lunes, 7 de noviembre de 2016

San Engelberto de Colonia, obispo - Beato Antonio Baldinucci, religioso presbítero (7 de noviembre)

San Engelberto de Colonia, obispo

fecha: 7 de noviembre
n.: 1185 - †: 1225 - país: Alemania
canonización: 
Conf. Culto: Arz. Fernando de Colonia 1618
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Elogio: En Colonia, de Lotaringia, en Germania, san Engelberto, obispo, que por defender la justicia y libertad de la Iglesia, yendo de camino fue asaltado por unos sicarios, que le hirieron hasta causarle la muerte.

Uno de los abusos que más se extendieron en la Edad Media, era la concesión de uno o varios beneficios eclesiásticos a los jóvenes, y aun a los niños. San Engelherto, cuyo padre era el poderoso conde de Berg, es un ejemplo característico de esto. Cuando estudiaba todavía en la escuela de la catedral de Colonia, era ya prebendado de Santa María de Aquisgrán, de San Jorge, de San Severino y de la catedral de Colonia. En su juventud, llevó una vida que cuadraba mal con sus obligaciones y aun fue excomulgado por haberse levantado en armas contra el emperador Otón IV. Durante algún tiempo, participó en la cruzada contra los albigenses. Más tarde, mediante un hábil juego a las cartas con otros dos candidatos, consiguió hacerse elegir arzobispo de Colonia, en 1217, cuando tenía apenas unos treinta años. Su gran diócesis estaba arruinada por las luchas políticas y religiosas, pero Engelberto poseía cualidades humanas que le hacían apto para la tarea que le esperaba: un juicio claro, un gran deseo de justicia, una voluntad fuerte y una presencia que imponía respeto. Desde el momento en que se le levantó la excomunión, llevó una vida muy correcta. Sin embargo, de no haber sido porque murió trágicamente en la defensa de una casa religiosa, es probable que no se le hubiese rendido culto nunca.
Engelberto recibió con los brazos abiertos a los frailes menores y a los dominicos, a quienes alentó para que se establecieran en sus dominios. Convocó varios sínodos en su diócesis para mantener la disciplina en el clero secular y regular. Gozaba de grandes simpatías entre los de su grey, por su afabilidad; era generoso con los pobres y amante de la paz, sin dejar por ello de mostrarse firme. Dedicaba casi todo su tiempo a los asuntos de Estado. En efecto, prestó su apoyo al emperador Federico II y, cuando éste partió a Sicilia, en 1220, nombró a Engelberto regente durante la minoría de edad de su hijo Enrique. En 1122, Engelberto coronó a Enrique, que apenas contaba doce años de edad, en la catedral de Aquisgrán. El santo desempeñó sus obligaciones con vigor y energía y supo ganarse el respeto de Enrique; pero, al mismo tiempo, la mano firme y justa con que gobernó, le creó muchos enemigos, sobre todo entre sus parientes.
Su primo, el conde Federico de Isenberg, administrador de las religiosas de Essen, aprovechó su cargo para apoderarse de ciertas propiedades y oprimir a sus vasallos. Engelberto le mandó llamar y le ordenó que restituyese lo robado. Entonces Federico tramó una conspiración para asesinar a su primo. La noticia de la conspiración llegó a oídos de san Engelberto, quien tomó algunas precauciones. Pero el 7 de noviembre de 1225, partió de Soest a Schwelm con una escolta insuficiente. Federico y otros nobles, cayeron sobre él con cien soldados y le asesinaron. El cadáver del santo tenía cuarenta y siete heridas. El joven rey Enrique llamó a juicio a Federico, y el cardenal von Urach, legado pontificio, declaró que Engelberto había sido mártir.
En la actualidad, no se le tributa culto de mártir, pero se mantiene su inscripción como santo en el Martirologio Romano, a pesar de que, en realidad, nunca fue canonizado (en su época ya había nacido el procedimiento de canonización de los santos, si bien recién estaba afirmándose, por lo que hay otros santos del mismo tiempo que tampoco fueron canonizados). En 1618 el Arz. Fernando de Colonia instituye oficialmente la fiesta litúrgica del santoel día 7 de noviembre, y eso puede considerarse como una confirmación, si bien local, del culto, aunque debe notarse que esto, en sí nada anormal, debería bastar para proclamarlo sólo como beato.
Existe una biografía de Engelberto escrita por su contemporáneo, Cesáreo de Heisterbach; puede verse en Acta Sanctorurn, nov., vol. III. También se encuentran datos útiles en Regesta de la diócesis de Colonia; los textos más importantes fueron publicados en 1900 por R. Knipping en el vol. III de la colección. Dos o tres despachos del embajador inglés, Walter, obispo de Carlisle (publicados en Letters of Henry III, de la Rolls Series) demuestran que, poco antes de su muerte, Engelberto estaba en muy buenos términos con Inglaterra. Véanse también las biografías alemanas de J. Ficker (1853) y H. Foerster (1925).
Imagen: escultura de oro del siglo XVII para el altar barroco de las reliquias del santo en la catedral de Colonia. La noticia está tomada del Butler, excepto el apartado referido a la canonización.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_4077





Beato Antonio Baldinucci, religioso presbítero

fecha: 7 de noviembre
n.: 1665 - †: 1717 - país: Italia
canonización: 
B: León XIII 23 abr 1893
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Elogio: En la aldea de Pofi, en el Lacio, beato Antonio Baldinucci, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús, totalmente dedicado a la predicación de misiones populares.

