martes, 21 de junio de 2016

San Meveno, abad - San Leufredo, abad (21 de junio)

San Meveno, abad

fecha: 21 de junio
†: s. VI - país: Francia
otras formas del nombre: Meen, Mewan, Maine, Mevan
canonización: culto local
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

En Gaël (Ghé), en la Bretaña Menor, san Meveno, abad, que, originario de Cambria, se retiró a los bosques de la Armórica, donde fundó un monasterio.
patronazgo: protector contra las enfermedades de la piel.
El santo abad Meveno (o Meen, y otras formas) fue muy venerado en toda Francia como el mejor abogado para la curación de toda clase de enfermedades de la piel, durante los tiempos antiguos, la Edad Media y, a decir verdad, hasta épocas relativamente recientes. Una de las especies de erupción cutánea, llevaba el nombre vulgar de Mal de san Meen. Las curaciones de estos padecimientos se atribuían generalmente a las propiedades del agua extraída de los pozos y las fuentes dedicados al santo, pero muy especialmente del agua del manantial que se encontraba en las proximidades del monasterio de Gaël, en Bretaña, donde moraba San Meveno. Incontables peregrinaciones (se llegaron a contar hasta cinco mil peregrinos en un año) acuden continuamente desde todos los rincones de Francia a venerar las reliquias de San Meveno y a recoger agua de su fuente. En la Alta Bretaña crece una planta escabiosa que, hasta hoy, se conoce con el nombre de l'herbe de St. Meen. La supuesta historia de este santo no es más que una recopilación de leyendas y tradiciones de entre las cuales, sin embargo, se pueden extraer datos para formar un esbozo de su vida y sus hechos. San Meveno nació en Gwent, localidad del sur de Gales; estaba emparentado con san Sansón, en cuyo monasterio ingresó y a quien acompañó en su primer viaje a Cornwall y de ahí a Bretaña. Meveno se estableció en Gaël, en un monasterio que construyó sobre los terrenos que le fueron cedidos en aquel bosque de Brocéliand que tantas veces se menciona en los romances del rey Arturo. La abadía llegó a ser un centro misional, y sus monjes fundaron otra casa que llegó a ser el gran monasterio de Saint-Méen.
Entre sus amigos y discípulos figuraba su ahijado san Austol, a quien profesaba gran afecto y a quien atendió cuando se hallaba agonizante y le exhortó a morir tranquilo, ya que su separación iba a ser muy breve, puesto que él habría de morir también siete días después. Las reliquias del santo o parte de ellas, se veneran hasta hoy en Saint-Méen. Muchos lugares de Bretaña y aun de Normandía llevan su nombre; en otras partes de Francia se encuentran también algunos sitios dedicados al santo. En Cornwall hay dos parroquias vecinas que llevan los nombres de San Austella y San Mewan, y posiblemente se haya perpetuado su memoria en el nombre de la ciudad de Mevagissey.
Hay un relato sobre san Meveno en Acta Sanctorum, junio, vol. V, fundado principalmente en la biografía francesa de Albert Le Grand; el texto latino de una biografía medieval, se halla impreso en Analecta Bollandiana, vol. III (1884), pp. 141-158. N.ETF el san Austol (o Austell) mencionado no se encuentra incluido en laa última edición del Martirologio, aunque la edición anterior lo inscribía el 28 de junio.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012

Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=2087



San Leufredo, abad

fecha: 21 de junio
†: 738 - país: Francia
otras formas del nombre: Leutfred, Leufroy, Leufroi, Leutfrido
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

En el territorio de Evreux, en Neustria, san Leufredo, abad, fundador del monasterio de la Santa Cruz, que presidió durante cuarenta y ocho años.
En el período anterior a la conquista de Normandía por los nórdicos, la diócesis de Evreux produjo a un grupo de santos, de los cuales san Leutfrido no es de los menos prominentes. Para delinear a grandes rasgos su carrera, debemos recurrir a una biografía compuesta por un monje de su comunidad, quien echó mano de manuscritos y tradiciones, mucho tiempo después de la muerte del personaje. Leutfrido, descendiente de familia cristiana, nació en las cercanías de Evreux; hizo sus estudios con el sacristán de la iglesia de San Taurino en el mismo Evreux, los continuó en Condat y los terminó en Chartres, donde se distinguió en forma extraordinaria, hasta el punto de suscitar la envidia de sus compañeros. Al regresar a casa, se dedicó especialmente a impartir instrucción a los niños del lugar; pero bien pronto resolvió abandonar el mundo para entregarse a una existencia en el servicio de Dios. Con ese propósito, huyó sigilosamente de su hogar por la noche, cambió sus ropas finas por los andrajos de un mendigo, y fue a refugiarse en el monasterio de Cailly, donde vivió durante algún tiempo bajo la dirección de un ermitaño. Después se trasladó a Rouen para ponerse a las órdenes de san Sidonio, de cuyas manos recibió el hábito religioso. San Ansberto, obispo de Rouen, profesó gran estimación a san Leutfrido.
Al cabo de algún tiempo, el santo regresó a su tierra natal y se estableció en un lugar situado a unos cuatro kilómetros de Evreux, en las riberas del Eure, precisamente donde san Owen, el antecesor de san Ansberto, había plantado una cruz como recuerdo de una visión celestial. Ahí mismo, por el año de 690, san Leutfrido construyó un monasterio y una iglesia dedicados a la Santa Cruz. El monasterio que originalmente se llamó La Croix-Saint'Ouen, tuvo posteriormente el nombre de La Croix-Saint-Leufroy. Muchos discípulos se reunieron en torno al fundador, quien los gobernó durante unos cuarenta años. Tenía en tanto aprecio a la pobreza, que en una ocasión, lo mismo que en la anécdota que relata san Gregorio el Grande, rehusó dar cristiana sepultura a un monje que, al morir, dejó una buena cantidad de dinero en sus arcones. San Leutfrido murió en 738.
La vida de San Leutfrido, impresa en Acta Sanctomm, junio, vol. V, no fue escrita sino después de haber transcurrido un siglo o más desde su muerte y, por consiguiente, merece poca confianza. W. Levison publicó un texto crítico en MGH., Scriptores Merov., vol. VII, pp. 1-18. Hay una narración moderna, publicada por J. B. Mesnel en 1918 y que se encuentra en Analecta Bollandiana, vol. XLI (1923), pp. 445-446.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=2088

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