Santo Domnino, mártir
fecha: 5 de noviembre
†: 307 - país: Israel
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa
†: 307 - país: Israel
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa
Elogio: En Cesarea de Palestina, santo
Domnino, mártir, joven médico, que al comienzo de la persecución bajo el
emperador Diocleciano fue condenado a las minas de Fanensia, donde, tras
padecer crueles vejaciones, por orden del prefecto Urbano le entregaron al
fuego, en el año quinto de la persecución, al haberse mantenido firme en la
confesión de la fe.
Urbano entregó a las llamas a un hombre
que ya era ilustre por muchas otras confesiones de la fe. Su nombre era
Domnino, bien conocido por todos en Palestina por su valentía enorme. Después
de esto el mismo juez, que era un cruel planificador del sufrimiento, y un
inventor de dispositivos contra la doctrina de Cristo, planeó penas contra la
piedad de las que nunca se había oído hablar: condenó a tres para combate
pugilístico singular, y entregó para que fuera devorado por las fieras a
Ausencio, un anciano santo y honesto. A otros hombres ya adultos los hizo
eunucos, y los condenó a las minas, y a otros, después de severas torturas, los
echó en la cárcel.
El martirologio Romano, sin que quede del
todo clara la razón, distingue en dos elogios un conjunto de martirios que
están unidos por la misma narración, ya que provienen los cinco, Domnino,
Teótimo, Filoteo y Timoteo (estos tres son nombres tradicionales) y Ausencio (o
Auxencio), de un pasaje del capítulo 7, párr. 4 de la obra «Los mártires de
Palestina», de Eusebio de Cesarea, el gran historiador eclesiástico. La obra
como tal se ha perdido, pero se conservan recensiones, de partes que aparecen
como apéndices del libro VIII de su Historia Eclesiástica.
Es verdad que lo que cuenta es realmente
poco, ya que lo citado en cursiva es todo lo que podemos decir de ellos; sin
embargo, tiene el gran valor de que su testigo es el propio Eusebio,
contemporáneo y coterráneo de los hechos. El pasaje citado sirve, por así
decirlo, de prólogo para presentar la muerte de su ilustre amigo y maestro,
Pánfilo de Cesarea, «quien a causa de todas las virtudes fue el más ilustre de
los mártires de nuestro tiempo», comenta su discípulo. Urbano es para Eusebio,
por lo que hizo a los cristianos y especialmente a su maestro, el epítome de
toda maldad.
Pasaje de Eusebio traducido del inglés en
la edición en línea de New Advent.
Lamentablemente, la excelente edición bilingüe de BAC de la Historia
Eclesiástica no incluye este opúsculo-apéndice.
Abel Della Costa
accedida 584 veces
ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_4040
Santos Teótimo, Filoteo, Timoteo y Ausencio, mártires
fecha: 5 de noviembre
†: 307 - país: Israel
otras formas del nombre: Auxencio
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa
†: 307 - país: Israel
otras formas del nombre: Auxencio
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa
Elogio: En la misma ciudad, memoria de los
santos Teótimo, Filoteo y Timoteo, mártires, que, siendo aún jóvenes, fueron
destinados a los juegos del circo para diversión de la plebe y se les entregó a
las bestias lo mismo que a san Ausencio, que era ya anciano.
Urbano entregó a las llamas a un hombre
que ya era ilustre por muchas otras confesiones de la fe. Su nombre era
Domnino, bien conocido por todos en Palestina por su valentía enorme. Después
de esto el mismo juez, que era un cruel planificador del sufrimiento, y un
inventor de dispositivos contra la doctrina de Cristo, planeó penas contra la
piedad de las que nunca se había oído hablar: condenó a tres para combate
pugilístico singular, y entregó para que fuera devorado por las fieras a
Ausencio, un anciano santo y honesto. A otros hombres ya adultos los hizo
eunucos, y los condenó a las minas, y a otros, después de severas torturas, los
echó en la cárcel.
El martirologio Romano, sin que quede del
todo clara la razón, distingue en dos elogios un conjunto de martirios que
están unidos por la misma narración, ya que provienen los cinco, Domnino,
Teótimo, Filoteo y Timoteo (estos tres son nombres tradicionales) y Ausencio (o
Auxencio), de un pasaje del capítulo 7, párr. 4 de la obra «Los mártires de
Palestina», de Eusebio de Cesarea, el gran historiador eclesiástico. La obra
como tal se ha perdido, pero se conservan recensiones, de partes que aparecen
como apéndices del libro VIII de su Historia Eclesiástica.
Es verdad que lo que cuenta es realmente
poco, ya que lo citado en cursiva es todo lo que podemos decir de ellos; sin
embargo, tiene el gran valor de que su testigo es el propio Eusebio,
contemporáneo y coterráneo de los hechos. El pasaje citado sirve, por así
decirlo, de prólogo para presentar la muerte de su ilustre amigo y maestro,
Pánfilo de Cesarea, «quien a causa de todas las virtudes fue el más ilustre de
los mártires de nuestro tiempo», comenta su discípulo. Urbano es para Eusebio,
por lo que hizo a los cristianos y especialmente a su maestro, el epítome de
toda maldad.
Pasaje de Eusebio traducido del inglés en
la edición en línea de New Advent.
Lamentablemente, la excelente edición bilingüe de BAC de la Historia
Eclesiástica no incluye este opúsculo-apéndice.
Abel Della Costa
accedida 532 veces
ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_4041
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