San Flavio Clemente, mártir
fecha: 22 de junio
†: 96 - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
†: 96 - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
En Roma, conmemoración de san Flavio
Clemente, mártir, a quien el emperador Domiciano, con el cual había compartido
el consulado, condenó bajo la acusación de ateísmo, aunque realmente fue por su
fe en Cristo.
refieren a este santo: Santa Domitila, San Ignacio de
Antioquía
Flavio Clemente, miembro de la ilustre familia
romana de los Flavios, era hijo de Flavio Sabino, hermano del emperador
Vespasiano. Casado con su pariente Flavia Domitila, tuvo con ella siete hijos.
Y el año 95 fue promovido a la dignidad de cónsul de Roma.
Su martirio se produjo en la persecución
de Domiciano, ante el cual, además, su familia había perdido el favor. La
acusación contra él fue de ateísmo, como se solía llamar al cristianismo por su
negativa a adorar a los dioses. Su martirio fue el año 96.
N.ETF: Para más detalles y bibliografía
sobre la cuestión del cristianismo en esta rama de la familia imperial romana
véase el artículo dedicado a santa Domitila en
este mismo santoral.
No debe confundirse a este santo con el importante Padre apostólico (pero no canonizado para la Iglesia latina) Tito Flavio Clemente o Clemente de Alejandría, autor de obras que son fuentes fundamentales del conocimiento del paleocristianismo (Pedagogo, Protréptico, Strómata).
No debe confundirse a este santo con el importante Padre apostólico (pero no canonizado para la Iglesia latina) Tito Flavio Clemente o Clemente de Alejandría, autor de obras que son fuentes fundamentales del conocimiento del paleocristianismo (Pedagogo, Protréptico, Strómata).
fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
EEstas biografías de santo son propiedad de El
Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como
fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que
siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla
con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=2096
San Albano, mártir
fecha: 22 de junio
†: c. 287 - país: Reino Unido (UK)
otras formas del nombre: Alban, Albino
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
†: c. 287 - país: Reino Unido (UK)
otras formas del nombre: Alban, Albino
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Verulamio (hoy Saint-Albans), en
Inglaterra, san Albano, mártir, que, según narra la tradición, todavía no
bautizado se entregó ocupando el lugar de un clérigo que acogió en su casa, y
de quien había recibido instrucción en la fe cristiana, cambiando sus vestidos
por los de él, motivo por el cual, después de ser azotado y torturado, fue
finalmente decapitado.

A san Alban se le venera como al protomártir
de las Islas Británicas y, hasta hoy, se observa su fiesta en toda Inglaterra y
Gales el 22 de junio. Su historia, o mejor dicho su leyenda, tal como la expone
san Beda en su Ecclesiastical History, puede resumirse como sigue:
Alban era natural de Verulamium, la actual
St. Albans, en Hertfordshire. Era un ciudadano prominente y, a pesar de ser
pagano, al estallar la persecución de Diocleciano y Maximiano, dio asilo a un
sacerdote cristiano que llegó a su puerta. Las conversaciones e instrucciones
de su huésped sobre la doctrina cristiana impresionaron tanto a Alban, que se
convirtió al cristianismo y recibió el bautismo. Entretanto, el gobernador
local había sido informado de que el predicador cristiano al que buscaba
afanosamente por toda la región se hallaba escondido en la casa de Alban.
Inmediatamente se envió a una partida de soldados a investigar, pero el
sacerdote ya no estaba allí. Para facilitar su huida, Alban había cambiado sus
ropas con él y fue a Alban, vestido con el amplio manto o «caracalla» del
sacerdote, a quien los soldados condujeron, atado de manos, ante el juez. Este
se hallaba, precisamente, de pie frente a un altar, en el acto de ofrecer
sacrificios a los dioses.
