domingo, 26 de abril de 2015

Informe 2014 sobre Libertad Religiosa en el Mundo (Rusia y Asia Central - Libertad Religiosa en África - Libertad Religiosa en América del Norte 27-35)(Ayuda a la Iglesia Necesitada)



Peter Humeniuk

Rusia es compleja por naturaleza y, como nación, frecuentemente incomprendida. La cuestión
de la Rusia post Unión Soviética es enormemente importante en un momento en el que
el mundo bipolar de la época de la Guerra Fría ha dado paso a un mundo con una única súper
potencia. En estas circunstancias, después de la URSS, han surgido nuevos Estados.
Rusia asumió las responsabilidades de la Unión y cumplió con ellas. A lo largo de los 25
años que han pasado desde su creación, la Federación de Rusia ha sufrido una dolorosa
transformación sin parangón, proceso que aún no ha terminado.
El tamaño, la historia, la cultura, la diversidad étnica de Rusia y, no menos importante, su
Ortodoxia, exigen un enfoque cuidadosamente matizado. Una preocupación clave es que
muchas personas carecen a veces de paciencia para alcanzar un conocimiento más profundo.
Se dice que la ignorancia y el interés personal de los asesores occidentales durante
los “salvajes años 90” han dejado su huella en Rusia. Por ejemplo, actualmente, el término
democracia tiene ciertas connotaciones negativas.
¿Qué le pasa a Rusia? ¿Qué resultados se van a obtener de la evaluación actual de su pasado
reciente, tan trágico en ocasiones? ¿Qué objetivos se ha propuesto el país para sí y
para su futuro? ¿Va a cambiar el statu quo, la división de poderes interna? ¿Se va a redefinir
o revisar por completo?
Europa no termina en Riga o en Tallin, ni siquiera en los Montes Urales. Vladivostok, por
ejemplo, tiene carácter europeo y cristiano. Además, Europa no es el centro del mundo y
para Rusia tampoco constituye la única opción. Moscú tiene sus propios intereses y es opinión
difundida que sus líderes y su pueblo esperan que Occidente les trate con mayor respeto.
De momento el jurado está reunido considerando el problema de si una asociación
aparentemente obvia y prometedoramente estratégica con Occidente va a deslizarse una
vez más hacia una confrontación peligrosa. La respuesta también dependerá en parte de
cómo se comporte Occidente.
El conocimiento de la identidad nacional y religiosa de la nación multiétnica de Rusia es de
vital importancia, tanto históricamente como en la actualidad. El Estado reconoce y trata
con respeto a las llamadas “religiones tradicionales” (cristianismo ortodoxo ruso, islam, ju-
27
daísmo y budismo) y además, de facto, a la Iglesia católica, los luteranos, los armenios, etc.
Hay comunidades en las que la línea entre los grupos destructivos o radicales similares a
sectas se considera difícil de trazar, y aquí se pueden encontrar restricciones. A partir de
mediados de los años 90 la antigua Unión Soviética atea se vio auténticamente inundada
por toda una gama de sectas y comunidades distintas que, provistas de grandes recursos
económicos, eran activas en el interior de este inmenso dominio pero que a largo plazo han
logrado relativamente poco éxito. Actualmente algunas minorías religiosas están relacionadas
con aquellas sectas. Rusia tiene que luchar, posiblemente con mayor urgencia que las
naciones occidentales, para integrar su “propia” forma de islam, cuya radicalización ya está
teniendo consecuencias para la sociedad. La línea divisoria entre una comunidad religiosa
foránea y una célula terrorista activa puede ser muy delgada.
Los cinco Estados de Asia Central (Kazajistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Kirguistán y Tayikistán)
ocupan juntos una zona de unos 4 000 000 de km2, una extensión similar a la del
territorio de la Unión Europea, y cuentan con una población total de 62 millones de personas,
escasamente la del Reino Unido. La región está situada en la zona central de la histórica
Ruta de la Seda, que limita al norte con Rusia, por el este con China y por el sur con Irán y
Afganistán.
