Beato Bernardo Lichtenberg, presbítero y mártir
fecha: 5 de noviembre
n.: 1875 - †: 1943 - país: Alemania
canonización: B: Juan Pablo II 23 jun 1996
hagiografía: Santi e Beati
n.: 1875 - †: 1943 - país: Alemania
canonización: B: Juan Pablo II 23 jun 1996
hagiografía: Santi e Beati
Elogio: En la aldea de Hof, en Alemania,
beato Bernardo Lichtenberg, presbítero y mártir, que, al ver pisoteada la
dignidad de Dios y de los hombres, no cesaba de orar en público por los judíos
inhumanamente torturados y detenidos, y por eso fue también apresado y enviado
al campo de concentración de Dachau, donde destrozado por los malos tratos,
pero impávido, dio su vida por Cristo.
Fue proclamado beato por SS Juan Pablo II
el 23 de junio de 1996 en Berlín, en su Alemania. Fue una de las pocas personas
en Alemania que en la época nazi se atrevió a alzar la voz en defensa de los
últimos, en contra de la eliminación de los pobres y los enfermos mentales, en
contra de la persecución de los judios, pagando con su vida este acto valiente
y cristiano.
Nació el 3 de diciembre de 1875, en Ohlau,
en Silesia (actualmente Olawa, en Polonia), primero de cinco hijos. Creció en
el espíritu cristiano del que su familia era rica y fue en Ohlau a la escuela
primaria, recibiendo su primera comunión a los 12 años; de jovencito asistía
cada mañana a la santa misa con su madre. Continuó sus estudios en Ohlau, hasta
que en 1895 se trasladó a Innsbruck, en Austria, para cursar estudios de
teología en la universidad local y luego a Breslau, tras lo cual fue ordenado
sacerdote en 1899 en la Catedral de Breslau. Después de una primera experiencia
pastoral en Neisse, en 1900 fue trasladado a Berlín, donde cumplió hasta 1913
las funciones de vice-párroco y párroco en varias iglesias de la extensa
diócesis; desde 1913 hasta 1931 fue párroco de la Parroquia Sagrado Corazón de
Charlottenburg, que contaba con 35.000 católicos, pero sólo tenía una pequeña
iglesia capaz de acoger a 400 fieles. Pidiendo ayudas, proveyó a la
construcción de cuatro iglesias, pero sobre todo se distinguió como un
sacerdote de piedad sincera y sencilla, una vida de extrema pobreza y de
caridad ilimitada hacia los pobres y abandonados.
En Berlín, donde los católicos eran una
minoría y a menudo eran ridiculizados, el padre Bernardo Lichtenberg siempre
defendió valientemente los derechos de la Iglesia, a menudo pagando las
consecuencias; en 1931 el obispo de Berlín lo nombró miembro del Capítulo y párroco
de la Catedral. Hombre de carácter fuerte y valiente defensor de la Iglesia, de
los derechos de los hombres, de los sacerdotes y religiosos, fue desde el
principio mal visto por los nazis. En 1935, como estaba enfermo el Vicario
Capitular, fue encargado de regir la diócesis de Berlín; como supo de la
situación inhumana de los campos de concentración, pidió tener una reunión con
el primer ministro Hermann Göring, y en su ausencia, le entregó una carta de
queja contra tales abusos; esto provocó la ira y luego la venganza de la
Gestapo. Al compartir las ideas del heroico obispo de Münster, el beato Clemente
Augusto Graf von Galen (1878-1946), también protestó en
1941 contra la eliminación de los enfermos mentales; envió una carta al Jefe de
Medicina del Reich, Conti, con copia al canciller del Reich, Hitler, a los
ministerios competentes y a la Gestapo; citaremos un párrafo:
«La gente en público dice no saberlo, y los parientes no se atreven a protestar públicamente, porque temen por su libertad y sus vidas. Pero en mi alma de sacerdote grava el peso de complicidad en los crímenes contra la ley, sea moral o del estado. Sin embargo, así fuera yo un simple ciudadano, protesto como hombre, cristiano, sacerdote y alemán, y pregunto a Ud., Director del Orden Médico del Reich, por los crímenes que se perpetran por orden suya o con su aprobación, y que provocan la venganza del Señor de la vida y de la muerte sobre el pueblo alemán.»
