San Jocundo de Aosta, obispo
fecha: 30 de diciembre
†: c. 502 - país: Italia
otras formas del nombre: Iucundus
canonización: culto local
hagiografía: Santi e Beati
†: c. 502 - país: Italia
otras formas del nombre: Iucundus
canonización: culto local
hagiografía: Santi e Beati
Elogio: En Aosta, en los Alpes Graios, san
Jocundo, obispo.
Entre los santos que han honrado con su
presencia y actividad la bellísima ciudad de Aosta y su valle, además de san
Urso, eremita del siglo VI, y san Grato, obispo y patrono de la ciudad, del
siglo V, está san Jocundo, que fue el tercer obispo de Aosta -la romana Augusta
Pretoria-, sede en la que sucedió al mencionado san Grato. Por su lejanía en el
tiempo y por falta de documentación, no puede decirse casi nada de él. Se sabe
con certeza que participó en el Concilio de Roma del 501 y del 502.
fuente: Santi e Beati
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_4653
San Geremaro, abad
fecha: 30 de diciembre
fecha en el calendario anterior: 24 de septiembre
†: c. 658 - país: Francia
otras formas del nombre: Germer
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
fecha en el calendario anterior: 24 de septiembre
†: c. 658 - país: Francia
otras formas del nombre: Germer
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En Fly, cerca de Beauvais, en el
territorio de Neustria, san Geremaro, abad del monasterio que él mismo fundó en
este lugar.
Este santo fue uno de los numerosos
francos nobles que, luego de haberse casado y vivido contentos en el mundo y en
su trabajo secular, a veces muy lucrativo, lo dejan todo para consagrarse
efectivamente a Dios en la vida monástica o eclesiástica, donde muchos llegaron
a distinguirse hasta el grado de alcanzar la santidad. Geremaro había nacido en
el territorio de Beauvais, y en su juventud formó parte de la corte de
Dagoberto I, donde se casó con una noble dama llamada Domana, a quien también
se venera como santa en la diócesis de Evreux. Sus dos hijas murieron a
temprana edad, y su hijo, educado bajo la influencia de san Audoeno, obispo de
Rouen, decidió también abrazar la vida religiosa. Geremaro había fundado ya un
monasterio cerca del lugar donde nació, pero optó por recibir los hábitos
monásticos en Pentale, ciudad de la región del Risle, cerca de Brionne. Fue un
religioso modelo y llegó a ocupar el puesto de abad.
Pero si bien suele admirarse la práctica
de la severidad y de la estricta regularidad en un súbdito, no siempre sucede
lo mismo en un superior, y varios de los monjes de Pentale estaban descontentos
con su nuevo abad. Por cierto que aquellos monjes eran malos religiosos y hasta
malos hombres, puesto que se afirma que llegaron a hacer un intento contra la
vida de san Geremaro, por el artero procedimiento de fijar un largo cuchillo en
las tablas del lecho del abad, con la punta hacia arriba, para que se lo
clavara al acostarse, aunque semejante ardid no le hubiese causado una herida
mortal, a menos que el santo abad fuese un hombre muy pesado o que tuviese la
mala costumbre de dejarse caer sobre la cama. Ya fuera por aquel atentado o por
la escasa popularidad y el fracaso en sus esfuerzos por mejorar la disciplina,
el abad renunció a su cargo y se fue a vivir como ermitaño en una cueva sobre
las riberas del Here. Allí pasó cinco años felices en comunión con Dios, en el
trabajo manual y en el ejercicio de su ministerio entre sus vecinos, hasta que,
cierto día, llegaron a sus oídos las noticias sobre la muerte de su único hijo,
Amalberto. «¡Oh, Dios mío!», exclamó al momento, «te doy las gracias por haber
mostrado Tu misericordia al llamar a mi hijo a tu gloria». En las tierras de
Amalberto que volvieron a sus manos, fundó otro monasterio, el de Flay, junto
al río Epte, entre Beauvais y Rouen, que, con el correr del tiempo, se llamó de
Saint Germer (es decir, la forma francesa del nombre). San Geremaro abandonó la
vida solitaria para dirigir su monasterio hasta su muerte.
La vida de San Geremaro, impresa en el
Acta Sanctorum, sept. vol. VI, fue compuesta en el siglo XI. La biografía más
antigua es la que editó B. Krusch en Monumenta Germaniae Historica, Scriptores
Merov (vol. IV, pp. 626-633), aunque el propio Krusch demuestra que esa misma
biografía no pudo haber sido escrita antes del año 851 y que, como fuente
histórica, no merece confianza. Hay otros relatos sobre el santo, como el que
escribió Guibert de Nogent, pero todos son legendarios. En la imagen, interior
actual de la Abadía fundada por san Geremaro, en Flay.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
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