sábado, 24 de septiembre de 2016

San Anatolio de Milán, obispo - San Gerardo Sagredo, obispo y mártir (24 de septiembre)

San Anatolio de Milán, obispo

fecha: 24 de septiembre
†: s. II - país: Italia
otras formas del nombre: Anatalone
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati

Elogio: En Milán, ciudad de la región Transpadana, san Anatolio, considerado primer obispo de esta ciudad.

La archidiócesis de Milán es universalmente conocida como la «Iglesia Ambrosiana», así llamada por su gran obispo y doctor de la Iglesia san Ambrosio, que la rigió en la segunda mitad del siglo IV. Lo que sin embargo pocos saben es que la diócesis venera como primer obispo a san Anatalio, personaje de cierto carácter legendario, que forma junto con Ambrosio y Carlos Borromeo, de un grupo de unos 143 obispos, entre ellos 38 santos y 2 beatos, que han gobernado a lo largo de diecisiete siglos la sede episcopal de la antigua Mediolanum.
A finales del siglo VIII, Pablo el Diácono escribió la «Gesta episcoporum Mettensium», En la que sostenía que Anatolio había sido discípulo de Pedro, quien lo había enviado a Milán como el primer obispo. El antiguo Martirologio Romano y otros catálogos sostenían en cambio que la cátedra de Milán fue establecida por el apóstol Bernabé, quien, después de siete años, nombró a Anatolio como su sucesor. De acuerdo con la «Datiana historia ecclesiae mediolanensis», una obra anónima que data del siglo XI, un cierto «Anatelon» habría sido obispo de Milán y Brescia del 50 al 63. De hecho, la cronología de estas tradiciones se ha establecido específicamente en el siglo XI, en relación a la polémica de Milán con Roma sobre la herejía de los Patarinos, o tal vez por la reforma establecida por el Papa Gregorio VII, retrotrayendo la historia de la diócesis con el fin de establecer una igual antigüedad que la Iglesia de Roma, lo que la hubiera eximido de su sujeción. Los historiadores afirman que san Bernabé nunca fue a Milán, y que en cambio fue martirizado en Oriente. Siempre según la leyenda, Anatolpo habría construido una iglesia dedicada al Salvador, sobre el anterior templo del dios Mercurio y Apolo, en el lugar donde está hoy la iglesia del Palazzo San Giorgio.
Más allá de estas y otras leyendas sobre el personaje, el «Beroldo Nuovo», calendario litúrgico milanés de 1263, afirma que Anatalio estaría enterrado en la iglesia de San Florián en Brescia, una ciudad donde, como hemos visto, algunas leyendas lo quieren también como primer obispo. En 1472 algunas de sus reliquias fueron efectivamente encontradas en esa iglesia, y solemnemente trasladadas a la catedral de la ciudad, donde actualmente son objeto de veneración.
Extractado y traducido para ETF de un artículo de Fabio Arduino.
fuente: Santi e Beati
accedida 567 veces
ingreso o última modificación relevante: ant 2012

Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_3466




San Gerardo Sagredo, obispo y mártir

fecha: 24 de septiembre
n.: c. 980 - †: 1046 - país: Hungría
otras formas del nombre: Gerardo de Csanad
canonización: 
C: Gregorio VII 1083
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Elogio: En Panonia, san Gerardo Sagredo, obispo de la sede de Morisena (Csanad) y mártir, que fue preceptor de san Emerico, príncipe adolescente hijo del rey san Esteban, y en una sedición de húngaros paganos murió apedreado cerca del río Danubio.
Patronazgos: patrono de Budapest y de los educadores.
refieren a este santo: San EmericoSan Ladislao