En esta fecha se celebra la fiesta del Beato Antonio Baldinucci en la Compañía de Jesús y en varias diócesis de Italia, donde el beato trabajó. Antonio nació en Florencia. Era el quinto hijo de Catalina Scolari y Felipe Baldinucci. Su padre, que era pintor y escritor, se restableció de una enfermedad, gracias a la intercesión de san Antonio de Padua, y prometió que consagraría a Dios a su próximo hijo. El niño nació en 1665, precisamente en la octava de la fiesta de san Antonio, y recibió aquel nombre en el bautismo. Su padre lo educó desde un principio para el sacerdocio. Los Baldinucci habitaban en la misma casa de la Via degli Angeli, en Florencia, donde san Luis Gonzaga había vivido un tiempo cuando niño y, el recuerdo de este santo ejerció una influencia profunda en Antonio. A los dieciseis años pidió la admisión en la Compañía de Jesús, cosa que le fue concedida, a pesar de que su salud no era muy robusta.
Antonio hubiese querido ir a misionar a las Indias, pero sus superiores le dedicaron a la enseñanza de los jóvenes y a la predicación en las cofradías, primero en Terni y después en Roma. Como sufriese de fuertes jaquecas, sus superiores le enviaron de nuevo a Florencia y, después, a varios colegios situados en el campo. La salud de Antonio empezó a mejorar y comenzó a predicar con gran éxito. A los treinta años recibió la ordenación sacerdotal. Cuando terminó el año de su tercera probación, se ofreció nuevamente para las misiones de las Indias, pero sus superiores no accedieron, sino que le enviaron a trabajar a Viterbo y Frascati. Ahí pasó el beato los treinta años que le quedaban de vida, trabajando sobre todo entre los pobres e instruyendo al pueblo. Para atraer a las gentes, empleaba métodos muy llamativos, semejantes a los que usó san Pedro Claver con los negros y el beato Julián Maunoir con los bretones. En efecto, solía organizar imponentes procesiones, desde diversos sitios hacia el centro de la ciudad, que era donde predicaba, con los penitentes que llevaban coronas de espinas y se disciplinaban. El beato predicaba a menudo con una cruz sobre los hombros o cargado de cadenas y movía a compasión al pueblo al aplicarse feroces disciplinas en las calles. Una vez que había conseguido impresionar a las gentes y hacerse oír, empleaba métodos más ordinarios. A fin de guardar el orden entre las multitudes que acudían a oírle, solía organizar un cuerpo de guardias, escogidos generalmente entre aquellos que llevaban una vida notoriamente licenciosa, con lo cual se los ganaba y conseguía que oyesen sus consejos. Por regla general, la misión terminaba con la quema pública de barajas, dados, imágenes obscenas y otros objetos que fuesen ocasión de pecado. El juego, las venganzas violentas y el libertinaje, estaban a la orden del día pero el celo del padre Antonio lograba conversiones duraderas y le movía a dejar organizadas buenas obras.
Aunque predicaba constantemente misiones, con el trabajo que ello supone, tuvo tiempo para escribir numerosos sermones e instrucciones, por no hablar de su amplia correspondencia. Rara vez dormía más de tres horas y lo hacía siempre sobre un lecho de tablas. Ayunaba tres días por semana. En vista de su prodigiosa actividad, el Papa Clemente XI le dispensó de la recitación del breviario, pero el beato jamás hizo uso de esa dispensa. En veinte años, predicó 448 misiones en trece diócesis de los Abruzzos y de la Romagna. En 1708, fue a predicar la cuaresma en Liorna, por orden del duque Cosme III. Llegó descalzo, vestido con una vieja sotana y con su equipaje sobre los hombros. Los nobles no asistieron al principio a sus sermones, pero el beato acabó por ganárselos, y desde entonces, predicó siempre durante la cuaresma en alguna de las ciudades más importantes de la región. El año 1716 Italia se vio asolada por un hambre terrible, y el beato Antonio trabajó incansablemente por socorrer a los necesitados. Aunque apenas tenía algo más que cincuenta años, estaba consumido por la fatiga y con dificultad pudo soportar aquel esfuerzo. Dios le llamó a Si el 7 de noviembre del año siguiente. Durante una misión que había predicado en Carpineto en 1710, se hospedó en la casa de la familia Pecci, que casi dos siglos más tarde había de dar a la Iglesia al Papa León XIII. Antonio Baldinucci fue precisamente beatificado por dicho pontífice en 1893.
Se conservan muchos detalles de la vida del beato, gracias a las deposiciones de los testigos del proceso de beatificación, así como a las cartas y otros documentos contemporáneos. En Acta Sanctorum, nov. vol. III, hay un buen artículo, aunque un tanto sumario, basado en dichas fuentes. El P. F. M. Galluzzi publicó una biografía voluminosa del beato, apenas dos años después de su muerte. El P. L. Rosa publicó en 1899 una amplia colección de cartas del beato.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_4078

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