martes, 7 de julio de 2015

Beato Carlos Liviero - San Panteno - San Fermín Pamplona - San Antonino Fantosati - Beata Maria Romero Meneses 07072015


Beato Carlos Liviero

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Beato Carlos Liviero, obispo
Nació en Vicenza (Italia) el 29 de mayo de 1866; era el mayor de cuatro hijos. Fue ordenado sacerdote el 20 de noviembre de 1888. Desde 1889 desempeñó su ministerio en Gallio, provincia de Vicenza y diócesis de Padua. Allí manifestó desde el inicio el celo pastoral que lo caracterizaría durante toda su vida. Veía las necesidades espirituales y materiales de sus fieles y se dedicaba sin descanso a la evangelización y a la promoción humana. Se entregó con pasión a la predicación, a la catequesis y a la administración de los sacramentos.

En Gallio, donde no existían asociaciones católicas, don Carlos trabajó por mejorar las condiciones de vida de la población mediante diversas instituciones: establecimientos para niños pobres, asilos de ancianos, cajas rurales, almacenes de cooperativas, obras parroquiales, sociedades católicas obreras y agrícolas... Formó un grupo de muchachas para animar las diversas obras, alimentando el proyecto de iniciar con ellas una nueva congregación religiosa, pero no consiguió la aprobación del obispo de la diócesis.

El 1 de julio de 1899 fue nombrado arcipreste de Agna, una zona de Padua en la que vivía gente muy pobre y explotada por latifundistas sin escrúpulos. Allí puso a disposición de los pobres todo lo que tenía. Promovió también las numerosas obras que había puesto en marcha en Gallio, así como otras de carácter formativo: círculo de jóvenes, asociación de madres cristianas, Tercera Orden de San Francisco, Pía sociedad de San José, Congregación del Santísimo Sacramento, Hijas de María... Así, en diez años de trabajo en Agna, obtuvo excelentes resultados en la renovación de la vida cristiana de la población.

El 6 de enero de 1910 fue nombrado obispo de Città di Castello; el 29 de junio sucesivo celebró en la catedral su primer pontifical, con ocasión del cual expuso su programa pastoral. Su prioridad fue el clero. Convocó inmediatamente dos tandas de ejercicios espirituales. Contaba mucho con la colaboración de sus sacerdotes. Los impulsaba continuamente a ser hombres de oración y celosos en el anuncio del Evangelio. Prestó atención especial a la juventud, en la que veía la esperanza de una renovación de la vida cristiana. Entre los jóvenes que siguió personalmente surgieron numerosas vocaciones al sacerdocio. Sostuvo y promovió la Acción católica. Realizó cinco visitas pastorales, recorriendo incluso las parroquias más lejanas, situadas en colinas o en los montes Apeninos.

Se preocupaba mucho de que se promoviera la participación en los sacramentos, en el catecismo y en las asociaciones católicas. También cuidaba las condiciones de los templos y la dignidad del culto. Su contacto continuo con el pueblo le permitía conocer bien los peligros para la fe y las costumbres, especialmente de la juventud. Para responder a las exigencias religiosas, culturales y sociales de sus diocesanos, puso en marcha numerosas iniciativas en varios campos: un boletín interdiocesano, una librería católica, la Escuela tipográfica del Sagrado Corazón, una escuela primaria masculina, una pensión para estudiantes, una sala de cine, el hospicio del Sagrado Corazón, y la fundación de la congregación religiosa de las Pequeñas Esclavas del Sagrado Corazón, que tuvo lugar el 9 de agosto de 1917.

Dos momentos destacados de su episcopado fueron: el congreso eucarístico diocesano de 1927, con ocasión del II centenario de la muerte de santa Verónica Giuliani, y el Sínodo diocesano de 1928, celebrado para renovar la legislación diocesana dándole un sentido más pastoral. Murió en el hospital de Fano el 7 de julio de 1932, a consecuencia de un accidente de carretera. Fue beatificado en Città di Castello (Italia), el 27 de mayo de 2007.
fuente: Vaticano