Aparte de su situación geográfica, estos países comparten en la actualidad la característica
histórica común de que hasta 1991 eran repúblicas de la Unión Soviética. El ruso era el idioma
oficial y la ideología socialista. La vida económica, científica y cultural tenía a Moscú como
punto de referencia dominante, con todas las ventajas e inconvenientes que esto conlleva.
Con la caída del imperio soviético, estos países tuvieron que reconstruir rápidamente
unas nuevas estructuras de Estado, definir su identidad nacional y tomar posiciones a nivel
regional e internacional. Todos los Estados autónomos vasallos de la Unión Soviética han
acabado organizándose en torno a una administración central, en parte para excluir las tendencias
secesionistas gracias a la naturaleza del sistema. La interrelación económica era
muy profunda por lo que su desmembración fue dolorosa.
La élite gobernante y los cuadros del partido tenían a sus espaldas unas carreras profesionales
y una experiencia similares. Con el derrumbamiento general, los valores y las formas
de pensar compartidos también se hicieron insostenibles. Tras la independencia, les fue difícil
encontrar el rumbo; Rusia tenía problemas propios que resolver; la Unión Europea no
era una opción. Un gran número de rusos, ucranianos, descendientes de alemanes y otros
grupos se vieron obligados en aquella época a abandonar estos países con todas sus pertenencias.
Para la mayoría de ellos supuso una experiencia traumática.
Al final, los cuadros soviéticos de las antiguas repúblicas socialistas prevalecieron en todos
los casos. Se formaron regímenes autoritarios más o menos estrictos, basados esencialmente
en clanes familiares. La búsqueda del sentido de identidad está lejos de haber acabado
aún.
La base económica de los países de Asia Central eran, y siguen siendo en muchos casos,
los ricos recursos naturales (combustibles fósiles, especialmente en Turkmenistán) y materias
primas (por ejemplo algodón de gran calidad en Uzbekistán). Los ingresos obtenidos
se distribuyen de forma desigual. Un factor económico importante son los trabajadores emigrantes
de Asia Central que se ganan la vida en Rusia, sobre todo, lo que permite que sus
28
familias sobrevivan en sus países de origen. Actualmente, la vida pública en las dos ciudades
rusas más importantes, Moscú y San Petersburgo sigue dependiendo prácticamente por
completo de estos trabajadores de servicios. Por otro lado, estos emigrantes musulmanes
representan una amenaza de agitación étnica y religiosa y por ello un peligro potencial para
la nación rusa, de gran diversidad étnica.
Kazajistán representa un papel estabilizador dentro de la zona y ha encontrado su lugar en
el mundo a través de su unión aduanera con Rusia y Bielorrusia.
Para Turkmenistán, país poco poblado y muy rico en gas (es el cuarto país del mundo), el
póquer del flujo de petróleo / gas (por ejemplo el fallido proyecto Nabuco) juega un papel
central. Los gasoductos están diseñados para transportar gas a través del mar Caspio, atravesando
el Cáucaso, hacia Turquía y desde allí a la Unión Europea, como alternativa complementaria
a los gasoductos que transportan gas hacia Rusia y China. Uzbekistán, el país
más poblado y étnicamente unificado, es relativamente estable a pesar del coste de las duras
restricciones. Económicamente débil, Tayikistán ha sido escenario de conflicto interno
y, junto con Kirguistán, se cuenta entre los países más débiles e inestables de la zona. Los
dos son países montañosos cuyas fronteras se vigilan con dificultad.
Los países de Asia Central pertenecen al ámbito de influencia ruso desde el punto de vista
político, militar y económico. Esta zona también goza de importancia estratégica para Rusia.
