REFLEXIÓN ESPIRITUAL
LA ORACIÓN ES LUZ DEL ALMA
De las homilías de san Juan Crisóstomo, obispo
(Suplemento, Homilía 6 sobre la oración: PG 64, 462-466)
(Suplemento, Homilía 6 sobre la oración: PG 64, 462-466)
El sumo bien está en la plegaria y en el diálogo con Dios, porque equivale a una íntima unión con él... Una plegaria, por supuesto, que no sea de rutina, sino hecha de corazón; que no esté limitada a un tiempo concreto o a unas horas determinadas, sino que se prolongue día y noche sin interrupción.
Conviene, en efecto, que elevemos la mente a Dios no sólo cuando nos dedicamos expresamente a la oración, sino también cuando atendemos a otras ocupaciones, como el cuidado de los pobres o las útiles tareas de la munificencia, en todas las cuales debemos mezclar el anhelo y el recuerdo de Dios, de modo que todas nuestras obras, como si estuvieran condimentadas con la sal del amor de Dios, se conviertan en un alimento dulcísimo para el Señor. Pero sólo podremos disfrutar perpetuamente de la abundancia que de Dios brota, si le dedicamos mucho tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario