martes, 28 de julio de 2015

Jesús Aníbal Gómez Gómez, Beato - Mártires de Sigüenza y Fernán Caballero, Beatos - Beatos Luís Martín y Celia Guérin 28072015

Jesús Aníbal Gómez Gómez, Beato
Jesús Aníbal Gómez Gómez, Beato

Seminarista y Mártir, 28 de julio


Por: Carmen Elena Villa | Fuente: Zenit.org 



Seminarista y Mártir

Martirologio Romano: En Sigüenza (Guadalajara) y Fernán Caballero (Ciudad Real), España, Beatos José María Ruiz Cano, sacerdote, y 15 compañeros, todos de la Congregación de los Misioneros Hijos del Corazón Inmaculado de la Bienaventurada Virgen María (Claretianos), asesinados por odio a la fe ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.
“¿Haz venido de tan lejos has venido para hacerte cura?”, fue la pregunta que un miliciano le hizo a Jesús Anibal Gómez Gómez antes de asesinarlo. “Si señor y a mucha honra”, respondió “Pues si eres cura, bajas con todos”, ordenó el miliciano.

Jesús Aníbal, junto con otros 14 compañeros fueron asesinados en la estación ferroviaria Fernancaballero, un pequeño pueblo de la provincia manchega de Ciudad Real, en España. Ellos serán beatificados próximamente.

Aún se desconoce la fecha. El decreto en el que se comprueba el martirio de estos seminaristas fue aprobado por el papa Benedicto XVI el pasado 1 de julio.

“Hemos querido resaltar la figura de Jesús Aníbal porque el único mártir sudamericano dentro de los 270 religiosos de nuestra comunidad que murieron en la persecución religiosa española de 1936”, dijo en diálogo con ZENIT, el postulador para la canonización de estos mártires, el padre Vicente Pecharromán.

El futuro beato vivió un año en España donde esperaba concluir sus estudios de teología para ser ordenado sacerdote de la congregación de los misioneros hijos del Corazón Inmaculado de la Bienaventurada Virgen María (Misioneros claretianos).

Camino al sacerdocio

Jesús Aníbal fue el menor de 14 hijos. Nació en 1914, en una casa campestre ubicada en Tarso, una pequeña población que hoy cuenta con 7.000 habitantes y está incrustada en la cordillera occidental colombiana. En el parque principal de esta localidad fue levantada estatua en su honor en 1962.

Tenía sólo 11 años cuando ingresó al seminario menor. “Se le amaba por su inocencia, su alegría, por ser el pequeño de casa”, señaló su biógrafo Carlos E. Mesa CMF en el libro Jesús Anibal, testigo de sangre. Editorial y librería conulsa, Madrid.

Sensibilidad y una fuerte vida interior, así como cariño a su familia y añoranza por la tierra natal son las cualidades que más destacaban quienes lo conocían. Estudió en Bogotá hasta 1931 cuando se trasladó a Zipaquirá, una población ubicada a 48 kilómetros de la capital colombiana, donde los claretianos contaban con una casa filial.

En 1935 Jesús Aníbal recibió una noticia que cambiaría su vida y que recibió con mucha alegría: debería trasladarse a España para prepararse para la ordenación sacerdotal. Al llegar allí comenzó a estudiar asiduamente los libros de del siglo de oro español, de Santa Teresa de Jesús, Luis de León, Luis de Granada.

“Si quieren saber algo de mí hagan una visita a Jesús sacramentado y allí me encontrarán”, escribió a sus padres en una de sus cartas.

Entre sus estudios y oraciones, Jesús Aníbal escribía en su cuaderno algunas resoluciones concretas para su combate espiritual: “considerar mi meditación como la base de la vida interior de unión con Jesús, hoy al meditar las dos banderas, me he de poner en las manos de Jesús para salud y enfermedad. Que Él disponga según su santa voluntad, tomaré la comunión como punto capital de mi vida”, dicen sus manuscritos que aún se conservan.

