domingo, 26 de octubre de 2014

Schoenstatt agradece con una misa en la basí­lica de San Pedro 26102014

Schoenstatt agradece con una misa en la basí­lica de San Pedro

El cardenal Errazuriz: 'Vivir la alianza con Jesús y Marí­a como alianza apostólica. Celebración en el marco del primer centenario de la fundación del movimiento mariano

Miles de peregrinos del Movimiento de Schoenstatt, presentes en Roma por el centenario de su fundación, participaron este domingo en la Basílica de San Pedro, a la misa presidida por el cardenal Francisco Javier Errazuriz.

  
Ayer sábado fue el encuentro en el Aula Pablo VI, de poco más de una hora y media, del movimiento con el Santo Padre, durante el cual respondió a cinco preguntas: la familia y el sacramento del matrimonio; María como modelo de educadora; los jóvenes y la misión; los problemas de la sociedad de hoy; y la Iglesia. El Papa también confió a los miles de fieles allí presentes, tener en su mesa de luz una imagen de la Virgen María bajo la invocación de Schoenstatt, que le regaló un sacerdote del movimiento, y que todos los días cuando se levanta la toca y le reza.

En su homilía en la Basílica de San Pedro, el cardenal Errazuriz indicó: “Llegamos a esta grandiosa basílica que es nuestra casa, después de haber vivido jornadas inolvidables. Hemos celebrado simultáneamente los cien años del santuario original; cien años de alianza con la Madre tres veces admirable de Schoenstatt; cien años de nuestra familia; cien años de la espiritualidad que nos une y que alimenta nuestro encuentro con Cristo, con el Padre de los cielos, con el Espíritu Santo y entre nosotros, como nuestra fidelidad a la familia de Dios y nuestra vocación misionera. También hemos celebrados cien años del paso audaz del siervo de Dios, padre josé Kentenich, que lo convirtió en nuestro padre y fundador”.

El purpurado chileno recordó también que el Papa Francisco manifestó su gran esperanza en que sean “un movimiento de renovación que irradia la alegría del evangelio y que acepta la invitación de Jesús a salir hacia todas las periferias para que los pueblos y todas las personas sean sus discípulos”.
“La alianza con Jesús y con María -concluyó el cardenal- nos une, nos transforma y nos envía. Siempre imploramos en el Santuario la gracia de vivirla como alianza apostólica”.

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