Santos Crisanto y Daría, mártires
fecha: 25 de octubre
†: c. 283 - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
†: c. 283 - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En Roma, en el cementerio de
Trasone, de la vía Salaria Nueva, santos Crisanto y Daría, mártires, a los que
dedicó sus alabanzas el papa san Dámaso.

El culto de estos mártires en Roma, que data
de muy antiguo, prueba que existieron realmente y que dieron su vida por
Cristo; pero el relato de su martirio es una invención de fecha muy posterior.
Según dicho relato, Crisanto era hijo de un patricio llamado Polemio, quien se
trasladó, con su hijo, de Alejandría a Roma, durante el reinado de Numeriano.
Un sacerdote llamado Carpóforo, instruyó y bautizó a Crisanto. Al enterarse,
Polemio se indignó en extremo y con objeto de que Crisanto renunciase a la
castidad y a su nueva religión, introdujo en su habitación a cinco mujeres de
mala vida. Como la estratagema no diese resultado, Polemio propuso a su hijo
que contrajese matrimonio con una sacerdotisa de Minerva, llamada Daría. No
sabemos cómo ni por qué, Crisanto aceptó la proposición de su padre, convirtió
a Daría al cristianismo y ambos guardaron la virginidad en el matrimonio.
Juntos convirtieron a muchos personajes de la sociedad romana. Finalmente,
fueron denunciados y comparecieron ante el tribuno Claudio. Este entregó a
Crisanto a un pelotón de soldados, con la orden de obligarle por todos los
medios a ofrecer sacrificios a Hércules. Los soldados sometieron a Crisanto a
diferentes torturas, pero la firmeza del mártir fue tal que el propio tribuno,
su esposa Hilaria y sus dos hijos confesaron a Cristo. También los soldados
siguieron su ejemplo. El emperador mandó asesinarlos a todos. Hilaria consiguió
escapar, pero fue capturada más tarde, cuando se hallaba orando ante el
sepulcro de los mártires. El Martirologio Romano celebraba a san Claudio y sus
compañeros el 3 de diciembre, pero la conmemoración ha sido retirada en la
última revisión.
Entre tanto, Daría había sido enviada a
una casa de prostitución, donde la defendió un león que se había escapado del
circo. Para acabar con la fiera, los soldados tuvieron que incendiar la casa.
Daría y Crisanto comparecieron entonces ante el propio Numeriano, quien los
condenó a muerte. Fueron primero apedreados y después, enterrados vivos en una
antigua mina de arena de la Via Salaria Nova. El día del aniversario de la
muerte de los mártires, algunos cristianos se reunieron allí a orar junto a su
sepulcro. El emperador se enteró de que los fieles se hallaban dentro y mandó
tapiar la entrada de la mina con rocas y tierra, de suerte que los cristianos
murieron ahí. Se trata de los santos Diodoro (sacerdote), Mariano (diácono) y
sus compañeros, a quienes se conmemoraba también en el Martirologio anterior (1
de diciembre), y lo mismo que Claudio, han sido retirados del actual.
Es posible que san Crisanto y santa Daría
hayan sido realmente apedreados y enterrados en vida en una mina. Se cuenta que
su tumba y la de los cristianos martirizados el día de su aniversario fue
descubierta más tarde. San Gregorio de Tours describió de oídas el santuario
que se había erigido sobre la mina, pero sin nombrar a los mártires. En el
siglo IX, las pretendidas reliquias de san Crisanto y santa Daría fueron
trasladadas a Prüm, en la Prusia renana, y cuatro años después, a Münstereifel,
donde se encuentran en la actualidad. El sepulcro de los mártires se hallaba en
las cercanías del cementerio de Trasón, en la Via Salaria Nova, donde hay
varias antiguas minas de arena. Se sabe que el papa san Dámaso (s. IV) escribió
un epitafio para el sepulcro de los mártires, pero el que se le atribuía antiguamente
data ciertamente de una fecha posterior.
Existen dos textos de la leyenda: uno
griego y otro latino. Ambos se encuentran en Acta Sanctorum, oct., vol. XI. En
Comentario sobre el Martirologium Hieronymianum (12 de agosto), Delehaye
discute muy extensamente los datos históricos. El 12 de agosto es propiamente
el día de la conmemoración de estos mártires, pero se les menciona también el
20 de diciembre. Delehaye hace notar que la fecha del 25 de octubre, escogida
por el Martirologio Romano para la celebración de la fiesta, proviene
probablemente de un relato de la traslación de las reliquias en dicha fecha. El
calendario de mármol de Nápoles (c. 850) parece confirmar esta opinión. Véase
J. P. Kirsch, Festkalender (1924), pp. 90-93; y Dictionnaire d'Archéologie
chrétienne et de Liturgie, vol. III, cc. 1560-1568. En Santi e beati
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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