El joven seminarista llegó primero a Segovia donde permaneció poco tiempo debido a que el clima no le ayudaba para la sinusitis crónica que sufría. Por ello se mudó al sur de España: “Yo pienso siempre con mucho consuelo que Nuestro Señor tiene muy amorosos y especiales designios sobre mí”, escribió Jesús Aníbal.

Así viajó a Zafra en Extremadura, casi en límites con Portugal. A finales de abril de 1936 comenzó a crecer la atmósfera de violencia en el sur de España por lo que los seminaristas y teólogos claretianos fueron trasladados a Ciudad Real.

“La nueva Comunidad, formada de improviso, la componían: 8 Sacerdotes, 30 Estudian­tes y 9 Hermanos Misioneros. De todos ellos, serán 27 los que culminarán su vida con el martirio”, dijo su postulador.

El padre Pecharromán cuenta cómo los seminaristas “reemprendieron con seriedad notable los estudios, sin dispensarse ninguna obligación de la vida religiosa. Encerrados en aquel ca­serón enclavado dentro de la ciudad, no salieron nunca de casa en los cerca de tres meses que allí estuvieron, a causa del ambiente prerrevolucionario que se respiraba”.

“No tenemos huerta, y para el baño nos las arreglamos de cualquier modo... “, escribía Jesús Anibal a sus padres. “De paseo no hemos salido ni una sola vez desde que llegamos: de hecho guardamos clausura estrictamente papal; así nos lo exigen las circunstancias”.

El superior logró que a los religiosos les otorgaran unos salvoconductos para ir a Madrid y así emprendieron el viaje a la capital: “Poco tiempo tardaron en recoger sus pobres maletillas que no contenían ni siquiera lo indispensable (…) Se despidieron de los que quedaban. ¡Que tengáis feliz viaje!”, dijo el padre Pecharroman.

Pero los milicianos no respetaron el salvoconducto y llegaron a la Estación de Fernancaballero. “Ordenaron a los frailes que bajasen, que habían llegado a su sitio. Unos bajaron voluntariamente diciendo: Sea lo que Dios quieras, moriremos por Cristo y por España. Otros se resistían, pero con las culatas de los fusiles les obligaron a bajar”, dijo uno de los testigos del asesinato.

“Los milicianos se pusieron junto al tren y los frailes frente a ellos de cara. Algunos de los frailes extendieron los brazos, gritando ¡Viva Cristo Rey y Viva España! Otros se tapaban la cara”, asegura el testigo.

Pero ni siquiera el pasaporte colombiano, ni la protección que le había ofrecido el consulado de este país en Segovia salvaron la vida de Jesús Anibal quien también murió asesinado, sólo por el hecho de ser seminarista.

Jesús Aníbal Gómez Gómez pasará así a ser el décimo beato colombiano.

Este grupo de mártires está integrado por:

1. JOSÉ MARÍA RUIZ CANO, sacerdote profeso, Claretiano
nacimiento: 13 Septiembre 1906 en Jerez de los Caballeros, Badajoz (España)
martirio: 27 Julio 1936 en El Otero, Sigüenza (España)

2. JESÚS ANÍBAL GÓMEZ y GÓMEZ, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 13 June 1914 en Tarso, Antioquia (Colombia)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

3. TOMÁS CORDERO y CORDERO, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 08 Junio 1910 en Robledino de Valduerna, León (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

4. PRIMITIVO BERROCOSO MAILLO, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 19 Febrero 1913 en Jerte, Cáceres (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

5. VICENTE ROBLES GÓMEZ, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 25 Abril 1914 en Villanueva del Conde, Salamanca (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

6. GABRIEL BARRIOPEDRO TEJEDOR, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 18 Marzo 1883 en Barona, Soria (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

7. CLAUDIO LÓPEZ MARTÍNEZ, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 18 Diciembre1910 en Mundilla de Vadelucio, Burgos (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

8. ÁNGEL LÓPEZ MARTÍNEZ, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 02 Octubre 1912 en Mundilla de Vadelucio, Burgos (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

