lunes, 13 de febrero de 2017

"Dios es todo Amor" (Reflexión de Eduardo Jiménez Becerro)

 "Dios es todo Amor"


Dios es todo amor: nos creó a su imagen y semejanza por amor. Concretamente, nos creo en un alma y un cuerpo, que por el pecado se hizo mortal, envejece, sufre, etc... pero al morir, nos queda el alma, imagen de Dios, que es la que se presenta ante Dios.
 
El alma, al estar en presencia de Dios, reconoce a su creador y al verse inmersa en tal brutalidad de amor que es Dios, si esta en gracia, reconoce inmediatamente sus faltas cometidas y Dios, en su infinita misericordia y amor, nos permite que nos "limpiemos o nos lavemos" de nuestras miserias a través del Purgatorio, para así poder disfrutar completamente del amor de Dios en su reino. Esto, que aparentemente  no lo entendemos si Dios es todo amor, tiene una lógica humana, nadie va a un convite, teniendo un dolor de estómago, o acudiendo con la ropa sucia: antes uno se toma la medicina ó se lava la ropa para así poder disfrutar en plenitud de la fiesta y, en nuestro caso, entrar en el reino de Dios.

San Pablo decía algo así "ni el ojo vio  y el oído oyó lo que Dios tiene reservado para los que lo aman..." Sencillamente, es inimaginable y lo tenemos todos regalado, gratis total porque Jesucristo se ofreció como cordero santo al sacrificio de todos los pecados de todos los hombres, de los tuyos y de los míos, dejando así la puerta abierta para los que quieran entrar... y podemos todos, si queremos.
 
Si el alma está condenada, al estar en presencia de Dios, todo amor, lo aborrece, lo odia y no quiere estar allí, no tiene opción de arrepentirse, porque no quiere ... el demonio ya tiene su alma y Dios no puede hacer nada por ella, por lo que se va directa al infierno, donde es "el llanto y rechinar de dientes", la total ausencia de Dios, un castigo eterno de una brutalidad inimaginable pero que los santos lo describen y lo han dejado en sus escritos, para que los hombres lo sepamos y por misericordia de Dios.
 
Actualmente, hay un problema grande de creencia en Dios: la gente no cree, por lo que le es más fácil al demonio realizar su trabajo, pues los hombres somos débiles y pecamos, pero al no arrepentirnos, no tenemos esa gracia de volver a Dios, que siempre nos perdona, siempre y siempre  y está esperando a que volvamos a Él. Por otro lado, tampoco pensamos que el demonio y el infierno existan (esa es la gran victoria del demonio), y así todo se desvirtúa: no hay Dios, no hay demonio, se puede hacer lo que uno quiera, con tal de que no te pillen (pensando en la justicia humana solamente, pero no en la justicia Divina).

"Dios es todo amor y sabrá perdonarnos....", dicen algunos, sí, eso es cierto, pero al igual que su amor y su misericordia es infinita, también lo es su justicia, por lo que sin arrepentimiento verdadero (sacramento de la penitencia) no hay perdón: solo Dios sabe hasta el fin último de cada hombre y por eso no conviene juzgar a los demás, pues eso es algo entre esa persona y Dios.
 
Por eso, estimado compañero, se puede vivir de otra manera, pensando en esa vida eterna que Dios nos regala, gratis por el nacimiento y sacrificio santo de su Hijo Jesucristo. Y así,  viviéndolo de esta forma, se siente uno querido, amado por el Padre, acompañado por su Hijo Jesucristo en nuestra vida y ayudado de su madre, la Virgen María,  a pesar de nuestros pecados y de nuestras debilidades.

El Espíritu Santo actúa, todos los días, haciendo posible muchos milagros, muchas conversiones y curaciones, pero eso la gente no lo queremos ver..., no le damos importancia a las buenas noticias, porque no son noticias, no salen en la televisión... y tan solo vemos y nos fiamos de lo que nos dicen en la televisión, que en el mejor de los casos, nos distrae pero puede llegar a alejarnos de lo verdaderamente importante.

Eduardo JB

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