martes, 6 de septiembre de 2016

Santos Donaciano, Presidio, Mansueto, Germán, Fúsculo y Leto, obispos mártires - San Eleuterio, abad (6 de septiembre)

Santos Donaciano, Presidio, Mansueto, Germán, Fúsculo y Leto, obispos mártires

fecha: 6 de septiembre
†: s. V - país: África Septentrional
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Elogio: Conmemoración de los santos Donaciano, Presidio, Mansueto, Germán y Fúsculo, obispos de Africa, los cuales, en la persecución bajo los vándalos, siendo rey el arriano Hunerico, fueron cruelísimamente apaleados y desterrados por confesar la verdad católica. También estaba con ellos Leto, obispo de Nepte, en Bizacena, varón valiente y doctísimo, quien, después de sufrir una larga e inmunda prisión, fue quemado vivo.
En el año de 484, Hunerico, rey arriano de los vándalos, ordenó que todas las iglesias cristianas del África fuesen clausuradas, y confiscados los bienes del clero para entregarlos al pueblo africano. Por mandato real, se congregaron los obispos en el palacio y entonces fueron conducidos lejos de la ciudad y se les ordenó que marcharan solos hacia el destierro. Frente a las puertas de la ciudad, el rey Hunerico se encontró con un grupo numeroso de cristianos que habían acudido a protestar por la injusticia. «¡ Aplastadlos con los caballos!», dijo a los guardias montados que le seguían; esa fue toda la respuesta que dio a los quejosos.
Allí mismo Donaciano y otros cuatro obispos de la provincia de Bisaseno, fueron brutalmente golpeados y, en estado lamentable, se les condujo al desierto, donde quedaron abandonados para morir de hambre y sed. San Leto, obispo de la Leptis menor, a quien el Martirologio Romano llama «varón valiente y doctísimo», y que se había ganado la enemistad de Hunerico por su enérgica oposición al arrianismo, fue encerrado en un calabozo estrecho, oscuro y pestilente, del cual lo sacaron al cabo de dos meses para quemarlo vivo. Estos fueron algunos de los primeros mártires de la persecución.
Ver Acta Sanctorum, sept, vol. II, donde se hace referencia a la «Historia persecutionis provinciae Africanae», de Víctor di Vita, pero es difícil identificar los nombres puestos en el Martirologio.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012

Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_3206




San Eleuterio, abad

fecha: 6 de septiembre
†: s. VI - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Elogio: En Spoleto, región de la Umbría, san Eleuterio, abad, cuya sencillez y compunción de espíritu alabó el papa san Gregorio Magno.

En los «Diálogos» de san Gregorio Magno, se menciona varias veces a «ese santo varón, el buen padre Eleuterio», y se dan crónicas sobre ciertos milagros obrados por él, según afirman sus monjes. Era abad del monasterio de San Marco, cerca de Spoleto. Cierta vez, que estaba en un convento de monjas, se llegó a él una de las hermanas para pedirle que se hiciera cargo de un niño a quien los malos espíritus perturbaban todas las noches. Eleuterio accedió, y durante algún tiempo nada volvió a ocurrirle al niño, de manera que se dijo para sí: «El diablo les ha jugado una mala pasada a las hermanas; pero ahora, cuando tiene que vérselas con verdaderos siervos de Dios, no se atreve a molestar al niño». Como una rápida contestación del cielo a aquellos pensamientos vanidosos, el niño sufrió un violento ataque. Eleuterio se sintió arrepentido, confesó sus culpables pensamientos a sus hermanos y les hizo esta proposición: «Que ninguno de nosotros vuelva a probar bocado hasta que el niño quede desposeído». Todos aceptaron la penitencia y no cesaron de orar hasta que el niño quedó curado. Un Sábado Santo, san Gregorio estaba enfermo y no podía ayunar, por lo que, según nos dice, se hallaba muy conturbado. «Al descubrir que en aquella sagrada vigilia, en la que no sólo los adultos sino hasta los niños ayunan, yo no podía hacerlo, sentí mayores penas por esa abstención que por mi mal». De manera que fue a pedirle a Eleuterio que orase por él a fin de que pudiera unirse al pueblo en la penitencia. Por virtud de aquellas plegarias, san Gregorio pudo ayunar sin malestares. San Eleuterio vivió durante muchos años en el monasterio de San Gregorio en Roma y ahí murió.
Nada más que lo anotado sabemos sobre Eleuterio, y eso es todo lo que nos dice san Gregorio en sus Diálogos, sobre todo en el libro 3, capítulo 33; la historia la discuten los bolandistas en Acta Sanctorum sept. vol. II.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_3207

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