San Jerónimo Hermosilla

Santos Jerónimo Hermosilla, Valentín de Berriochoa y Pedro Almató Ribeira, mártires
En la ciudad de Hai Duong, en Tonquín, santos mártires Jerónimo Hermosilla y Valentín de Berriochoa, obispos, y Pedro Almató Ribeira, presbítero de la Orden de Predicadores, que fueron decapitados por orden del emperador Tu Duc.
Jerónimo Hermosilla y Aransáez
Obispo (1800-1861), nació en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja, España) y es hijo del convento dominico de Valencia. Destinado inicialmente a Mnila, en Filipinas, fue luego vicario provincial de la misión y obispo sucesor de san Ignacio Delgado (1841), en Tonkin. Tuvo una gran personalidad física y moral y fue admirable misionero. Murió decapitado en Hai-Duong el 1 de noviembre de 1861. Su cuerpo se venera desde 1906 en la catedral de Santo Domingo de la Calzada.
Valentín de Berriochoa
Obispo (1827-1861), nació en Elorrio (Vizcaya, España) y es hijo del convento dominico de Ocaña. Era de extraordinaria jovialidad, entereza y piedad. Se cuenta que antes de partir hacia las misiones, en un punto del camino, en el mojón último de su pueblo, bailó el aurresku -una danza vasca ceremonial-, como despedida. También estuvo destinado inicialmente a Manila, pero fue luego nombrado obispo de Centuria, sucesor de san Melchor García Sampedro (1858). Fue pronto apresado y murió decapitado el 1 de noviembre de 1861 en Hai-Duong. Su cuerpo se venera desde 1886 en la iglesia parroquial de Elorrio. Es copatrono de la diócesis de Bilbao.
Pedro Almató y Ribera
Presbítero (1830-1861), nació en San Feliú de Saserra (Barcelona, España) y es hijo del convento de Ocaña. Fue compañero de apostolado y de virtudes de san Valentín de Berrio-Ochoa y con él murió decapitado el 1 de noviembre de 1861 en Hai-Duong. Sus reliquias se perdieron en Vic en 1936.
Datos biográficos tomados del Colegio Academia de Humanidades de los PP Dominicos de Colombia y de la hoja informativa del seminario de la diócesis de Calahorra, La Calzada y Logroño.
Beato Ruperto Mayer

Beato Ruperto Mayer, religioso presbítero
En Munich, en la región de Baviera, en Alemania, beato Ruperto Mayer, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús, que fue celosísimo maestro de los fieles, ayuda para los pobres y obreros, y predicador de la palabra de Dios. Sufrió persecución bajo el nefasto régimen nazi, durante el cual le deportaron primero a un campo de concentración y después fue recluido en un monasterio, totalmente incomunicado con sus fieles.
En su primera audiencia pública, concedida a cinco mil compatriotas alemanes, 25 de Abril, 2005, el Papa Benedicto XVI presentó como ejemplo de vida al Beato Rupert Mayer (1876-1945), sacerdote que con su vida desafío al nazismo y fue internado en un campo de concentración.
Nacido en Stuttgart, el 23 de enero 1876, entró en la Compañía de Jesús en 1890. Fue capellán de inmigrantes y ayudó espiritualmente a los soldados en la primera guerra mundial, donde quedó herido. Por este motivo, se le amputó la pierna izquierda. Reanudó su ministerio dedicándose a los pobres y a la dirección de la Congregación Mariana de Múnich.
El padre Mayer fue uno de los primeros que comprendieron la naturaleza del movimiento hitleriano y desde 1923 afirmó que un católico no podía adherir al nacionalsocialismo. Cuando en 1933 Hitler llegó al poder, siguió manteniendo públicamente sus ideas, motivo por el cual fue encarcelado en 1939 y encerrado en el campo de concentración de Sachsenhausen.
Dado que su salud empeoró gravemente, los nazis, por miedo a que su muerte en el campo de concentración hiciera de él un mártir, le internaron en la abadía de Ettal. Murió en 1945, en Múnich, a causa de un derrame cerebral mientras predicaba. Juan Pablo II le beatificó en esa ciudad el 3 de mayo de 1987. Su tumba que se encuentra en Múnich es hoy un lugar de oración.
fuente: Corazones.org
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