jueves, 25 de junio de 2015

Francisco Do Minh Chieu, Santo - Guido Maramaldi, Beato 25062015



Francisco Do Minh Chieu, Santo
Francisco Do Minh Chieu, Santo
Catequista y Mártir, 25 de junio






Mártir

Martirologio Romano: En la ciudad de Nam Dinh, en Tonkín, hoy Vietnam, santos Domingo de Henares, obispo de la Orden de Predicadores, y Francisco Do Minh Chieu, mártires, el primero de los cuales propagó la fe cristiana durante cuarenta y nueve años, y el segundo cooperó con él como catequista. Ambos fueron decapitados por su fe en Cristo, en tiempo del emperador Minh Mang. ( 1838)

Fecha de canonización: 19 de junio de 1988, por S.S. Juan Pablo II
Francisco nació en una familia cristiana en Vietnam, era catequista y colaborador de su Obispo, san Domingo Henares, cuando se inició, en 1838, la persecución anti cristiana en su país.

Los perseguidores desplegaron crucifijos en las calles y reconocían a los cristianos, por que aquellos no sólo que no los pisaban, sino que los veneraban.

Francisco pasó por una de esos caminos y para evitar que los crucifijos fueran pisoteados se apresuró a recogerlos apretándolos luego, con profunda reverencia, contra su pecho.

Fue violentamente arrestado, luego enjuiciado y sentenciado a la muerte por decapitación por el delito de negarse a pisar las cruces.

Es uno de los 117 mártires en Vietnam canonizados por S.S. Juan Pablo II el 19 de junio de 1988.



Guido Maramaldi, Beato
Guido Maramaldi, Beato
Confesor, 25 de junio


Por: P. Felipe Santos | 



Confesor
No incluido en el actual Martirologio Romano

Fecha de beatificación: Culto confirmado en el año 1612 siedo Papa Pablo V.

Etimológicamente significa “el que guía y conoce todos los caminos”. Viene de la lengua alemana.

¡Que se regocije el corazón sencillo! ¡Dichoso quien tenga un corazón de niño! Todas las realidades de Dios están en él.

Guido fue un confesor del siglo XIV. Pertenecía a una familia de Nápoles de origen noble. Eran cuatro hermanos, y en todos ellos brillaba la flor de la sencillez, uno de los dones grandes que Dios concede a las personas que quieren serlo.
Uno fue un soldado valeroso; otro, un brillante hombre de gobierno y primer ministro de Nápoles; el tercero fue un arzobispo ejemplar de Bari y, más tarde, llegó a ser cardenal de la Iglesia.

El menos brillante a los ojos del mundo, era Guido. Escogió el camino de la humildad en lugar del sendero de la ambición.

Entró muy joven en la Orden de los Dominicos. Encontró dificultades para entrar por motivos de salud, mucho más que por causas familiares.

Una vez que entró en la Orden, se reveló como un dominico de primera línea en la predicación – lo típico de esta Orden – y por su virtud.

Fue el maestro del convento napolitano; después se marchó de misionero a tierras del Sur. 

En Sicilia adquirió una fama sensacional como un comunicador claro. 

Todo el mundo que le escuchaba, lo entendía todo. Sabía adaptarse a a los oyentes con el lenguaje adecuado.

En Ragusa fundó un nuevo convento. Fue nombrado por la Santa Sede Inquisidor de la fe en Nápoles. Lo ejerció con prudencia. Murió en el año 1391.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com

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