Termómetro de 3 de septiembre | |||||||||||
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Y bien, después de un tiempito sin publicarlo, aquí estamos de nuevo con el Termómetro de Persecución Religiosa, con estos escenarios en esta ocasión. En Indonesia. Según informa la agencia Reuters, el pasado 28 de agosto, en la iglesia católica de San José, en Medan City, provincia de Sumatra, un sacerdote era atacado con arma blanca por una persona que amenazó con hacer estallar una mochila llena de explosivos, aunque según constató al final la policía, se trataba de un artefacto de escasa capacidad. En Irak. Según recoge el medio español Religión en Libertad, en la localidad de de Qaraqosh, población cristiana en la Llanura de Nínive, junto a varios edificios públicos y viviendas dos templos han sido dañados por los guerrilleros yihadistas. Se trata de las iglesias siro-católicas de Mar Behnam y Mar Sara, severamente dañada, y de la de Al Qiyamah o La Resurrección, ocupada y utilizada como cuartel general por los yihadistas del Daesh antes de su completa destrucción. En China. Según informa el medio Asia News, las autoridades de la provincia oriental china de Zhejiang han “prohibido toda actividad religiosa” en los centros sanitarios de la provincia. La medida forma parte de una campaña iniciada hace más de dos años contra los símbolos y la presencia cristiana en la región, iniciada el día en que Xia Baolong, secretario local del Partido Comunista, se percató de que en el horizonte de Wenzhou, una de las metrópolis de la provincia, se veían, según él, “demasiadas cruces”. Lo cierto es que la sociedad china asiste a un vertiginoso aumento de las conversiones, que la convierte, a pesar de ser minoritaria en el país, en una de las grandes comunidades cristianas del mundo, con un número de fieles que supera ampliamente los cien millones. En Egipto. Según asegura el medio Bosnewslife, el periodista de 34 años Bishoy Armeya Boulos ha anunciado públicamente en You Tube su retorno al islam. El anuncio se presenta como el colofón a una batalla que duraba ya nueve años en la que el periodista, nacido Mohamed Hegazy, reclamaba ser reconocido en su DNI con su nuevo nombre Bishoy Armeya Boulos y como cristiano. Allegados a su persona aseguran que desde su conversión al cristianismo, Bishoy había sufrido incesante persecución y temen que posibles torturas se hallen detrás del anuncio publicado en You Tube. Tras varios años en paradero desconocido, la familia de Bishoy consiguió abandonar Egipto rumbo a Alemania, mientras él permanecía en el país y reportaba al mundo los abusos contra la minoría cristiana. Antes de su actual retorno al islam, Bishoy se hallaba en la cárcel acusado de los delitos de “protesta no autorizada” y de “difamación de la religión”. En Pakistán. Según recoge la agencia Fides, el activista cristiano Nasir Saeed, director de la ONG CLAAS (Centre for Legal Aid, Assistance and Settlement), ha denunciado que cada año centenares de mujeres de religión cristiana e hinduista son forzadas a convertirse al islam y a casarse con musulmanes. A modo de ejemplo, Saeed relata el caso de Asma, joven cristiana de Sialkot, secuestrada por su vecino Ghulam Gussain, la cual escapó de su secuestrador después de que éste la obligara a casarse con él, mientras éste presenta certificados de su conversión al islam para sostener la validez de su matrimonio y hacerla volver. “Se trata de una práctica común” que, asegura el director de CLAAS, “el estado jamás ha perseguido”. “En este caso como en otros, se utiliza la religión para encubrir verdaderos crímenes”. Añade Saeed que la supuesta conversión de la mujer lleva a la policía y a los tribunales a ignorar el fondo de la cuestión, el secuestro, y a desinhibirse. Además, a las mujeres que se casan con musulmanes después de convertirse, se les prohíbe incluso visitar a su familia, so pena de ser acusadas de apostasía. También en Pakistán, y según la agencia Fides, en su informe del pasado 26 de agosto la Comisión de la ONU para la eliminación de la discriminación racial demandaba a Pakistan la derogación de la ley de la blasfemia, mientras denunciaba “el uso desproporcionado de la ley contra personas pertenecientes a las minorías étnicas y religiosas”. El informe añade que “los magistrados que juzgan los casos de blasfemia sucumben a las intimidaciones y amenazas hasta de muerte de las que son víctimas”. El alto organismo reclama también mayor implicación del estado para perseguir las falsas acusaciones. Sin salir ni de Pakistán ni de su tristemente célebre Ley de la Blasfemia. Según informa el medio Christians in Pakistán, Khalil Tahir Sandhu, ministro provincial para los derechos humanos y las minorías de la provincia del Punjab, se ha referido a la suerte de la cristiana Asia Bibi, que condenada a pena de muerte, sufre prisión desde hace ya varios años por una blasfemia que nunca pronunció, cuyo caso será revisado ante los tribunales durante la segunda semana del mes de octubre. “He estudiado el caso en detalle, y dados los elementos a favor de Asia, predigo que terminará en su absolución”, ha asegurado el ministro. Según él, “la acusación fue claramente fabricada, y carece de pruebas suficientes”. En entrevista al medio Aleteia, el ministro, un abogado que vive rodeado de extremas medidas de seguridad, asegura que en su carrera ha conseguido “la absolución de 37 cristianos acusados falsamente de blasfemia”. Añadiendo que “muchas víctimas inocentes son también musulmanas”. Y sin más por hoy, que hagan Vds. queridos amigos mucho bien y no reciban menos. ©L.A. Si desea suscribirse a esta columna y recibirla en su correo cada día, o bien ponerse en contacto con su autor, puede hacerlo en encuerpoyalma@movistar.es | |||||||||||
sábado, 3 de septiembre de 2016
Termómetro de 3 de septiembre
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