Beato Carlomán de Montecasino | |
Beato Carlomán (18 agosto), hijo de Carlos Mantel, monje de Montecasino, 756.
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San Mamante de Cesarea | |
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San Mamante, mártir
En Cesarea de Capadocia, san Mamante o Mameto, mártir, que, siendo pastor de condición muy humilde, vivió solitario en los bosques con la máxima frugalidad y, por haber proclamado su fe en Cristo, consumó el martirio bajo el emperador Aureliano.
San Basilio y san Gregorio Nazianceno cuentan que san Mamés era un pastor de Cesarea de Capadocia que buscó desde la infancia el Reino de Dios con todas sus fuerzas y se distinguió por su fervor en el servicio divino. Según la tradición oriental, san Mamés soportó con intenso gozo espiritual los más crueles tormentos que le infligieron los perseguidores y alcanzó la corona del martirio. Fuera de la historicidad de su existencia, de su oficio de pastor y del sitio de su martirio, no sabemos nada sobre él.
Entre las leyendas asociadas con san Mamés hay una que recuerda la de Orfeo. El santo huyó de los «lobos» de la ciudad y vivió apaciblemente entre los animales salvajes, alimentándose de leche y miel. Cuando los perseguidores arrojaron al mártir a las fieras, éstas se acercaron mansamente a él, como ovejas que reconocen a su pastor, «se tendieron a sus pies y le mostraron su afecto moviendo regocijadamente la cola». Más tarde, «un león colosal» vio a san Mamés cargado de cadenas y se acercó a lamerle los pies. Cuando los soldados intentaron aproximarse al santo, el león los metió entre sus fauces y los depositó a los pies del santo. Entonces, san Mamés ordenó al león que se retirase a su madriguera; la fiera obedeció «llorando y suspirando».
Está fuera de duda que San Mamés fue un santo muy popular; basta con leer el panegírico de san Basilio y las alusiones de san Gregorio Nazianceno para comprender la devoción que le profesaban.
Véase Delehaye, Origines du culte des martyrs, p. 174, y Passions des Martyrs et les genres littéraires, pp. 198-200; y Analecta Bollandiana, vol. LVIII (1940), pp. 126-141.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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San Eusebio de Sicilia | |
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San Eusebio, papa y confesor
En la región de Sicilia, muerte de san Eusebio, papa, valeroso testigo de Cristo, que fue deportado por el emperador Majencio a esta isla, donde dejó la patria terrena para merecer la celestial; trasladado su cuerpo a Roma, fue enterrado en el cementerio de Calixto.
Eusebio nació en Grecia y era hijo de un médico. Fue elegido para suceder al Papa San Marcelo; pero su pontificado duró apenas unos meses, desde abril de 309 hasta agosto de 309. El pontificado de San Marcelo se había visto turbado por el problema del trato que debía darse a los que habían apostatado durante la persecución de Diocleciano. Un tal Heraclio y sus seguidores se opusieron al Pontífice; muy probablemente Heraclio era uno de los que habían apostatado y quería ser admitido nuevamente en la comunión de la Iglesia sin penitencia alguna. Una inscripción del papa san Dámaso en la tumba de san Eusebio, quien fue sepultado en el cementerio de Calixto, recuerda que la disputa se prolongó hasta el pontificado de nuestro santo y produjo numerosos desórdenes y pleitos en la Iglesia de Roma. A lo que parece, los «lapsi» o apóstatas intentaron introducirse por la fuerza en las reuniones de los fieles. El tumulto fue tan grande, que el emperador Majencio desterró a san Eusebio y a Heraclio de la ciudad. El Pontífice se trasladó a Sicilia, donde murió poco después. Como el destierro fue una consecuencia de la firmeza con que exigió el cumplimiento de los cánones, el pueblo cristiano le veneró como mártir en una época. San Dámaso le da también el título de mártir.
Acta Sanctorum, septiembre, vol. VII; Líber Pontificalis (ed. Duchesne), vol. I, p. 167; y J. Carini, I lapsi e la deportazione in Sicilia del Papa S. Eusebio (1886).
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