lunes, 16 de noviembre de 2015

Dificultades para el crecimiento con inclusión (Leonardo Boff)

Dificultades para el crecimiento con inclusión

2004-12-17


  El Gobierno brasileño escogió para 2005 el lema «crecimiento económico e inclusión social con democracia». El propósito es sincero y honesto. ¡Cómo desearíamos que así sea! Pero analizando la agenda se nota la falta de una perspectiva crítica de fondo sobre las dificultades que se esconden tras del crecimiento económico. La visión que se tiene del problema es anticuada, no ha incorporado la crítica de los últimos 30 años.
Hay que tener en cuenta que hace cuatro siglos que el «crecimiento» representa la ideología dominante en todas las sociedades llamadas modernas. Dicha ideología se construyó sobre un supuesto: que los recursos de la naturaleza y el crecimiento hacia adelante serían ilimitados. Pero ese supuesto es ilusorio: los recursos son limitados, pues escasean cada vez más, y el crecimiento hacia delante también es limitado, porque si lo extendiésemos a toda la humanidad, necesitaríamos tres Tierras semejantes a la nuestra, lo que es evidentemente absurdo. La historia de estos cuatro siglos ha mostrado que, dejado a su lógica interna, el crecimiento implica explotar a las clases, crear perversas desigualdades sociales, someter países, devastar la naturaleza y, hoy, poner en riesgo la sostenibilidad de la Tierra.
Pongamos el ejemplo del agronegocio más agresivo. Avanza matando y talando, destruyendo la biodiversidad, obstruyendo manantiales y riachuelos, envenenando suelos, contaminando aguas, expulsando del campo y del bosque a los pueblos. Da empleo a poca gente, pues utiliza técnicas avanzadas controladas incluso por satélite, y benefica a pocas empresas nacionales y transnacionales, que destinan sus productos a la exportación. En 2004 absorbió el crédito de 39 mil millones de dólares, mientras la agricultura familiar, responsable del 60% de lo que comemos, recibió sólo 7 mil millones. Y lo que es más grave: bloquea el desarrollo social. Márcio Pochman, uno de los investigadores que más entiende de ccrecimiento y empleo en Brasil, nos ha proporcionado los datos: entre 1980 y 2000 las familias ricas en Brasil pasaron de 1’8% a 2’4%. El ingreso medio de las familias ricas comparado con la media del total de las familias pasó de 10 a 14 veces mayor. Por la lógica de las cosas, esta proporción actualmente se habrá mantenido, incluso agravado. El empleo ha aumentado, pero el 54% de los nuevos empleados reciben como máximo 1’5 salarios mínimos, salarios de pobreza. Quiere ello decir: el crecimiento económico por sí solo beneficia a aquellos que ya tienen, a costa de aquellos que no tienen. Por ese camino no hay posibilidad de inclusión social. Necesitamos signos que apunten a rumbos nuevos de una economía que realmente sea capaz de incluir.
Para ello tenemos que partir de otro pensamiento. No podemos ya tratar la naturaleza y la Tierra como un baúl de recursos, pues esa actitud puede destruir las condiciones mismas de la vida. Tenemos que asumir estratégicamente la ecología (que no es el «medio ambiente», sino el «ambiente entero»), que nos enseña que todos somos interdependientes, que la relación para con la Tierra no puede ser sólo de explotación sino de respeto y cooperación, que la persona humana es el primer destinatario del desarrollo. Siempre la Tierra cuido de nosotros, dándonos todo lo que necesitábamos. Pero la herimos tanto que ahora nos toca a nosotros cuiidar de ella para que pueda continuar cuidándonos. Concretamente: el ministro de Hacienda Palocci necesita incorporar la perspectiva de la ministra del Medio Ambiente, Marina Silva. Sólo entonces será psosible un crecimiento verdadero, que pueda servir de base para un desarrollo con inclusión, ecológico y democrático.




http://servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=095

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