San Panteno

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San Panteno de Alejandría, laico
Conmemoración de san Panteno de Alejandría, varón lleno de celo apostólico, enriquecido con toda clase de sabiduría, conocedor en alto grado de la Palabra de Dios y amante apasionado de la misma, acerca del cual la tradición cuenta que su fe y ardiente caridad le impulsaron a ir a predicar el Evangelio a pueblos desconocidos de lejanas regiones de Oriente, y que al volver finalmente a Alejandría, en Egipto, allí descansó en paz, en tiempo del emperador Antonino Caracalla.
«Cuando di con el último de mis maestros, el primero en realidad por su valor, a quien descubrí en Egipto, encontré reposo. Verdadera abeja de Sicilia, recogía el néctar de las flores que esmaltan el campo de los profetas y los apóstoles, engendrando en el alma de sus oyentes una ciencia inmortal» (Stromata 1,1,11).

Así se refiere Clemente de Alejandría a su maestro Panteno. Esto y lo poco que nos cuenta Eusebio de Cesarea en el libro V de su Historia Eclesiástica (V,10) es todo lo que tenemos sobre él, ya que no hay escritos suyos, y no se sabe a ciencia cierta si puso por escrito su doctrina (Eusebio lo afirma, pero Clemente lo niega), exceptuando la hipótesis de H. Marrou (1951), que opina que Panteno es el autor de la famosa «Carta a Diogneto». De las palabras de Clemente sale la deducción de que era siciliano (aunque no es el único sentido posible de la frase).

Panteno dirigía la escuela catequética de Alejandría, que en sus tiempos era aun una escuela de iniciación cristiana, antes de que Orígenes, el sucesor de Clemente al frente de la Escuela, la elevara a los altísimos niveles a los que llegó, siendo la escuela de Sagradas Escrituras y Teología más famosa e influyente de la antigüedad. Panteno llegó a Alejandría hacia el año 180; había sido filósofo estoico; se desconocen las circunstancias de su conversión, pero no es un hecho raro, ya que muchos pasaban del estoicismo al cristianismo, viendo en éste una perfección del ideal de sabiduría que la filosofía buscaba.

Puesto que dejó la dirección de la escuela a Clemente, y éste, después de haberla dirigido un tiempo, huyó de Alejandría en la persecusión de Septimio Severo (inicios del 200), no se termina de comprender por qué el elogio del Martirologio Romano dice que Panteno murió en época de Caracalla (211-217), que fue posterior a Septimio Severo. El testimonio de Eusebio más bien deja abierto el final de Panteno: «Lo cierto es, al menos, que Panteno, por sus muchos merecimientos, terminaba rigiendo la escuela de Alejandría, comentando de viva voz y por escrito los tesoros de los dogmas divinos.» (HE V,10,4).

Eusebio nos cuenta una curiosa historia sobre Panteno; pero debe tenerse presente que él mismo la recibió de tradición oral, y la refiere más de un siglo después, con todo lo que puede tener de confuso un testimonio así: «Se cuenta, pues, que demostró un celo tan grande por la doctrina divina con su ardentísima disposición de ánimo, que incluso fue proclamado heraldo del Evangelio de Cristo para los paganos del Oriente y enviado hasta las tierras indias. [...] y se dice que fue a la India, donde es tradición que se encontró con que el Evangelio de Mateo se le había adelantado en su llegada entre algunos habitantes del país que conocían a Cristo: Bartolomé, uno de los apóstoles, les había predicado y les había dejado el escrito de Mateo en los propios caracteres hebreos5, escrito que conservaban hasta el tiempo mencionado.» (HE V,10,2-3) En la actualidad se tiende a identificar esta «India» que menciona aquí con el sur de la península arábiga, el actual Yemen, o quizás Etiopía. Eusebio, y luego san Jerónimo, y luego toda la tradición oral hasta hace unos pocos años, encontraba en este pasaje y algunos otros (todos vinculados a la escuela de Alejandría) la confirmación de que había existido un evangelio de san Mateo redactado en hebreo o arameo. Se tiende más bien a pensar que se trata del llamado «Evangelio de los hebreos», o del «Evangelio de los ebionitas», escritos apócrifos perdidos, de los que se conservan unos pocos fragmentos, pero que jugaron ese importante papel de ser precisamente la realidad que confirmaba el imaginario evangelio original en arameo o hebreo de san Mateo del que parece hablar Papías.

