domingo, 1 de marzo de 2015

San Rosendo Obispo - Beata Juana María Bonomo - Santa Inés Cao Kuiying 01032015

domingo 01 Marzo 2015

San Rosendo Obispo

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Obispo y abad   Nació Rosendo el 26 de noviembre del 907. Lo bautizó Sabarico, tío paterno del recién nacido. Ante el acontecimiento, agradecidos los padres, intensifican las buenas obras construyendo y dotando monasterios.
Es nombrado Obispo cuando sólo tiene dieciocho años, en el 925. Sucede a su tío Sabarico en la sede de Mondoñedo. Pide al Señor la paz que buena falta hacía entre su pueblo. Se gana la confianza de los abades del entorno, dirime contiendas entre los nobles, soluciona pleitos, reconcilia penitentes y aconseja en las dudas; también apaga rencores, cura las heridas de la envidia tan presente en todos los tiempos, pacifica matrimonios, sofoca conspiraciones y serena ánimos inquietos.
Abundando en el influjo social, contribuye poderosamente en la abolición de la esclavitud.      Pero en el año 955 le llega una orden un tanto extraña del rey Ordoño III. Ahora comienza a ser, además de obispo, militar y político de su tiempo. Luego, los normandos invadieron, en el 968 y por mar, las costas de su territorio; los expulsa de sus feudos mandándoles a don Gonzalo.
La sede de Santiago queda vacante en ese tiempo y es la infanta Margarita, tutora del rey don Ramiro III, quien le insta para que la acepte. Cuida de nuevo del clero, rehace monasterios, atiende a los fieles, asegura aspectos civiles de los bienes eclesiásticos, asiste al concilio de León acompañado por san Pedro de Mezonzo e impregna de dinamismo apostólico a los a los clérigos y a los monjes. Pudo pasar los tres últimos años de su vida en el monasterio de Celanova, rezando, predicando y dando ejemplo.  Murió el 1 de marzo del 977.







Oremos

Señor, tú que por la predicación de san Rosendo llamaste a nuestros padres a la luz admirable del Evangelio, te pedimos que, por su intercesión, nosotros crezcamos también en tu gracia y en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Que vive y reina contigo. 





Calendario de  Fiestas Marianas: Nuestra Señor de la Cruz (Della Croce) Crema,  Italia (1873)



Beata Juana María Bonomo



Beata Juana María Bonomo, abadesa
En el monasterio de Bassano, en la región de Venecia, beata Juana María Bonomo, abadesa de la Orden de San Benito, que, dotada de místicos carismas, experimentó en el cuerpo y en el alma los dolores de la Pasión del Señor.
Nació en Asiago, al norte de Italia, el 15 de agosto de 1606, de Juan, comerciante rico, cuya familia tenía posesiones no sólo en Asiago sino en los pueblos vecinos, y de Virginia, de la noble familia de los Ceschi de Borgo Valsugana, y recibió el nombre de María. La beata tenía apenas seis años cuando murió su madre, en 1612, y en 1615 su padre la condujo al monasterio de Santa Clara en Trento, cuyas monjas clarisas proveyeron a la joven de una educación conforme a los cánones de la época: religión, literatura, música, labores de punto y danza.
Fuera de lo que se acostumbraba en aquellos tiempos, fue admitida a los nueve años a la primera comunión, y en aquella ocasión María pronunció un voto de virginidad perpetua, al que se mantuvo fiel de por vida. A los doce años le escribió a su padre su voluntad de hacerse monja clarisa y de permanecer en Trento. Juan Bonomo en principio obstaculizó cuanto pudo la vocación de su hija, e incluso la hizo volver a Asiago para prepararla al matrimonio, pero al fin consintió el deseo de su hija, aunque se reservó la elección de la orden y el monasterio. Fue novicia en el monasterio donde se había educado, y los domingos acompañaba la misa con su violín, reuniendo en la parte exterior de la iglesia, fuera de la clausura, a numerosas personas.
Finalmente, a los quince años, el 21 de junio de 1621, entró al monasterio benedictino de san Jerónimo, en Bassano. Le fue impuesto el nombre de Juana María, y el 8 de septiembre de 1622 hizo la profesión de votos de castidad, pobreza y obediencia. Su vida estuvo constelada de visiones celestiales, y por cerca de siete años tuvo "muchas gracias" y pudo gozar de alegrías celestiales, sobre todo en las frecuentes experiencias místicas, que se volvían especialmente intensas al recibir la Comunión. Sin embargo el privilegio de llegar al culmen de la experiencia divina en el diálogo con el Salvador, comportó la prueba de grandes tribulaciones, tanto en el cuerpo como en el espíritu.
La fama de santidad que se difundía, le suscitó la oposición de algunas hermanas, del confesor y de la curia de Vicenza, que por siete años le prohibió acercarse al locutorio del monasterio y escribir cartas. Su propio confesor la consideraba "loca", y llegó al punto de prohibirle la Comunión. En este período fue atacada también de enfermedades físicas: fiebres periódicas y luego continuas, ciática, etc.
La situación cambió en los últimos veinte años de su vida. Le fue permitido responder la correspondencia, y en 1652 fue elegida abadesa. En 1655 fue elegida priora, hasta el 1664, cuando fue elegida nuevamente abadesa. Enseñó a las monjas que la santidad no consiste en hacer grandes cosas, sino en cumplir perfectamente con las cosas simples y comunes. Muchos, incluso entre la nobleza, recurrían a ella en busca de consejo, y muchos necesitados se beneficiaban de su caridad, que, junto con la humildad y la heroica paciencia, fue de las virtudes características de su vida.
Llena de méritos, aunque también de dolores, entregó su alma en Bassano, el 1 de marzo de 1670. Muchas curaciones fueron atribuidas a su intercesión, y en 1699 fue introducido el procesos de beatificación, que concluyó en 1783 con la elevación a los altares. El último prodigio que se verificó en su país natal durante la primera gran guerra fue que, a pesar de los furiosos bombardeos que destruyeron todo Asiago, la estatua a ella dedicada en 1908 frente a su casa natal permaneció intacta.