«La gente en público dice no saberlo, y los parientes no se atreven a protestar públicamente, porque temen por su libertad y sus vidas. Pero en mi alma de sacerdote grava el peso de complicidad en los crímenes contra la ley, sea moral o del estado. Sin embargo, así fuera yo un simple ciudadano, protesto como hombre, cristiano, sacerdote y alemán, y pregunto a Ud., Director del Orden Médico del Reich, por los crímenes que se perpetran por orden suya o con su aprobación, y que provocan la venganza del Señor de la vida y de la muerte sobre el pueblo alemán.»
Al mismo tiempo trabajó para aliviar el
sufrimiento de los judios perseguidos y de los llamados «no-arios»; en 1938
asume la dirección de la «Obra asistencial del Ordinariato Episcopal»,
encargada de la ayuda a estas personas, aunque también recibió a algunos en su
casa. En octubre de 1941 un folleto que se distribuyó de forma anónima, pero de
los nazis, dice que quien muestra compasión por los judios, comete un acto de
alta traición a la patria. Ante esta amenaza, como preboste de la catedral, el
padre Bernardo quiso responder con una declaración de protesta, que leería
personalmente desde el púlpito en todas las misas del siguiente domingo, pero
tras la denuncia de dos mujeres, la Gestapo realizó una búsqueda, encontró el
documento preparado para la protesta, por lo que seguidamente, el 23 de octubre
de 1941, el padre Bernardo fue detenido. Fue llevado primero a la prisión de
Plötzensee y más tarde a la de Moabit, acusado de dos delitos: el primero de
haber obrado contra el Estado, objeto de su predicación ante muchos fieles (en
referencia a la oración por Judios y no arios), la segunda, que se había
preparado una hoja contra los folletos de propaganda antisemita. Siguieron
varios interrogatorios por parte de la Gestapo; el padre Lichtenberg, ya
enfermo, no pudo soportar los rigores de la cárcel y agravó, pero no se le dio
permiso para estar en un lugar donde pudiera curarse. El 22 de mayo de 1942 fue
condenado a dos años de prisión. Con audacia declaró que como sacerdote
católico no podía aceptar la filosofía del nazismo y que para él los
mandamientos de Dios tenían más fuerza que las leyes del Estado.
Pasada la detención, se le pide que asista
en el gueto de Litzmannstadt a los judios bautizados, pero el 23 de octubre de
1943, apenas salido de la cárcel de Tegel en Berlín, fue trasladado al campo de
concentración Wuhlheide (en Berlín), y desde allí enviado por las SS al
tristemente famoso campo de Dachau, en un estado de salud física tan debilitado
que, sin atención médica adecuada ni medicamentos, el viaje equivalía a una
sentencia de muerte. De hecho, cuando el 3 de noviembre, tras seis días de
interminable viaje en un vagón, llegó a la ciudad de Hof, en Baviera, estaba ya
en estado de coma ligero; trasladado a la clínica local, murió el 5 de
noviembre de 1943, edificando a todos con su comportamiento sereno. Fue
sepultado en el cementerio de Santa Eduvigis, en Berlín, y la fama de su
martirio se difundió en toda la diócesis. En 1965 sus restos fueron trasladados
a la cripta de la catedral.
Traducido para ETF de un artículo de
Antonio Borrelli.
fuente: Santi e Beati
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_4053
can.: culto local
país: Italia - †: s. V
país: Italia - †: s. V
En Apulia, san Marcos,
obispo de Ecano, hoy Troia.
can.: pre-congregación
país: Alemania - †: 500
país: Alemania - †: 500
En Tréveris, en la
Renania, de Austrasia, san Fibicio, obispo.
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