lunes, 27 de octubre de 2014

El pez tenía sed (AUTOLIBERACIÓN INTERIOR) Anthony de Mello


El pez tenía sed

Tienes dos maneras de ver, de ob­servar. Una manera intelectual, teó­rica, sin profundizar. La otra manera de ver es existencial, mirando desde tu propia vida, desde tu ser. San Pa­blo dice: "Veo lo que debo hacer, y hago lo que no quiero." Al decir esto se refiere al ver intelectual, que a nada compromete porque no es un ver revelador. Cuando lo ves desde lo existencial, lo ves desde la libertad que te da la verdad y entonces lo ves tal cual es, y esa revelación hace que despiertes a la realidad.

Había una vez un árabe que viaja­ba en la noche, y sus esclavos, a la hora del descanso, se encontraron que no tenían más que 19 estacas para atar a sus 20 camellos. Cuando lo consultaron al amo, éste les dijo:

-Simulad que claváis una estaca cuando lleguéis al camello número 20, pues como el camello es un ani­mal tan estúpido, se creerá que está atado.

Efectivamente, así lo hicieron, y a la mañana siguiente todos los came­llos estaban en su sitio, y el número 20 al lado de lo que se imaginaba una estaca, sin moverse de allí. Al des­atarlos para marcharse, todos se pu­sieron en movimiento menos el nú­mero 20 que seguía quieto, sin mo­verse. Entonces el amo dijo:

-Haced el gesto de desatar la es­taca de la cuerda, pues el tonto aún se cree atado.

Así lo hicieron y el camello enton­ces se levantó y se puso a caminar con los demás.

Ésta es una buena imagen que pue­de ilustrar nuestra estupidez humana cuando estamos programados e inca­paces de ver por nosotros mismos ni decidir por nosotros mismos, sino por hábitos, por unos gestos determina­dos, por la costumbre y por nuestra programación. Lo del pez que tenía miedo a ahogarse sería la mejor defi­nición del hombre frente a su reali­dad. Cuando estamos dormidos no tenemos miedo de los sueños, pero sí tenemos miedo de despertar a la rea­lidad, porque supone un cambio. Su­pongo que preferir el sueño a la rea­lidad es de idiotas, pero así es.

Kabir decía: "Me reí mucho al ver que el pez en el agua tenía sed." Ésta es nuestra propia realidad de dormi­dos. Sólo se despiertan los que desean despertarse. Tratar de convencer a los que no lo entienden es como irritar al cerdo.

 

Despertarse es despertar a la realidad de que no eres el que crees ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario