San Anisio de Tesalónica, obispo
fecha: 30 de diciembre
†: c. 406 - país: Grecia
otras formas del nombre: Anysio
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
†: c. 406 - país: Grecia
otras formas del nombre: Anysio
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: Conmemoración de san Anisio, obispo
de Tesalónica, en Grecia, que vivió en tiempo del emperador Teodosio y a quien
los Romanos Pontífices constituyeron vicario apostólico en Eslavonia, siendo
colmado de alabanzas por san Ambrosio.
En el año 383, cuando murió Ascolio,
obispo de Tesalónica, y se eligió a Anisio para reemplazarlo, san Ambrosio
escribió una carta al nuevo prelado para decirle que había tenido noticias de
que era un celoso discípulo de Ascolio, y para expresarle su esperanza de que
demostrase ser «otro Eliseo para su Elías». Son muy escasos los detalles que se
conocen sobre la vida de san Anisio, pero en la historia de la Iglesia se le
toma muy en cuenta, a causa de la actitud del papa san Dámaso, quien le nombró
patriarca vicario de la Iliria, un territorio que, posteriormente, fue motivo
de disputa entre Roma y Constantinopla. Además, los poderes que se le
confirieron, fueron renovados por los pontífices san Siricio y san Inocencio I.
San Anisio apoyó siempre con vigor a san Juan
Crisóstomo e hizo un viaje especial a Constantinopla para
defender su causa contra Teófilo de Alejandría. En el año de 404, san Anisio,
junto con otros quince obispos de Macedonia, hizo un llamado al papa Inocencio
para que emitiese su juicio en la causa por la cual san Juan Crisóstomo había
sido exilado de su sede, con la promesa de actuar según su última decisión. San
Juan Crisóstomo escribió una carta de agradecimiento a Anisio. Durante el
episcopado del santo, tuvo lugar en Tesalónica la espantosa matanza referida en
el artículo sobre san Ambrosio.
Las virtudes de san Anisio fueron muy alabadas, tanto por san Inocencio I como
por san León Magno.
No existe ninguna biografía de san Anisio
y nuestros conocimientos sobre él dependen de noticias aisladas, como por
ejemplo, las que discute Tillemont en sus Mémoires, vol. x, pp. 156-158. Véase
también a Duchesne, en L'Illyricum eclésiastique, editado en el Byzantinische
Zeitschrift, vol. I (1892), pp. 531-550; L. Petit en Les évéques de
Thessalonique, publicado en Echos d'Orient, vol. IV (1901), pp. 141 y ss.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_4651
San Perpetuo de Tours, obispo
fecha: 30 de diciembre
fecha en el calendario anterior: 8 de abril
†: 491 - país: Francia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
fecha en el calendario anterior: 8 de abril
†: 491 - país: Francia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En Tours, en la Galia Lugdunense,
san Perpetuo, obispo, que edificó la basílica de San Martín y muchas otras en
honor de los santos, y reguló en su Iglesia la práctica de ayunos y vigilias.
San Perpetuo sucedió a Eustoquio en la
sede de Tours. Durante los treinta o más años que gobernó la diócesis, luchó
mucho por propagar la fe, imponer la disciplina y determinar los ayunos y
fiestas en su territorio. Entre otras cosas, decidió que se observara el ayuno
un día por semana, probablemente el lunes, desde la fiesta de San Martín hasta
la Navidad. San Gregorio de Tours, que escribió un siglo más tarde, dice que
estas disposiciones se observaban todavía en su época. San Perpetuo profesaba
gran devoción a san Martín de Tours, en cuyo honor construyó o ensanchó la
basílica que lleva su nombre. Como la iglesia que san Bricio había construido
sobre la tumba de san Martín resultaba demasiado pequeña para el número de
peregrinos, san Perpetuo mandó trasladar las reliquias a la nueva basílica,
cuya consagración tuvo lugar hacia el año 491. La construcción había durado
veintidós años.
Se dice que el dolor que causaron al santo
las invasiones de los godos y la propagación del arrianismo apresuraron su
muerte. Unos quince años antes, había escrito su testamento; si fuera genuino,
el documento sería de gran importancia. En él perdona el santo a todos sus deudores
y concede la libertad a sus esclavos; deja a su iglesia su biblioteca y varias
fincas, establece una fundación para las lámparas de la iglesia y la compra de
vasos sagrados, y señala a los pobres como herederos del resto de sus
posesiones. El testamento empieza con estas palabras: «En el nombre de
Jesucristo, Amén. Yo, Perpetuo, pecador, sacerdote de la Iglesia de Tours, no
queriendo morir sin hacer testamento pura evitar que los pobres queden
defraudados ...» Al fin del documento, el santo dirige estas palabras a sus
herederos: «Vosotros, mis amadísimos hermanos, vosotros los pobres, los
necesitados, los enfermos, las viudas y los huérfanos, vosotros que fuisteis mi
alegría y mi corona, sois también mis herederos. Os dejo todo lo que tengo,
excepto las cosas que he indicado más arriba. Os dejo mis campos, pastizales,
viñedos, casas, jardines, aguas, molinos, oro, plata y vestidos ...» Perpetuo
dejó a su hermana, Fidia Julia Perpetua, una crucecita de oro con algunas
reliquias; a una iglesia, una píxide de plata para el Santísimo Sacramento. Es
una pena tener que advertir que este documento, cuya autenticidad aceptaban
d'Achéry, Henschenius, Alban Butler y aun el «Diccionario de Biografías
Cristianas» de 1887, es una falsificación del siglo XVII, debida a la pluma del
desvergonzado Jerónimo Vigner (no fue esta su única falsificación
hagiográfica). Esto demuestra una vez más la necesidad de estudiar críticamente
las fuentes hagiográficas de todas las épocas. También el epitafio del santo,
que se creía genuino, es una falsificación.
Ver Acta Sanctorurn, abril, vol. I; y cf.
Analecta Bollandiana, vol. XXXVIII (1920), pp. 121-128, y Duchesne Fastes
Episcopaux, vol. II, pp. 300-301. Sobre el pretendido testamento de san
Perpetuo, ver Havet, Bibliotheque de l'Ecole de Chartres, vol. XLVI (1885), pp.
207-224.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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Estas biografías de santo son propiedad de
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