9. ANTONIO LASA VIDAURETTA, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 28 Junio 1913 en Loizu, Navarra (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

10. MELECIO PARDO LLORENTE, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 03 Agosto 1913 en Cháves, Valladolid (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

11. ANTONIO ORREGO FUENTES, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 15 Enero 1915 en Oliva de la Frontera, Badajoz (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

12. OTILIO DEL AMO PALOMINO, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 02 Abril 1913 en Bustillo de Chaves, Valladolid (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

13. CÁNDIDO CATALÁN LASALA, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 16 Febrero 1916 en Corella, Navarra (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

14. ÁNGEL PÉREZ MURILLO, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 06 Enero 1915 en Montánchez, Cáceres (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

15. ABELARDO GARCÍA PALACIOS, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 15 Octubre 1913 en Vilandiego, Burgos (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

16. FELIPE GONZÁLEZ DE HEREDIA BARAHONA, religioso profeso, Claretiano
nacimiento: 26 Mayo 1889 en San Asensio, La Rioja (España)
martirio: 02 Octubre 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

Mártires de Sigüenza y Fernán Caballero, Beatos
Mártires de Sigüenza y Fernán Caballero, Beatos

Mártires, 28 de julio


Por: . | Fuente: claretsdd.blogspot.com 



Mártires Claretianos

Martirologio Romano: En Sigüenza (Guadalajara) y Fernán Caballero (Ciudad Real), España, Beatos José María Ruiz Cano, sacerdote, y 15 compañeros, todos de la Congregación de los Misioneros Hijos del Corazón Inmaculado de la Bienaventurada Virgen María (Claretianos), asesinados por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.
Los Mártires de Fernán Caballero son un grupo de catorce jóvenes semaristas en vísperas de ser ordenados sacerdotes, cuyas edades oscilaban entre los 20 y 26 años, y el Hno Felipe González (47 años). En la Causa de Beatificación les acompaña el P. José Mª Ruiz Cano (29 años).

El P. José Mª Ruiz es el único sacerdote en esta Causa, Tomás Cordero era el seminarista de mayor edad, y Jesús Aníbal Gómez era colombiano que, a pesar de exponer ante los milicianos su condición de extranjero, fue fusilado sin consideración alguna.

Los hechos del martirio sucedieron en dos sitios distintos, Sigüenza (Guadalajara) y Fernán Caballero (Ciudad Real), pero fueron recogidos en una misma Causa. No es la distancia geográfica la que cuenta aquí, sino la coincidencia en las mismas ilusiones juveniles llenas de fe y de generosidad, truncadas en ambos lugares con la misma violencia. 

La atmósfera de violencia contra los moradores del Seminario Claretiano de Zafra comenzó apenas acabadas las elecciones de fe­brero de 1936. A finales de abril el Padre Provincial ordenó abandonar la casa y marchar a Ciudad Real. La nueva morada era un caserón desprovisto de todo y en medio de la ciudad; un lugar propicio para sufrir sacrificios hasta entonces nunca probados.

Jesús Aníbal Gómez, colombiano, escribía así a los suyos: "No tenemos huerta, y para el baño nos las arreglamos de cualquier modo... De paseo no hemos salido ni una sola vez desde que llegamos: de hecho guardamos clausura estrictamente papal; así nos lo exigen las circunstancias. Por lo dicho, pueden ver que no estamos en Jauja y que algo tenemos que ofrecer al Señor".

Se respiraba ambiente de martirio, y pronto se vieron sorprendidos por el asalto a la casa. El P. Superior escribirá más tarde: "Cuatro fueron los días de prisión para las catorce víctimas propiciatorias que fueron sacrificadas el día 28 y seis para los restantes. Decir lo que en estos días tuvimos que sufrir es cosa de todo punto imposible." Las cosas fueron empeorando en aquella cárcel en que se había convertido la propia casa, hasta el punto de que "trajeron mujerzuelas y las veíamos con los bonetes y los ornamentos paseando y asomándose provocativamente a nuestras habitaciones... Todos estábamos preparados para la muerte, que la veíamos muy cerca... Se sufrían las vejaciones y las privaciones con resignación y mansedumbre y conmiseración para con los perseguidores."