Aquí se podrían explotar mercados potenciales, además de los muy necesitados recursos
naturales y tal vez plantear la utilización del terreno en un futuro. Para Estados Unidos tienen
interés las bases militares como medio de tomar posiciones respecto a Rusia y China. Utilizó
esta opción de forma temporal en Uzbekistán durante la campaña de Afganistán.
Una amenaza que pesa sobre estos países son los acontecimientos que se están produciendo
actualmente en Afganistán. Tras la retirada de las potencias occidentales del Hindu
Kush, existe un peligro cada vez mayor de que el islamismo radical se difunda por la zona.
Se trata de una perspectiva aterradora para estos regímenes autoritarios en los que el islam
está controlado por el Estado, es considerado como un elemento de la identidad nacional y
está presente de forma bastante moderada en la esfera pública. Además, con la retirada de
las fuerzas militares de Afganistán, se podría esperar un mayor crecimiento de la producción
de droga, con consecuencias obvias. También se perciben como amenaza la serie de “revoluciones
de colores” de la Europa Oriental y de las “primaveras árabes” que en circunstancias
similares derrocaron a regímenes autoritarios, pero dejaron a su paso el caos. La
gente buscaba democracia y derechos humanos, pero el resultado fue que Al Qaida, el ISIS,
los talibanes y demás ganaron fuerza con el consiguiente éxodo masivo de cristianos…
¿Quién será el siguiente?
Estas consideraciones no justifican necesariamente las restricciones pero explican en cierta
medida las razones que han llevado a imponerlas. Para los cristianos católicos y ortodoxos
de la zona, Kazajistán (a pesar de algunas restricciones) es un lugar de paz y seguridad.
En el resto de estos países, los cristianos representan una minoría muy pequeña que tiene
que relacionarse astutamente con los regímenes respectivos y con la sociedad musulmana
más amplia. Otras comunidades religiosas que no están tradicionalmente enraizadas en la
sociedad se consideran, como el resto de las organizaciones no controladas por el Estado,
una amenaza potencial y en muchos casos se les trata de forma restrictiva.
29

Libertad Religiosa en África
José Carlos Rodríguez Soto

Dado que África es un continente formado por 54 países, uno podría esperar una gran variedad
de situaciones en lo que a la libertad religiosa se refiere. Estas son las principales
que hemos descubierto durante el período estudiado en este Informe:
1. Hay países en los que el islam es la religión oficial del Estado: Argelia, Marruecos, Yibuti,
Comoras, Sudán, Túnez y Mauritania. En algunas de ellas, como Sudán y Mauritania,
convertirse a otra religión distinta del islam es equivalente a la apostasía, un delito que
se castiga con gran severidad. En otras naciones islámicas, aunque puede que la conversión
no conlleve medidas tan duras, las autoridades limitan enormemente la posibilidad
de cambiar de religión, como ocurre en Marruecos y Argelia. Libia constituye un caso peculiar;
aunque no tiene legislación que prohíba la conversión fuera del islam, hacerlo puede
acarrear graves problemas, como el arresto y la cárcel.
2. En algunos otros países africanos, aunque la Constitución reconoce el derecho a la libertad
religiosa, en la práctica hay fuertes restricciones al ejercicio de esta libertad fundamental.
Es el caso de Eritrea, donde el Gobierno obliga a todo el personal religioso a realizar
el servicio militar y lucha por ejercer un estricto control sobre los distintos grupos
religiosos; por ejemplo, es quien nombra al gran muftí de la comunidad musulmana y al
patriarca ortodoxo. La Iglesia católica de Eritrea, que se ha negado a aceptar esta política
y ha criticado la falta de libertad del país, sufre fuertes restricciones como la negativa a
conceder visas a personal misionero extranjero. Otro caso similar es el de Ruanda, donde
varios sacerdotes han sido detenidos o les han impuesto multas por expresar opiniones
sobre la reconciliación que no están de acuerdo con la versión oficial. En esta categoría
se pueden incluir países cuya legislación exige que los grupos religiosos cuenten con un
número mínimo de seguidores para registrarse. En la práctica, este criterio niega el derecho
a ejercer la libertad de culto a algunos grupos evangélicos y pentecostales en varios
países. También ha provocado situaciones extremas como la prohibición oficial del islam
en Angola, promulgada por las autoridades a finales de 2013.
