo que en la edición actual se encuentran en celebraciones separadas. Se venera a estos santos como «vengadores de los contratos que no se cumplen».

Según la leyenda, Gurio y Samonas fueron encarcelados durante la persecución de Diocleciano, hacia el 305. Como se negasen a sacrificar a los dioses, se los colgó de una mano y se les ataron pesas en los pies. Después, estuvieron tres días en una horrible mazmorra, sin comer ni beber. Cuando los sacaron de ahí, Gurio estaba agonizante. Samonas fue torturado cruelmente otra vez, pero permaneció firme en la fe. Ambos murieron decapitados.

La persecución de Dioclesiano terminó en el 306, pero algunos años más tarde se alzó una nueva persecución en Oriente, esta vez por el emperador Licinio Valerio. Hacia el año 322, un diácono de Edesa llamado Habib se escondió durante la persecución, pero al fin se entregó para ganar la corona del martirio. El magistrado ante el que se presentó, hizo el intento de persuadirle a que abjurase de la fe y escapase con vida, pero Habib se negó a ello. Así pues, fue sentenciado a la hoguera. Su madre y otros parientes le acompañaron al sitio de la ejecución. Los verdugos le permitieron que les diese el beso de paz antes de arrojarle a las llamas. Los cristianos recogieron el cuerpo del mártir, que no se había consumido, y lo sepultaron junto a sus amigos, Gurio y Samonas.

Existen varias versiones griegas del martirio de San Gurio y sus compañeros; véase el catálogo de Biblioteca Hagiográfica Griega, nn. 731-736. Además, hay también algunos textos orientales en sirio (uno de cuyos fragmentos más antiguos fue descubierto por Efrén Rahmani) y una versión armenia. Parece indudable que el original estaba escrito en sirio. E. von Dobschütz estudió muy a fondo la cuestión en Texte und Untersuchungen, vol. XXXVII, pte. 2; véase el comentario de esa obra en Analecta Bollandiana, vol. XXXI (1912), pp. 332-334. El hecho del martirio está fuera de duda, pues el Breviario Sirio dice: «En la ciudad de Edesa, los confesores Shamona y Gurio». Jacobo de Sarug predicó una homilía en honor de estos mártires.
Artículo del Butler-Guinea con algunas modificaciones. Se conserva el mismo para las dos fechas.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI


San Antonino de Apamea

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San Antonino, mártir
En Apamea, lugar de Siria, san Antonino, mártir de la fe, de quien se dice que los paganos lo mataron por destruir ídolos gentiles cuando tenía veinte años de edad.
De acuerdo con la leyenda oriental, Antonino era un tallador de piedra sirio que con un extraordinario desinterés reconvino a los idólatras de su ciudad natal por adorar imágenes de piedra. Después de aquel acto impetuoso, salió apresuradamente de la ciudad y se refugió en la celda de un ermitaño con el que vivió durante dos años. Entonces decidió regresar a la ciudad y tuvo el desconsuelo de advertir que los habitantes aún rendían culto a los falsos dioses, por lo cual adoptó una actitud más enérgica todavía: entró a los templos y arrojó por tierra a los ídolos. Después, huyó más que de prisa de la ciudad y se refugió en Apamea. Allí, el obispo le dio instrucciones para que construyera una iglesia, a lo que accedió Antonino. Pero, apenas comenzada la obra, los paganos se enfurecieron a tal punto que, tras de organizar un tumulto para acabar con la construcción, asesinaron a Antonino, que ni siquiera trató de defenderse. El santo no tenía más de veinte años de edad.

Se tiene entendido que este Antonino mártir es el que figura en el Martirologio Romano como sacrificado en Pamiers, donde existen leyendas locales sobre él. Algunas de sus supuestas reliquias fueron trasladadas a Palencia, España, ciudad ésta de la que el santo es patrono y que tiene su propia versión sobre la leyenda de Pamiers, en la que el santo es, además, diácono (lo que explica muchas de sus representaciones iconográficas). El nombre de san Antonino se asocia con los de san Almaquio y san Juan, de quienes se supone que sufrieron con él. También hay otro error en relación con Capua, donde se venera, el 3 de Septiembre, a un «niño san Antonino» junto con san Aristeo. A raíz de la mención de este mártir en el martirologio más antiguo de cuantos se conocen, el Hieronymianum, surgieron grandes confusiones.

Delehaye (Comentario sobre el Martirologium Hieronymianum, pp. 484-486) señala que, sin duda, hubo un auténtico culto al Antonino de Apamea, que es mencionado por Teodoreto, entre otros. Al mártir se le honra, sin embargo, en los sinaxarios griegos, el 9 de noviembre. Véase también a Fr. Delehaye, Saints et Reliquaires de Apamée, en Analecta Bollandiana, vol. III (1935), pp. 225 y ss.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI


San Próspero de Tarragona

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can.: culto local
país: España - †: s. IV/V



En Tarragona, de Hispania, san Próspero, obispo.

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