Intentando salir de aquel lugar de suplicio, el P. Superior pudo lograr salvoconductos para ir todos a Madrid o adonde les conviniera. La primera expedición para Madrid se preparó para el día 28 de julio. En ella iban nuestros mártires. Se despidieron de los que quedaban. ¡Que tengáis feliz viaje!, les dijeron.

Fueron a la estación de Ciudad Real en varios coches y acompañados por milicianos. Al llegar se armó un gran alboroto y se oyeron voces de: "¡A matarlos. Que son frailes. No les dejéis subir. Matadlos!" El tren pudo arrancar sin mayores sobresaltos, pero las amenazas se cumplieron a 20 Km de la capital, en la Estación de Fernán Caballero.

Un viajero del mismo tren cuenta así lo que vio: "Ordenaron a los frailes que bajasen, que habían llegado a su sitio. Unos bajaron voluntariamente diciendo: Sea lo que Dios quiera, moriremos por Cristo y por España. Otros se resistían, pero con las culatas de los fusiles les obligaron a bajar. Los milicianos se pusieron junto al tren y los frailes frente a ellos de cara. Algunos de los frailes extendieron los brazos, gritando ¡Viva Cristo Rey y Viva España! Otros se tapaban la cara. Otros agacharon la cabeza. Uno que era muy bajito daba ánimos a todos. Empezaron las descargas y todos los frailes cayeron al suelo… Al incorporarse, algunos con las manos extendidas gritaban ¡Viva Cristo Rey!; volvieron a dispararles y cayeron."

Entre el montón sangrante de los cadáveres, Cándido Catalán quedó gravísimamente herido y moriría horas más tarde: "Presentaba aspecto de una resignación asombrosa, no profería queja alguna…", dijo de él el médico que lo atendió en la Estación.

Es obligado poner de relieve que en medio de tanto dolor no faltaron ángeles del consuelo. El P. Federico Gutiérrez, en su librito Mártires Claretianos de Sigüenza y Fernán Caballero, recoge la confidencia que Carmen Herrera, hija del Jefe de Estación, le hizo: "Yo y la mujer del Factor, Maximiliana Santos, ayudamos a los médicos a curar al herido. Yo puse agua caliente para lavarle las heridas y la mujer del Factor facilitó una sábana para hacer vendas. En la Estación yo le di de beber..." Bello gesto que recuerda el consuelo ofrecido a Jesús camino del Calvario.

El Hno. Felipe González de Heredia había quedado en la capital, refugiado en casa de su hermano Salvador... Descubierto, fue llevado a la checa del Seminario en donde permaneció hasta que el día 2 de octubre le sacaron para llevarle en un coche hasta Fernán Caballero. El viaje lo realizó sentado entre dos milicianas que con una navaja le amenazaban y pinchaban añadiendo: "Así te vamos a matar; con estos perros no hay que gastar pólvora".

Al parar el coche en la puerta del cementerio, el Hno. Felipe se subió en el escalón de la puerta, se puso en cruz y gritó ¡Viva Cristo Rey y el Corazón de María! Una descarga de fusil acalló su voz.

Un testigo, que casualmente viajó en el mismo coche en que iba el Hno. y fue testigo, dijo después: Yo noté que el Hermano iba muy sereno en el coche y el grito de ¡Viva Cristo Rey y el Corazón de María! lo dijo con energía.

S.S. Benedicto XVI firmó el 1 de julio de 2010 el decreto con el cual se reconoce el martirio de este grupo de mártires, lo cual permitirá su próxima beatificación que se realizará, Dios mediante, el 13 de octubre de 2013.

