CARRETERA DE MISIÓN
Las raposas y el ganado
alternan días y noches,
en tu pulso accidentado,
con la fiebre de los coches,
la malaria y el pecado.
El alma en fiebre transida, luces y sombras también
alterno yo en tu vaivén
¡carretera, larga herida
del tamaño de mi vida!
alternan días y noches,
en tu pulso accidentado,
con la fiebre de los coches,
la malaria y el pecado.
El alma en fiebre transida, luces y sombras también
alterno yo en tu vaivén
¡carretera, larga herida
del tamaño de mi vida!
HABLEMOS DEL TIEMPO, HERMANO
Hablemos del Tiempo, hermano,
antes de sea ido
lo que pudo ser humano.
Antes de que sea en vano
llorar un día perdido,
un surco sin nuestro grano,
un canto sin nuestro oído,
un remo sin nuestra mano.
antes de sea ido
lo que pudo ser humano.
Antes de que sea en vano
llorar un día perdido,
un surco sin nuestro grano,
un canto sin nuestro oído,
un remo sin nuestra mano.
Hablemos de la tarea
de nuestra caducidad,
que es hacer que el Tiempo sea,
todo él, Eternidad.
de nuestra caducidad,
que es hacer que el Tiempo sea,
todo él, Eternidad.
RETORNAR PARA VIVIR
La nieve se hace presente
—recordar para vivir—
en el río, bajo el puente.
—recordar para vivir—
en el río, bajo el puente.
Los ojos siempre en la fuente
—retornar para vivir—
los pies sobre la corriente
¡y el alto mar por venir!
—retornar para vivir—
los pies sobre la corriente
¡y el alto mar por venir!
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