Cuando se bajó el capuchón del manto que
cubría la cabeza del prisionero y se estableció su identidad, el gobernador
quedó muy indignado. Ordenó que Alban fuese arrastrado al pie del altar y, una
vez ahí, le dijo: «Puesto que tú optaste por ocultar y proteger a un individuo
sacrilego y blasfemo, al que debiste entregar a los guardias que envié, el
castigo que le estaba reservado será para ti, a menos que quieras cumplir con
los actos de adoración de nuestras creencias». Alban repuso con firmeza que ya
nunca volvería a adorar a los dioses. El juez le pidió que le diera pormenores
de su familia y entonces, Alban se irritó. «¿Para qué quieres saber de mi
familia? -preguntó- Si lo que te interesa saber es mi religión, te diré que soy
cristiano». Entonces se le pidió que diera su nombre y otros datos. «Mis padres
me llamaron Alban, replicó. Únicamente adoro y sirvo al Dios vivo y verdadero
que creó todas las cosas». El magistrado, impaciente, le ordenó que no perdiera
más tiempo en declaraciones pretenciosas y que ofreciese inmediatamente
sacrificios a los ídolos; pero Alban no se dejó acobardar y repuso: «Tú ofreces
sacrificios a los demonios que no pueden proporcionarte ayuda ni otorgar tus
peticiones: cualquiera que ofrezca sacrificios a esos ídolos, no recibirá otra
recompensa que el eterno castigo del infierno».
El gobernador, atizada su indignación por
las palabras del prisionero, mandó que fuese azotado; luego, al ver que
soportaba los furiosos latigazos no sólo con resignación, sino con alegría, le
condenó a morir decapitado. Toda la población acudió a presenciar la ejecución
y, en la ciudad no quedó nadie más que el juez. La comitiva tenía que cruzar el
río en un lugar donde la corriente era muy rápida y, era tanta la gente que
formaba hileras para pasar por el puente estrecho, que Alban hubiese prolongado
su vida un día más, si esperaba para cruzar. Pero el santo no quería retardar
su muerte y, en consecuencia, bajó por la ribera hasta la orilla, levantó los
ojos al cielo y, como por encanto, la corriente se detuvo, las aguas se
dividieron y, en el lecho del río quedó un paso amplio y seco por el que podía
cruzar no sólo el mártir, sino toda la muchedumbre que le seguía. Aquella
maravilla produjo la instantánea conversión del verdugo, quien arrojó su espada
a los pies de san Alban y le suplicó que le permitiese morir con él o, mejor
aún, en su lugar. La procesión avanzó entonces sobre una cuesta que era un gran
prado verde salpicado por innumerables flores de todas clases. En la cumbre de
la colina, como respuesta a una breve oración del mártir, surgió una fuente de
aguas claras para calmar su sed. Otro hombre reemplazó al verdugo convertido y,
de un solo golpe de espada, decapitó a Alban; pero en el momento en que la
cabeza del mártir cayó al suelo, los ojos del ejecutor se le saltaron de las
órbitas y cayeron junto a la cabeza cortada. El soldado que acababa de
convertirse, fue decapitado también ahí mismo y, de esta manera, recibió el
bautismo de sangre.
La descripción del lugar del martirio en
la colina de Holmhurst es, quizás, parte de la tradición original. Todo
concuerda perfectamente con la topografía del lugar, excepto que el río Var no
es profundo ni tiene corriente rápida. Había un manantial (ahora cubierto) al
pie de la colina de Holmhurst, la actual Holywell. Es imposible determinar
cuánto de verdad contiene esta historia y hay opiniones muy variadas sobre la
cuestión. Se sostiene sobre todo el punto de vista de que san Alban nunca
existió, puesto que los decretos de Diocleciano y Maximiano contra los
cristianos jamás tuvieron efecto en las Islas Británicas. Por otra parte,
algunos investigadores afirman que Alban existió y que muy bien pudo haber sido
la víctima de alguna persecución local. La existencia de un culto muy antiguo y
extenso respalda esta última afirmación. La referencia más antigua sobre san
Alban figura en la biografía de san Germán de Auxerre, escrita por Constancio
de Lyon en el siglo quinto, cuando se hace referencia a la visita de san Germán
a las Islas Británicas y se declara que éste vio la tumba de san Alban (no dice
en qué sitio preciso) «y oró piadosamente en ella, por lo que se tiene por
cierto que fue la intercesión del bendito mártir san Alban la que permitió que
Germán y sus compañeros tuviesen un feliz viaje de regreso a las Galias».
