Santa María del Carmen Sallés y Barangueras, virgen y fundadora
fecha: 25 de julio
n.: 1848 - †: 1911 - país: España
canonización: B: Juan Pablo II 15 mar 1998 - C: Benedicto XVI 21 oct 2012
hagiografía: Alfa y Omega
n.: 1848 - †: 1911 - país: España
canonización: B: Juan Pablo II 15 mar 1998 - C: Benedicto XVI 21 oct 2012
hagiografía: Alfa y Omega
Elogio: En Madrid, capital de España, santa
María del Carmen Sallés y Barangueras, virgen, fundadora de la Congregación de
las Hermanas de la Inmaculada Concepción, para la educación de mujeres piadosas
e incultas.
Cuando vino al mundo Carmen Sallés y
Barangueras, en abril de 1848, nadie lo tomó en cuenta. Era el año del
Manifiesto comunista. Un acontecimiento social y político de primera magnitud.
Incluso en su ciudad natal, Vic, pasó inadvertido. Allí toda la atención se la
llevó La muerte de Jaime Balmes, filósofo y escritor de gran relieve.
La vida de Carmen Sallés no iba a ser
fácil. Desde niña apuntaba hacia caminos particulares y difíciles, rompiendo
los designios de sus padres que la encarrilaban al matrimonio. Ella abrigaba un
propósito personal que fue tomando cuerpo en sus años jóvenes. Sentía por
dentro una inclinación religiosa. Con el tiempo supo que aquello era el germen
imparable de una vocación de entrega a los caminos de Dios y del prójimo.
Caminos claros e inciertos a la vez. ¿Por
dónde tirar? Entró primero en las Adoratrices. Contenta pero no satisfecha,
pasó a las Dominicas. Le tiraba el camino de la educación. Lo llevaba hincado
en el alma. ¿Cuál iba a ser su lugar en la Iglesia? Junto con su tendencia a la
educación humana y religiosa, su vocación se decantaba hacia la dignificación
de la mujer. Soñaba con hacer algo que favoreciera la feminidad. Algo que
sumara cultura y religiosidad; que educara, que formara, adelantándose a otros
influjos. Incluso algo que preservara. Educar consiste en anticiparse, era el
estribillo que le rondaba por la cabeza. Y pensaba siempre en la Inmaculada,
preservada y preparada por Dios para una gran misión. Tan sublime y tan
femenina a la vez. Lo suyo, lo de Carmen Sallés, apuntaba a un feminismo sin
aspavientos. Era, en realidad, un feminismo a lo divino.
Con la plenitud de la edad le alcanzó a
Carmen la plenitud de su decisión. Tenía un ideal claro y algunas compañeras
-Emilia, Remedios, Candelaria- con quienes ponerse a la tarea. Abriría con
ellas un nuevo camino en la Iglesia. Al servicio de Dios y con especial
dedicación a la promoción integral de la mujer. Pero ¿hacia dónde dirigir sus
pasos? Inició una dura peregrinación. Consultas y tanteos. Ilusiones y
sinsabores. Un buen día, descartadas otras bazas, dijo a sus compañeras con
clara decisión: Será en Burgos. Allí Dios proveerá.
Queriéndolo o sin quererlo, Carmen Sallés
se había metido por los caminos de Teresa de Jesús. En Burgos, en 1582, había
dejado Teresa su última fundación. Cómo el Señor guió hacia allí sus pasos y
cómo sostuvo a la fundadora, lo cuenta la madre Teresa en el capítulo 31 de Las
fundaciones. No era mal augurio empezar justo donde Teresa terminó. De momento,
en octubre de 1892 Carmen Sallés y las suyas estaban arrodilladas ante el
Cristo de Burgos. Era lo primero que se le había ocurrido también a Teresa de
Jesús.
Con el respaldo del arzobispo Manuel Gómez
Salazar nacería enseguida la Congregación de Religiosas Concepcionistas
Misioneras de la Enseñanza. Fecha, el 15 de octubre de 1892, fiesta litúrgica
de santa Teresa. No podía ser de otra manera. La aprobación oficial del
arzobispo llegaría poco después. El día de la Inmaculada Concepción. Cuando las
primeras Concepcionistas, con su hábito blanco y azul, salieron de casa para ir
a la catedral, en Burgos había nevado copiosamente. ¡Qué amasijo de curiosas y
providenciales coincidencias! ¡Todo quedaba entre Teresa de Jesús y la
Inmaculada Concepción!
Desde Burgos inició Carmen Sallés los
caminos de sus muchas fundaciones. Orientándolas a la educación pero
coincidentes en muchos perfiles -posadas y carretas incluidas- con los viejos
caminos fundacionales de Teresa. Carmen iba abriendo noviciados y escuelas o
colegios. Segovia, El Escorial, Madrid, varios lugares de la Mancha, de
Cáceres, de Navarra. Cuando le llegó la hora, el 25 de julio de 1911, su
congregación de Concepcionistas estaba consolidada y presente en buena parte de
la geografía española. Luego vendría la expansión por el ancho mundo. Siempre
en pie de servicio alegre y comprometido. Brasil, Japón, Venezuela, Estados
Unidos, Italia, República Democrática del Congo, República Dominicana, Guinea
Ecuatorial, Corea, Filipinas y México testimonian hoy que los caminos de Carmen
Sallés -caminos de santidad personal orientados a Dios y de servicio al prójimo
en el campo de la educación- eran de alcance universal.
Su beatificación en 1998 por Juan Pablo II
y canonización por Benedicto XVI en 2012 certifican la ejemplaridad de su vida
y de sus virtudes. Su santidad probada y atractiva. La validez eclesial de su
testimonio y de su herencia. ¡Quién iba a decirlo en Vic aquel 9 de abril de
1848!
Artículo de Joaquín L. Ortega
fuente: Alfa y Omega
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
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