Puede leerse la noticia biográfica en el tomo I de la Patrología de Quasten (BAC), o en la entrada correspondiente del Butler-Guinea. Todos remiten a la misma fuente, la Historia Eclesiástica de Eusebio, Libro V, cap 10. que he citado prácticamente entero en este escrito. Sobre la cuestión del evangelio hebreo, cualquier tratado actual sobre los apócrifos del Nuevo Testamento dedicará especial atención a estos testimonios, por ejemplo el «Nuevo comentario bíblico San Jerónimo» (ed. española Verbo Divino, 2004). Sobre la hipótesis de Marrou, he leído la referencia en Quasten, pero ignoro los argumentos, o el nivel de aceptación del que goza en la actualidad.

Abel Della Costa





Oremos  

Dios y Señor nuestro, que con tu amor hacia los hombres quisiste que San Panteno anunciara a los pueblos la riqueza insondable que es Cristo, concédenos, por su intercesión, crecer en el conocimiento del misterio de Cristo y vivir siempre segúnlas enseñanzas del Evangelio, fructificando con toda clase de buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.




San Fermín Pamplona

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El santo de Pamplona trae algazara y jubilosas celebraciones, mientras los eruditos discuten aún sobre el lugar de su nacimiento y el tiempo en que vivió. ¿Pamplonés o del sur de Francia, murió en el 303 o mucho antes?   No hay pruebas concluyentes en favor de ninguna teoría, pero la tradición le supone de Pamplona (nacido tal vez donde hoy se levanta la iglesia de San Lorenzo), e incluso da los nombres de sus padres, Firmo y Eugenia, que vivían en una ciudad todavía pagana por completo.
El obispo de Tolosa del Languedoc, san Saturnino, envió a Pamplona a un apóstol cuyo nombre era Honesto, y algo más tarde el propio san Saturnino visitó la ciudad navarra y bautizó allí a los primeros cristianos con el agua de un pozo cuyo emplazamiento está señalado en una calle pamplonesa.   Fermín, recién bautizado, se instaló en la Tolosa francesa, donde se le ordenó y finalmente se le consagró primer obispo de Pamplona. Luego se dedicó a evangelizar las Galias, estuvo en Beauvais, en la Picardía y en los Países Bajos, y fue decapitado en Amiens.
Siglos más tarde se descubrieron sus restos, y parte de sus reliquias fueron llevadas a Pamplona, donde desde fines del siglo XVI su fiesta se celebra el 7 de julio.   En Amiens- Ciudad que también le tiene por patrón - y en el resto de la Iglesia universal es conmemorado el 25 de septiembre, pero en Pamplona San Fermín no es un día de otoño sino de comienzos de verano, una fiesta estival en la que el ruidoso folclore contribuye a la gloria del primer obispo navarro que fue a morir por la fe tan lejos de su patria.





Oremos

Señor Dios todopoderoso, que de entre tus fieles elegiste a San Fermín para que manifestara a sus hermanos el camino que conduce a ti, concédenos que su ejemplo nos ayude a seguir a Jesucristo, nuestro maestro, para que logremos así alcanzar un día, junto con nuestros hermanos, la gloria de tu reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.





San Antonino Fantosati

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San Antonino Fantosati
Obispo (1842‑1900)
Antonio Fantosati nació en Santa Maria in Valle en Trevi, provincia de Perusa, el 16 de octubre de 1842. De constitución débil, parecía que sería un gallardo y pacífico campesino, en cambio fue recibido en la Orden de los Hermanos Menores, ordenado sacerdote a los 23 años de edad y partió para la capital del Hupe en China, sede del Vicariato y residencia principal de la misión, a donde llegó el 15 de diciembre de 1867. De sus 33 años de apostolado en China los primeros siete años fueron los más serenos entre aquellas heroicas cristiandades y pudo dedicarse al estudio de la lengua hasta hablarla expeditamente, como un chino, y ser llamado “el maestro europeo”.

