Estás dormido
¿Y cómo sabré si estoy dormido?
Jesús os lo dice en el Evangelio: “¿Por qué decís Señor, Señor, si no hacéis lo
que os digo?” Si no hacemos lo que Dios quiere y nos dedicamos a fabricarnos un
Dios “tapa agujeros”, es que estamos dormidos. Lo que importa es responder a
Dios con el corazón. No importa ser ateo, musulmán o católico; lo importante es
la circuncisión y el bautismo del corazón. El estar despierto es cambiar tu
corazón de piedra por uno que no se cierre a la verdad.
Si estás doliéndote de tu
pasado, es que estás dormido. Lo importante es levantarse para no volver a
caer. La solución está en tu capacidad de comprensión y de ver otra cosa que lo
que te permites ver. Ver lo que hay detrás de las cosas. Cuando se te abran los
ojos, verás cómo todo cambia, que el pasado está muerto y el que se duerme en
el pasado está muerto, porque sólo el presente es vivo si tú estás despierto en
él.
Metanoia quiere decir despertarse y no perderse la vida. Es vivenciar
el presente. Para saber esto hay un criterio: ¿Tú sufres? Es que estás
dormido. Es igual que sepas muchas cosas y te dediques a salvar a las
personas. "El ciego que guía a otro ciego" quiere decir que los dos
están dormidos. Si sufres es que estás dormido. Me dirás que el dolor existe.
Sí, es verdad que el dolor existe, pero no el sufrimiento. El sufrimiento no
es real, sino una obra de tu mente. Si sufres es que estás dormido porque, en
sí, el sufrimiento no existe, es un producto de tu sueño; y si estás dormido,
verás a un Jesús dormido, que tú te has imaginado, que nada tiene que ver con
el Jesús real, y eso puede ser muy peligroso.
Calderón dice:
"Todo es según el color del cristal con que se mira." Si estás
dormido no serás capaz de ver más que cosas dormidas, y no te darás cuenta
hasta que despiertes. Pasará la vida por ti sin que tú la vivas.
Si tienes problemas
es que estás dormido. La vida no es problemática. Es el yo (la mente humana)
el que crea los problemas. A ver si eres capaz de comprender que el
sufrimiento no está en la realidad, sino en ti. Por eso, en todas las
religiones, se ha predicado que hay que morir al yo para volver a nacer. Éste
es el verdadero bautismo que hace surgir al hombre nuevo. La realidad no hace
problemas, los problemas nacen de la mente cuando estás dormido. Tú pones los
problemas.
Estar
despierto es aceptarlo todo, no como ley, no como sacrificio, ni como esfuerzo,
sino por iluminación.
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