30
3. Los casos que se acaban de mencionar no deberían ensombrecer la realidad de que los
ciudadanos de la mayor parte de los países africanos disfrutan el derecho a la libertad
religiosa, que se ejerce sobre unos antecedentes de cultura favorable a la tolerancia y al
respeto mutuo entre las distintas confesiones religiosas. Las Constituciones de la mayor
parte de los países africanos reconocen el carácter laico del Estado, incluso en naciones
de mayoría musulmana como Senegal, Níger y Guinea Conakry. Algunos de estos países
tienen, incluso, una tradición de libertad religiosa que se puede proponer como modelo:
Benín, Burkina Faso, Ghana y Sierra Leona, por ejemplo. Hay países africanos que protegen
este derecho con leyes específicas que penalizan la discriminación y los ataques
a otras personas por motivos religiosos, como ocurre en Etiopía y Gabón. Estas leyes se
apoyan en arraigadas culturas de tolerancia religiosa, que se manifiestan en fenómenos
como los matrimonios mixtos y la presencia en la misma familia de personas de distintas
religiones. A pesar de esto, en los últimos años algunos de estos países africanos con
una larga historia de convivencia religiosa pacífica han experimentado un profundo deterioro
de este clima de armonía. Podemos mencionar el caso de Kenia, donde los musulmanes
se quejan con frecuencia de que reciben un trato discriminatorio porque se les relaciona
con grupos terroristas. También en Tanzania los extremistas están erosionando
la tradición del país de convivencia religiosa pacífica entre cristianos y musulmanes, especialmente
en la isla de Zanzíbar.
Respecto a las tendencias en el campo de la libertad religiosa que se han desarrollado durante
los dos últimos años, a continuación presentamos las que están surgiendo con mayor
fuerza:
1. El fundamentalismo islámico está creciendo a ritmo constante encabezado por grupos
radicales violentos como Al Qaida en el Magreb Islámico (en África occidental), Boko Haram
(en Nigeria y países vecinos) y Al Shabab, que desde su base en Somalia se ha convertido
en una seria amenaza para otros países de África oriental. Los países afectados
por la amenaza yihadista están respondiendo fundamentalmente con medios militares,
con frecuencia con el apoyo de potencias extranjeras. Sin embargo, esto es insuficiente
y tendría que completarse con políticas que favorezcan el desarrollo, el diálogo religioso
y la confianza en el Gobierno en las zonas en las que los islamistas captan seguidores.
2. Los casos de intolerancia religiosa han aumentado en varios países africanos, especialmente
en Egipto, Libia y Sudán. El caso de Meriam Ibrahim, cristiana sudanesa condenada
a muerte por apostasía y posteriormente puesta en libertad, suscitó gran interés
en la comunidad internacional, pero otros casos similares han sido menos conocidos. Por
ejemplo, Nadia Adel, mujer egipcia que en enero fue condenada a 15 años de prisión por
haber vuelto a su fe cristiana original tras la muerte de su esposo. En Libia y Egipto, las
comunidades cristianas, especialmente las iglesias coptas, han sufrido numerosos ataques.
La República Centroafricana merece una atención especial. Tras la violenta campaña
de ataques contra cristianos lanzada por los rebeldes musulmanes de Seleka en
2012 y 2013, las milicias conocidas como “Antibalaka” respondieron con oleadas de venganza
contra la minoría musulmana, lo que incluía la destrucción sistemática de mezquitas
y duras campañas de limpieza étnica. El conflicto centroafricano ha adquirido un peligroso
carácter de odio e intolerancia políticas.
