San Varo, mártir
fecha: 19 de octubre
†: 307 - país: Egipto
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
†: 307 - país: Egipto
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En tierras de Egipto, san Varo,
soldado, que bajo el emperador Maximiano, al visitar y ayudar a seis santos
eremitas encarcelados, sabiendo que un séptimo había muerto en el desierto, se
ofreció a ocupar su lugar, y junto a ellos, después de varios y crueles
tormentos, adquirió la palma del martirio.

Una vez ocurrido el martirio de san Varo,
tal como lo relata el elogio del Martirologio Romano, una cristiana llamada
Cleopatra recogió el cadáver del santo, lo ocultó en un costal de lana y lo
transportó a Adraha (Dere'a, al este del lago Tiberíades), donde lo sepultó.
Muchos cristianos acudían a visitar el sepulcro del mártir. Cuando Juan, el
hijo de Cleopatra, se disponía a abrazar la carrera las armas, la dama decidió
construir una basílica en honor de san Varo y trasladar allí sus restos. Al
mismo tiempo, encomendó a su hijo a la protección del santo, quien había sido
también soldado. El día de la dedicación de la basílica, Cleopatra y Juan se
encargaron de transportar los restos del mártir hasta el altar. Esa misma noche
murió Juan. Cleopatra depositó el cuerpo de su hijo junto a las reliquias de
san Varo y ahí se quedó hasta la noche siguiente, quejándose de la ingratitud
del santo y pidiendo a Dios que resucitase a su hijo único. Finalmente,
abrumada por la pena, cayó en un profundo sueño y vio a san Varo en toda su
gloria, que conducía a su hijo de la mano. Después, se vió a sí misma cuando se
arrojaba a los pies del santo en actitud de súplica. Varo volvió entonces los
ojos hacia ella, y le dijo: «¿Crees que he olvidado todo lo que has hecho por
mí? ¿Acaso no pedí a Dios que concediese a tu hijo la salud y una brillante
carrera? Como ves, Dios escuchó mis oraciones, pues dio a tu hijo la salud
eterna y le llamó a las filas de aquellos que siguen al Cordero a dondequiera
que va». «Tenéis razón -replicó Cleopatra-, pero os ruego que me obtengáis la
gracia de ir a reunirme con mi hijo y con vos». Al despertar, Cleopatra sepultó
a su hijo junto a las reliquias de san Varo, según se le había indicado durante
su sueño, y vivió consagrada a la devoción y penitencia los siete años que le
restaban de vida. Fue sepultada junto a san Varo y a su hijo en la basílica que
ella misma había construido.
El Martirologio Romano sólo inscribe el
culto de san Varo, pero no el de Cleopatra y su hijo; sin embargo sus nombres
reciben veneración como santos en el Menaion griego del 19 de octubre.
En Acta Sanctorum, oct., vol. VIII, pueden
verse las actas griegas.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace:http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_3820
San Etbino, eremita
fecha: 19 de octubre
†: s. VI - país: Francia
otras formas del nombre: Edvino, Ethbin
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
†: s. VI - país: Francia
otras formas del nombre: Edvino, Ethbin
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En Bretaña Menor, san Etbino, monje,
que llevó vida solitaria.

El Padre de Edvino murió cuando éste tenía
quince años, y su madre le confió entonces al cuidado de san Sansón.
Más tarde, el joven ingresó en el convento bretón dirigido por Winwaloe. Un día
en que Edvino y su maestro se hallaban paseando, vieron a un leproso que yacía
a la vera del camino. «¿Qué podemos hacer por este pobrecito?», preguntó
Winwaloe. Edvino replicó al punto: «Haced lo que los Apóstoles de Cristo:
ordenadle que se levante y ande». Entonces Winwaloe, que tenía una gran fe en
Dios y en su discípulo, devolvió la salud al enfermo.
Cuando los francos destruyeron el
monasterio, san Edvino se refugió en Irlanda. Allí vivió veinte años y murió
cuando mayor era su fama por sus virtudes y milagros. Su nombre figura en el
Martirologio Romano pero no en los calendarios irlandeses. Según parece, el
nombre del santo es de origen anglosajón.
La biografía publicada en Acta Sanctorum,
oct., vol. vnr, no merece ningún crédito. Véase S.
Baring-Gould y John Fisher, Lives of British Saints, vol. II, p. 466; y Duine, St Samson (1909).
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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