Gildas y Beda recurrieron al manuscrito
«Passio Albani», que data de los comienzos del siglo sexto, para escribir sus
narraciones. La popularidad y difusión de la historia puede calcularse por las
muchas variantes de la misma que fueron recogidas por Hardy en su «Materials
for British History" (vol. I, pp. 3-30). La veneración por el mártir se
propagó más todavía a raíz del traslado de sus reliquias a una iglesia local en
1129. Fue por entonces cuando se escribió una narración enteramente fantástica
sobre san Amphibalus, fundada en la interpretación equivocada que Godofredo
Monmouth dio a la palabra «amphibalus», que significa manto, para bautizar con
ella al sacerdote cristiano que se refugió en la casa de Alban. En el relato se
dice que aquel sacerdote, «san Amphibalus», fue perseguido y alcanzado y que se
le dio muerte a pedradas en Redbourn, a unos siete kilómetros de la casa de san
Alban. También se afirma que las reliquias del supuesto santo fueron
descubiertas en los terrenos de unos sajones herejes, en el mismo Redbourn.
Por Constancio de Lyon sabemos que, en el
año 429, había una iglesia y una tumba de san Alban. Gildas, que escribió cerca
del año 540, relaciona a Alban con Verulamium y, en los tiempos de Beda (731),
había en Verulamium una iglesia recién construida con una capilla adjunta donde
estaban las reliquias de san Alban. La tradición dice que, en 793, Offa de
Mercia, construyó ahí una nueva iglesia y fundó un monasterio que, con el
tiempo, se convirtió en la famosa abadía benedictina de San Alban, y es posible
que la tradición esté en lo cierto.
En los últimos años, el padre A. W.
Wade-Evans trató de localizar el sitio del martirio de san Alban, en los
alrededores de Caerleon, en Monmouthshire, junto con los de san Julio y san
Aarón (celebrados hoy mismo). La hipótesis recibió mayor consideración en el continente
europeo que en las Islas Británicas, y el padre bolandista Grosjean, considera
que «el martirio de estos tres santos en Caerleon no está desprovisto de
fundamentos bastante firmes» (Analecta Bollandiana, vol. LVII, 1939, pp.
160-161). En cambio, Wilhelm Levison rechaza firmemente esta teoría y dice que
«el martirio de san Alban puede ser situado, sin lugar a dudas, en Verulamium y
el propio San Alban, dentro de las certezas y las probabilidades, encaja
perfectamente en esa tradición».
El asunto se trata detalladamente en St.
Alban and Saint Alhans de W. Levison, incluido en Antiquity, vol. xv (1941),
pp. 337-359. El relato de Beda se encuentra en Ecclesiastical History lib. I,
cap. 7 (ver también los caps, 18 y 20, así como las notas de Plummer); Gildas,
en De Excidio Britanniae, cap. X, dice que «conjetura» que san Alban fue muerto
durante la persecución de Diocleciano. La teoría de A. W. Wade-Evans, se
encuentra en su Welsh Christian Orígins (1934), pp. 16-19, lo mismo que en su
traducción de Nennius (1938), pp. 131-132. Hacia fines del siglo sexto,
Venancio Fortunato conmemora al santo con la frase: «Albanum egregium fecunda
Britannia profert» («La fecunda Bretaña venera al gran Albano»); también en el
Hieronymianum se le menciona y, sobre esta referencia, véase el comentario de
Delehaye. A pesar de que algunos detalles en la reedición posterior de los
escritos de Constancio sobre San Germán, no pertenecen al original, como lo ha
demostrado Levison (MGH., Scriptores Merov, vol. vil), subsisten todas las
razones para creer que Germán llevó consigo de regreso a Auxerre, reliquias de
san Alban y que construyó ahí una basílica en su honor, como lo afirma
Heiricus, el autor de la biografía en verso de san Germán.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=2097
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