Pasó luego a Lao‑ho‑kow, centro fluvial de primera importancia, donde por 18 años ejerció el ministerio con tacto, prudencia y singular penetración de la mentalidad china. Fue Administrador Apostólico del Alto Hu‑pe cuando la carestía y la peste desolaron a China. En 1878 fundó un orfanato para los niños abandonados y organizó la distribución de numerosas ayudas provenientes de Europa. Luego fue vicario general del obispo Banci y colaboró en la erección del gran templo de tres naves de estilo románico del Sagrado Corazón. En 1888 fue por breve tiempo a Italia. Al regresar a China, fue nombrado Obispo titular de Adana y Vicario Apostólico del Hu‑nan meridional.

Sus últimos años fueron amargados por cruces y persecuciones, pero las adversidades no apagaron su celo. En la feroz persecución de los bóxers perecieron en solo Shansi y en Hunan más de 20.000 cristianos. Precedido en el Hunan por el P. Cesidio Giacomantonio, muerto el 4 de julio, San Antonino acudió junto con el P. José María Gambaro al lugar del peligro, a donde llegaron el 7. Reconocidos, fueron asediados por los revoltosos con una granizada de piedras y objetos contundentes, y asesinados bárbaramente. El martirio del obispo se prolongó por más de dos horas entre atroces tormentos, hasta que un pagano, viéndolo todavía vivo, lo atravesó con un largo palo de bambú con una aguda punta de hierro, traspasándolo de un lado a otro. Los dos cadáveres, arrojados primero al río, fueron luego recogidos para ser quemados y sus cenizas dispersadas en el agua o arrojadas al viento a fin de que no se honrara su sepultura. Algunos testigos vieron en el lugar del suplicio dos ángeles elevarse al cielo mientras numerosos paganos que habían asistido a la escena exclamaban: “Estos misioneros eran en verdad hombres justos”. Tenía 58 años.





Beata Maria Romero Meneses

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Maria  Romero Meneses nace en 1902, en Granada de Nicaragua, en Centroamérica. Tanto la familia paterna como la materna son de origen español y cuentan en el  árbol genealógico con hombres ilustres que desde el siglo pasado, han ido marcando las etapas de la historia de la Republica de Nicaragua.Durante la colonización, Centroamérica como todas las naciones de América Latina, desgraciadamente escribió paginas poco gloriosas sobre las masacres de los indígenas por pare de los conquistadores todavía hoy no encuentra la paz. En estas tierras sigue avanzando hoy una conquista destructora de lo indígena, son pretexto de lo lógico del proceso y del poder económico. El padre de Maria optimo cristiano y buen ciudadano, ocupó cargos de prestigio llegando a ser  a Finales  de los ochocientos, ministro de finanzas en el gobierno liberal, la infancia de la pequeña Romero se puede considerar feliz: en la rica morada, rodeada de palmeras, no le falta nada, goza del amor  de su madre, de los cuentos de su abuela y de la instrucción de siete tías paternas que al quedarse soltera, dirigen una escuela privada para niñas  de la alta sociedad. Sobre todo, no le falta la riqueza más importante para su vida una profunda formación cristiana. A los ocho años vive con intensidad después de tres días de retiro espiritual la fiesta de su primera comunión.
Sin embargo el acontecimiento no se reduce  a los festejos de la jornada. Maria pronto comienza a comunicar las riquezas espirituales que se han interiorizado. Cuando va la quinta  de la familla  situada a las orillas del lago de la ciudad, reúne a los niños de la factoría y del vecindario, juega y se divierte con ellos, montándonos en un carro tirados por bueyes en medio de cantos de alegría. Pero al final  del juego propone la oración y alguna sencilla reflexión religiosa.Las  lecciones de piano y violín despiertan a una de ellas destacada inclinación a la música. Las lecciones de pintura y de dibujo completan esa formación artística propia de  las mujeres  de buena posición de aquel tiempo y le promocionará habilidades útiles para el futuro apostolado.






Oremos 

Señor Dios todopoderoso, que nos has revelado que el amor a Dios y al prójimo es el compendio de toda tu ley, haz que, imitando la caridad de la Beata Maria Romero Meneses, seamos contados un día entre los elegidos de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

3 comentarios:

  1. ES FABULOSO TODO LO QUE LEI ES UN HONOR AL QUE REVIVIO ESTA HISTORIA

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  2. Es de agradecer a las personas que buscan lo positivo de los seres humanos que dan ejemplo con sus vivencias y luego las comparten. Lo he copiado de: el testigo fiel. Un saludo

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