San Justo de Lyon | |
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San Justo de Lyon, monje y obispo
En Lyon, en la Galia, sepultura de san Justo, obispo, que renunció al obispado a raíz del concilio de Aquilea y se retiró, junto con san Viator (Viador), lector, a un desierto de Egipto, donde convivió durante algunos años con monjes de vida ascética. Los restos mortales de ambos fueron trasladados después a Lyon.
San Justo nació en el Vivarais. Cuando era diácono de Vienne, fue elegido obispo de Lyon. Su gran celo le llevaba a censurar enérgicamente cuanto merecía reprobación. En el sínodo de Valence (374), demostró ampliamente su amor a la disciplina y el buen orden. El año 381, san Justo asistió con otros dos obispos de la Galia al sínodo de Aquilea, que se ocupó principalmente de combatir el arrianismo. San Ambrosio obtuvo en el curso de aquél sínodo la deposición de dos obispos arrianos. El santo profesaba particular respeto a san Justo, como lo prueban dos cartas que le escribió para consultarle acerca de ciertas cuestiones bíblicas.
Un asesino que había apuñalado a dos personas en las calles de Lyon, se refugió en la catedral. San Justo le entregó a las autoridades, a condición de que no le quitasen la vida, pero el pueblo se apoderó del asesino y le dio muerte. El santo obispo se sintió responsable de ese asesinato y pensó que ello le hacía inepto para el servicio del altar; por otra parte, desde tiempo atrás, deseaba retirarse a servir a Dios en la soledad y tomó el incidente como pretexto para renunciar a su sede. El pueblo no quería dejarle partir pero, a la vuelta del sínodo de Aquilea, san Justo abandonó una noche a su comitiva y huyó a Marsella, de donde se embarcó rumbo a Alejandría, con un lector llamado Viator.
En Egipto vivió, sin ser reconocido, en un monasterio; pero fue finalmente descubierto por un habitante de la Galia que había ido a visitar los monasterios de la Tebaida. Inmediatamente, el pueblo de Lyon envió a un sacerdote para que le trajese consigo, pero el santo no se dejó convencer. Antíoco (quien sucedió a san Justo en el gobierno de la sede Lyon) determinó ir a acompañar en la soledad a su predecesor, quien murió poco después en sus brazos, el año 390. Su cuerpo fue trasladado a Lyon y sepultado en la iglesia de los Macabeos, que más tarde tomó su nombre. San Viator murió algunas semanas después que su maestro. Su nombre figura también en el Martirologio Romano, donde se conmemora asimismo la traslación del cuerpo de los dos santos, que es esta fecha del 2 de septiembre.
En Acta Sanctorum, vol. I (2 de sept.), hay una biografía muy antigua de san Justo, que parece sustancialmente fidedigna. El nombre de san Justo figura en cinco fechas diferentes en el Hieronymianum (cf. Comentario sobre el Martirologium Hieronymianum, pp. 566-567), lo cual demuestra la popularidad de su culto. Sidonio Apolinar describe en una carta el entusiasmo con que el pueblo acudía al santuario de san Justo el día de su fiesta. Véase también Duchesne, Fastes Episcopaux, vol. II, p. 162; Coville, Recherches sur l' histoire de Lyon (1928), pp. 441.445.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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San Siagrio de Autun | |
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San Siagrio de Autun, obispo
Se supone que san Siagrio era de origen galo-romano. Hacia el año 560 fue elegido obispo de Autun. Su influencia se dejó sentir tanto en los concilios como en la reforma de la vida cristiana del pueblo. El santo tuvo que encargarse del delicado asunto de restablecer la paz en el convento de la Santa Cruz de Poitiers, donde dos religiosas se habían rebelado contra la abadesa. Como la tarea era demasiado difícil, san Siagrio pidió ayuda a otros obispos, y finalmente las rebeldes fueron excomulgadas por un sínodo. A lo que parece, esa experiencia desagradable volvió muy cauto a san Siagrio, ya que algunos años más tarde le reprendió el papa san Gregorio Magno por no haber impedido que una religiosa (¡llamada Siagria!) fuese raptada y contrajese matrimonio. Sin embargo, dicho Pontífice dio repetidas muestras de la estima que profesaba por la virtud y habilidad de san Siagrio. Así, por ejemplo, cuando envió a Inglaterra a san Agustín y otros misioneros, les recomendó a san Siagrio, quien les brindó hospedaje. Además, aunque Siagrio era simplemente obispo, el Pontífice le autorizó a llevar al palio, a petición de la reina Brunilda. El rey Gontrán, quien le apreciaba mucho, le escogió por compañero de viaje cuando fue el bautismo de Clotario II, que tuvo lugar en Nanterre el año 591.
Ver Acta Sanctorum, agosto, vol. VI ; y Duchesne, Fastes Episcopaux, vol. II, p. 173.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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Santos Alberto y Vito | |
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En Póntida, en el territorio de Bérgamo, en Lombardía, santos Alberto y Vito, monjes. El primero, después de posponer armas y honores mundanos por seguir a Cristo, fundó un monasterio en la propia ciudad según las costumbres cluniacenses, y el segundo gobernó dicho monasterio.
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