fuente: Santi e Beati




Santa Inés Cao Kuiying

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Santa Inés Cao Kuiying, catequista mártir
En la ciudad de Xilinxian, en la provincia china de Guangxi, santa Inés Cao Kuiying, mártir, quien, casada con un marido violento, tras la muerte de éste se entregó, por encargo del obispo, a la enseñanza de la doctrina cristiana, lo que la llevó a ser recluida en una cárcel y sufrir crudelísimos tormentos, tras lo cual, confiando siempre en el Señor, pasó a los festines eternos.
Inés Cao Kuiying nació en la aldea de Wujiazhai en la provincia de Guizhou aproximadamente en 1821, de una familia católica de Sichuan. Sus padres murieron, y ella fue a trabajar a la ciudad de Xingyi, donde conoció a una mujer católica que le permitió vivir en su casa. Allí conoció al obispo Bai, que la entusiasmó con la profundización de la fe en al parroquia local, en lo que hizo rápidos progresos.
A los 18 años se casó con un granjero del lugar, pero el hermano de este y su esposa la maltrataban y no le daban de comer. Dos años más tarde murió su marido, y fue echada de la casa. Trabajó entonces algún tiempo como doméstica, para tener un lugar donde vivir, pero enseguida una viuda católica la invitó a vivir con ella. Era una mujer también versada en el conocimiento de las Escrituras y de las enseñanzas de la Iglesia, y junto a ella Inés realizó grandes y rápidos progresos espirituales.
Un día, cuando san Agustín Chapdelaine estaba en al casa de visita, descubrió lo bien que conocía Inés la fe y la invitó a hacerse cargo de un trabajo misionero en Guangxi: enseñar el catecismo a unas 30-40 familias del lugar. En el invierno de 1852 se trasladó a la ciudad de Baijiazhai en Xilan, lugar del que hizo su "cuartel general". Enseñaba catecismo de un lugar a otro, así como también a cocinar y llevar una casa, y durante su tiempo libre, realizaba trabajos de niñera.
Cuando ella estaba ayudando en Yaoshan, en 1856, fue detenida junto con otros muchos; los demás fueron puestos enseguida en libertad pero ella no, fue mantenida en prisión junto con un sacerdote, el P. Ma, que murió en la cárcel. El magistrado del lugar utilizó primero la táctica de seducirla con palabras bonitas para conseguir que negara la fe, pero ella se mantuvo inconmovible. Luego la amenazó con la tortura, pero ella no demostró ningún miedo. Por último, el 27 de febrero, la encerró en una jaula tan pequeña que sólo podía permanecer en pie, pero su espíritu no claudicó. Oraba: "¡Dios, ten misericordia de mí, Jesús, sálvame!" Luego, el 1 de marzo, gritó con fuerte voz: "¡Dios mío, ayúdame!", y expiró, a los 35 años de edad.
El papa León XIII la proclamó beata el 27 de mayo de 1900, y el papa Juan Pablo II la canonizó el 1 de octubre de 2000. Tiene una parroquia de la comunidad china dedicada a su nombre en Canadá.
Del web de esta parroquia hemos tomado la precedente información biográfica. En el original se dice que fue encerrada en la jaula el 22 de enero y murió el 25 de enero, sin embargo las fechas habitualmente aceptadas son las de finales de febrero y 1 de marzo.


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