31
3. Al interpretar las estadísticas hay que tener en cuenta que para muchos africanos no representa
el más mínimo problema seguir a la vez las creencias de más de un grupo religioso.
Además, en algunos países, algunos sectores de la población, con frecuencia sin
detectar, están empezando a identificarse con el ateísmo o el agnosticismo.
4. La existencia de plataformas interreligiosas para el diálogo y la acción social a favor de
la paz y de los derechos humanos constituye una tendencia esperanzadora que sigue
progresando de forma constante. En países como Camerún, Nigeria, la República Centroafricana,
Uganda, Zambia, Sudáfrica y Kenia, entre otros, existen grupos interconfesionales
a varios niveles.
.
32

Libertad Religiosa
en América del Norte
Eric Rassbach y Adèle Keim
Estados Unidos

La Constitución federal cuenta con varias disposiciones que protegen la libertad de religión,
en concreto la “cláusula sobre la libertad de práctica” que protege la práctica libre de cualquier
religión. Las leyes federales también contienen numerosas salvaguardas de la libertad
religiosa, entre ellas la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa de 1993 (RFRA, por
sus siglas en inglés) y la Ley sobre el Uso Religioso de Terrenos y Personas Internadas de
2000 (RLUIPA, por sus siglas en inglés). Estas dos leyes impiden al Gobierno imponer cargas
considerables a la práctica religiosa sin justificación convincente.
En junio de 2014, el Tribunal Supremo de Estados Unidos falló el caso de Burwell contra
Hobby Lobby Stores, Inc. un caso que implicaba la aplicación de la RFRA a una norma federal
promulgada por el Departamento de Salud y Servicios Humanos que exige a muchos
contratistas pagar paquetes de seguros de salud que incluyen anticonceptivos. Los propietarios
de Hobby Lobby, la familia Green, son protestantes y rechazan los anticonceptivos
que pueden provocar abortos en las primeras semanas de gestación, no los anticonceptivos
en general. El Tribunal Supremo decidió por 5 votos contra 4 que los Green podían excluir
los anticonceptivos abortivos sin ser penalizados por el Gobierno. Está previsto que el Tribunal
Supremo delibere sobre un caso similar sobre instituciones sin ánimo de lucro y el
mandato federal de los anticonceptivos a principios de 2015. El Tribunal ya ha concedido
medidas cautelares a la orden religiosa de las Hermanitas de los Pobres y a la escuela universitaria
protestante Wheaton College.
En julio de 2014, el presidente Obama promulgó un decreto ejecutivo federal en el que se
prohíbe a los empleadores discriminar por orientación sexual o identidad de género. A pesar
de la petición de numerosas organizaciones religiosas, el decreto no admite excepción por
práctica religiosa. Así pues, pueden plantearse demandas respecto a si las instituciones religiosas
que firman contratos con el Gobierno federal (por ejemplo, para proporcionar servicios
sociales a personas sin recursos y sin techo) incurren en la prohibida discriminación
33
por orientación sexual al exigir que sus empleados practiquen sus normas religiosas de
conducta personal.
En octubre de 2014, el Tribunal Supremo de Estados Unidos deliberará sobre el caso Holt
contra Hobbs, un caso relacionado con la RLUIPA en el que está implicado un preso musulmán
de Arkansas que quiere dejarse una barba de 1,27 cm. para cumplir los preceptos de
su religión. Esta práctica religiosa está permitida en casi todas las cárceles del sistema penitenciario
federal, pero no en la de Arkansas. El Tribunal Supremo tiene que decidir si la
ley RLUIPA protege la actividad religiosa del demandante preso a pesar del interés declarado
del Gobierno en combatir el contrabando y en facilitar la identificación de los presos.