San Gerardo, algunas veces llamado Sagredo, fue el apóstol de un vasto distrito de Hungría. Era originario de Venecia, donde nació a principios del siglo once. Desde muy joven, se consagró al servicio de Dios en el monasterio benedictino de San Giorgio Maggiore en Venecia, pero al cabo de algún tiempo, abandonó el convento para hacer una peregrinación a Jerusalén. Al pasar por Hungría, conoció al rey San Esteban, a quien impresionaron tanto las cualidades de Gerardo, que lo retuvo para que fuese el tutor de su hijo, el Beato Emeric. Al tiempo que ejercía sus funciones de educador, el santo predicó la palabra de Dios con mucho éxito. Cuando San Esteban fundó la sede episcopal de Csanad, nombró a Gerardo como su primer obispo. La gran mayoría de los habitantes del lugar eran paganos, y los pocos que llevaban el nombre de cristianos, eran ignorantes, salvajes y brutales, pero San Gerardo trabajó entre ellos con tan buenos frutos que, en poco tiempo, el cristianismo progresó considerablemente. Siempre que le era posible, unía Gerardo la perfección en su desempeño de la tarea episcopal con el recogimiento de la vida contemplativa que le fortalecía para continuar con sus funciones. Además, Gerardo fue investigador y escritor; entre sus obras figura una inconclusa disertación sobre el Himno de los Tres Jóvenes (Daniel III) y otros escritos que se perdieron con el correr del tiempo.
El rey Esteban secundó el celo del buen obispo en tanto que vivió, pero a su muerte, ocurrida en 1038, el reino quedó en la anarquía a causa de las disputas por la sucesión al trono y, al mismo tiempo, estalló una rebelión contra el cristianismo. Las cosas iban de mal en peor, hasta el extremo de que, virtualmente, se declaró una abierta persecución contra los cristianos. Por entonces, Gerardo, que celebraba la misa en la iglesita de una aldea junto al Danubio, llamada Giod, tuvo la premonición de que aquel mismo día habría de recibir la corona del martirio. Terminada la visita a la aldea, el obispo y su comitiva partieron hacia la ciudad de Buda. Ya se disponían a cruzar el río, cuando fueron detenidos por una partida de soldados al mando de un oficial, idólatra recalcitrante y acérrimo enemigo hasta de la memoria del rey Esteban. Sin mediar palabra, los soldados comenzaron a lanzar piedras contra San Gerardo y sus gentes, que se hallaban dentro de la barca, amarrada a un pilote. Algunos de ellos se metieron al agua, volcaron la embarcación y sacaron a rastras al santo obispo. Asido a los brazos de sus captores, se incorporó hasta ponerse de rodillas y oró en voz alta con las palabras de San Esteban, el Protomártir: "¡Señor, no les toméis en cuenta esta culpa!" Apenas había pronunciado estas palabras cuando le atravesaron el pecho con una lanza. Los soldados arrastraron el cuerpo hasta el borde de un acantilado que lleva el nombre de Blocksberg y arrojaron el cadáver al Danubio. Era el 24 de septiembre de 1046. La muerte heroica de San Gerardo produjo un profundo efecto entre el pueblo que, desde el primer momento, comenzó a venerarlo como mártir. Sus reliquias fueron colocadas en un santuario, en 1083, al mismo tiempo que las de San Esteban y las de su hijo, el Beato Emeric. En 1333, la República de Venecia obtuvo del rey de Hungría la concesión de trasladar la mayor parte de las reliquias de San Gerardo a la iglesia de Nuestra Señora, en la isla de Murano, vecina a Venecia donde hasta hoy se venera al santo como al protomártir de aquel lugar donde vino al mundo.
La fuente de información más digna de crédito para la historia de San Gerardo, es la breve biografía impresa en Acta Sanctorum, sept. vol. VI, pp. 722-724. Contrariamente a lo que había dado por sentado, esta biografía no es un resumen del estudio más extenso de Endlich en el libro Monnumenta Arpadiana (pp. 205-234), aunque tanto una como el otro datan del siglo doce o, cuando más, de fines del siglo once. A esta conclusión llega R. F. Kaindl en el Archiv f. Oesterreichische Geschichte, vol. XVI (1902), pp. 1-58. Las otras biografías, todas de fechas muy posteriores, están tomadas de las dos mencionadas anteriores y no son dignas de mayor crédito. La vida y el episcopado de San Gerardo fueron estudiados también por C. Juhász, en Studien und Mittheilungen O.S.B., 1929, pp. 139-145 y 1930, pp. 1-35. Ver a C. A. Macartney, en Archivum Europae centre-orientalis, vol. IV (1938), pp. 456-490, donde figura su Vida de San Gerardo y su Medieval Hungarian, Historians (1953).
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_3471

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