Este grupo de mártires está integrado por:

1. JOSÉ MARÍA RUIZ CANO, sacerdote profeso, Claretiano
nacimiento: 13 Septiembre 1906 en Jerez de los Caballeros, Badajoz (España)
martirio: 27 Julio 1936 en El Otero, Sigüenza (España)

2. JESÚS ANÍBAL GÓMEZ y GÓMEZ, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 13 June 1914 en Tarso, Antioquia (Colombia)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

3. TOMÁS CORDERO y CORDERO, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 08 Junio 1910 en Robledino de Valduerna, León (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

4. PRIMITIVO BERROCOSO MAILLO, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 19 Febrero 1913 en Jerte, Cáceres (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

5. VICENTE ROBLES GÓMEZ, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 25 Abril 1914 en Villanueva del Conde, Salamanca (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

6. GABRIEL BARRIOPEDRO TEJEDOR, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 18 Marzo 1883 en Barona, Soria (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

7. CLAUDIO LÓPEZ MARTÍNEZ, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 18 Diciembre1910 en Mundilla de Vadelucio, Burgos (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

8. ÁNGEL LÓPEZ MARTÍNEZ, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 02 Octubre 1912 en Mundilla de Vadelucio, Burgos (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

9. ANTONIO LASA VIDAURETTA, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 28 Junio 1913 en Loizu, Navarra (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

10. MELECIO PARDO LLORENTE, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 03 Agosto 1913 en Cháves, Valladolid (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

11. ANTONIO ORREGO FUENTES, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 15 Enero 1915 en Oliva de la Frontera, Badajoz (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

12. OTILIO DEL AMO PALOMINO, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 02 Abril 1913 en Bustillo de Chaves, Valladolid (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

13. CÁNDIDO CATALÁN LASALA, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 16 Febrero 1916 en Corella, Navarra (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

14. ÁNGEL PÉREZ MURILLO, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 06 Enero 1915 en Montánchez, Cáceres (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

15. ABELARDO GARCÍA PALACIOS, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 15 Octubre 1913 en Vilandiego, Burgos (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

16. FELIPE GONZÁLEZ DE HEREDIA BARAHONA, religioso profeso, Claretiano
nacimiento: 26 Mayo 1889 en San Asensio, La Rioja (España)
martirio: 02 Octubre 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)



Beatos Luís Martín y Celia Guérin
 Fecha: 28 de Julio de 2015



En condiciones normales lo usual es que los hijos se sientan agradecidos por los padres que les dieron la vida, que reconozcan en sí mismos rasgos dignos de toda consideración que de ellos heredaron. Nada más hondo desde el punto de vista humano que estos lazos de sangre que vinculan a unos y a otros. Si las enseñanzas que impregnan las primeras etapas de la vida, para bien y para mal, dejan una huella imborrable, es fácil comprender que cuando los progenitores son santos el alcance de aquéllas para la prole sea inconmensurable. Teresa de Lisieux tuvo esa gracia. De ahí que dijese: «Dios me ha dado un padre y una madre más dignos del cielo que de la tierra».

El 19 de octubre de 2008 Benedicto XVI elevó a los altares a este virtuoso matrimonio. Ninguno de los dos pudo ingresar en la vida religiosa, como desearon, aunque acudieron a sendas órdenes. Luís tocó la puerta del monasterio del Gran San Bernardo, en los Alpes, y Celia la de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. La misión de ambos era otra: convertirse en ejemplos de amor y fidelidad conyugal vinculados por la misma fe, y formar una familia en la que sobresalió la benjamina. Porque Teresa bebió de ellos el néctar de su caridad y con tan formidable pilar, junto a la gracia de Cristo y su entrega personal, alcanzó la santidad.