Las Constituciones y leyes estatales también protegen la libertad religiosa. Muchas de estas
salvaguardas están en juego en litigios en los que se enfrentan las normas antidiscriminación
contra la libertad religiosa. Por ejemplo, en el caso de Elane Photography contra Willock,
una fotógrafa cristiana se negó a realizar el reportaje de una boda entre personas del mismo
sexo a causa de sus convicciones por lo que fue condenada a pagar una multa por haber
violado las leyes antidiscriminación. El Tribunal Supremo de Nuevo México falló en contra
de la fotógrafa. Uno de los jueces declaró que sacrificar la libertad religiosa constituye parte
del “precio” que tiene que pagar esta profesional por formar parte de de la sociedad americana.
El Tribunal decidió en este sentido a pesar de que en Nuevo México existe la Ley de
Restauración de la Libertad Religiosa. El Tribunal Supremo de los Estados Unidos desestimó
la revisión del caso, pero queda claro que la libertad religiosa por una parte y las normas
antidiscriminación (especialmente las que se aplican a los individuos pertenecientes a grupos
LGBT) están entrando en conflicto cada vez con mayor frecuencia y que el alto tribunal
tendrá que afrontar la situación en un futuro cercano.
Canadá
“La libertad de conciencia y religión” está protegida por la Carta de Derechos y Libertades.
Muchas provincias aportan una financiación parcial a los colegios religiosos de educación
primaria y secundaria. En casos como los de Daly contra el Fiscal General de Ontario (1999)
y el Trinity Western University contra el British Columbia College of Teachers (2001), los tribunales
canadienses protegieron el derecho de los colegios religiosos (incluso los que cuentan
con financiación estatal) de contratar a profesores cuyas creencias y conducta reflejen
los compromisos religiosos del colegio.
Sin embargo, recientemente, esta libertad se ha visto atacada. En 2008, el Gobierno de
Quebec intentó introducir un plan de estudios de religión en toda la provincia, tanto en la
escuela pública como en la privada. En Montreal, un centenario centro privado de educación
secundaria dirigido por los jesuitas, se opuso al plan de estudios del Gobierno basándose
en que exige enseñar todas las religiones, catolicismo incluido, desde una perspectiva “neutral”.
El Tribunal Supremo deliberó sobre el caso en marzo de 2014, pero aún no ha emitido
el fallo.
En el caso de 2006 de Multani contra la Commission scolaire Marguerite-Bourgeoys, el Tribunal
Supremo de Canadá decidió que un estudiante sij podía asistir a su colegio de Quebec
llevando el kirpán (daga ritual enfundada exigida por su religión). Como respuesta a esta
34
decisión, en parte, el Gobierno de Quebec propuso prohibir que los empleados públicos,
médicos y trabajadores de guarderías incluidos, lleven símbolos religiosos “ostentosos”.
Esta ley fue retirada en 2014 después de que el partido que la había propuesto perdiera las
siguientes elecciones, pero el tema de la expresión pública de la identidad religiosa sigue
siendo polémico en algunas zonas, sobre todo en Quebec.
Finalmente, la escuela universitaria protestante evangélica, la Trinity Western College, que
limita el acceso al profesorado a quienes comparten su fe, se ha enfrentado a una campaña
pública que se opone a su intención de abrir una facultad de Derecho. Quienes se oponen
a esta fundación utilizan el argumento de que la creencia religiosa del Trinity Western en la
definición tradicional de matrimonio es discriminatoria y les impide estar cualificados para
ofrecer formación legal. El resultado de este litigio afectará a todas las instituciones religiosas
que demuestren una preferencia por los correligionarios en la selección de su directiva o de
su profesorado.
La libertad de conciencia últimamente también está recibiendo ataques en otros ámbitos de
la vida canadiense. Los médicos de Ontario y Alberta que se han negado a recetar anticonceptivos
por motivos religiosos han recibido numerosas quejas y el Colegio de Médicos y
Cirujanos de Ontario está reconsiderando actualmente si sigue asesorando a los médicos
que tienen creencias morales o religiosas que puedan afectar a la prestación de servicios
médicos.
35

No hay comentarios:

Publicar un comentario