Luís, segundo de cinco hermanos, nació en Burdeos, Francia, el 22 de agosto de 1823. Su padre era capitán del ejército. Eso hizo que durante un tiempo tuviese que vivir en distintos lugares hasta que se afincaron en Alençon. No eligió la carrera militar como él, y quizá debido a su temperamento reflexivo y discreto, amante del silencio, sopesó la opción de aprender un oficio, eligiendo el de relojero. Su formación se había iniciado con los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Luego obtuvo las herramientas precisas para su profesión en Bretaña, Rennes, Estrasburgo, el Gran San Bernardo y París. Con 22 años se propuso consagrarse. Pero tenía una seria dificultad con el latín y de su aprendizaje dependía su admisión en el monasterio. Lo intentó con verdadero esfuerzo, pero no consiguió dominar la disciplina, y este sueño quedó atrás. Se instaló en Alençon y regentó su relojería. Era sociable y tenía muchos amigos con los que compartía diversas aficiones. La vertiente espiritual siempre viva en él hallaba eco en el círculo Vital Romet integrado por jóvenes creyentes que eran dirigidos por el abate Hurel. También era miembro de las conferencias de San Vicente de Paúl. Pudo haberse casado con una joven de elevada posición social, pero eludió este compromiso. Vendió una propiedad y adquirió una casa. En ella colocó una imagen de María que le habían obsequiado. Es la conocida «Virgen de la Sonrisa», que la familia trasladó a Buissonnets, en Lisieux.

Celia nació en Gandelain, Orne, Normandía, el 23 de diciembre de 1831. Era la mediana de tres hermanos. La primogénita fue monja de la Visitación. En cuanto a Isidore, el benjamín, hizo las delicias de la casa, un extremo que apenó a la beata al ver cómo recaían en este único varón todas las atenciones maternas. De modo que tuvo una infancia y juventud dolorosas debido, en parte, al carácter de los padres, pero acentuada también por su sensibilidad. Confío este sentimiento a su hermano sin rubor, reconociendo que para ella esos años fueron: «tristes como una mortaja, pues si mi madre te mimaba, para mí, tú lo sabes, era demasiado severa; era muy buena pero no sabía darme cariño, así que sufrí mucho». 

Residía en Alençon desde la jubilación de su padre. Tras su muerte, la madre fue incapaz de regentar el negocio, un bar, y la falta de recursos económicos afectó a todos. Celia recibió instrucción de las religiosas de la Adoración perpetua que le enseñaron a realizar un primoroso encaje muy valorado en la ciudad. Se dedicó a esta labor porque el día de la Inmaculada de 1851 escuchó esta locución divina: «Debes fabricar punto de Alençon». Fracasado su anhelo de consagrarse, entendió que estaba destinada por Dios al matrimonio. A su vez, la madre de Luís se había fijado en ella; la consideraba ideal para ese hijo que veía iba cumpliendo años sin pensar en su futuro. Los dos se conocieron un día al cruzar el puente de San Lorenzo. Y tres meses más tarde, el 13 de junio de 1858, se casaron.

De común acuerdo, durante diez meses vivieron como hermanos, en una perfecta castidad conyugal, hasta que el confesor les recordó el gesto generoso de dar hijos a Dios. Tuvieron nueve; cuatro fallecieron de forma prematura. A los 45 años a Celia se le detectó un tumor maligno. No sobrevivió mucho tiempo a este diagnóstico; murió el 28 de agosto de 1877. Luís, que entonces tenía 54 años, continuó sacando adelante a los hijos, aunque ya hacía tiempo que había dejado su trabajo para apoyar el negocio de bordado, y estaba implicado en su educación. Siguió infundiéndoles la vida de piedad que había llevado junto a Celia: oraciones, rezos, asistencia a misa, confesión, actividad incesante en la parroquia… Acompañó a sus hijas al umbral del convento, y afrontó el dolor de separarse de Teresa, que tenía 15 años cuando se hizo religiosa. En las cartas de la santa se constata la progresiva disminución de facultades mentales que su querido padre fue sufriendo hasta fallecer en el sanatorio de Caen, donde estaba internado, el 29 de julio de 1894.

La madre había manifestado en una ocasión: «No vivíamos sino para nuestros hijos; eran toda nuestra felicidad y solamente la encontrábamos en ellos». Y siendo así, Luís entregó generosamente a Dios a sus cinco hijas, diciendo: «Ven, vayamos juntos ante el Santísimo a darle gracias al Señor por concederme el honor de llevarse a todas mis hijas». Ciertamente, ambos son un ejemplo para todos los padres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario