Nos llegó este hermoso mensaje que queremos compartir con todos. ¡Gracias a todos los que rezan por los cristianos perseguidos!
Hola desde Colombia… Me llamo Diana, tengo 27 años, soy internacionalista y lo más importante de todo soy cristiana católica como ustedes. Por mi profesión y ocupación he estado en contacto con las aterradoras noticias que se publican sobre la persecución, tortura y ejecución de cristianos y debo decir que el tema ha tocado lo más profundo de mi corazón.
He llorado viendo los vídeos y leyendo los testimonios, no me cabe en la cabeza como puede haber tanta maldad en el corazón del hombre, pero sobre todo me ha impresionado hasta los huesos el testimonio de tantos mártires… El permanecer firmes en la fe confiando que el Dios de la historia tendrá la última palabra, créanme, ha sido para todos una muestra de fortaleza. Hoy son ustedes quienes derraman su sangre y lágrimas, son ustedes los perseguidos y reprimidos, los que sufren y claman ayuda divina y humana para sobrellevar esta dura prueba y por eso quería escribirles y contarles que no están solos, que sepan que desde el otro lado del mundo en el norte del sur de América estamos rezando por ustedes, ofrecemos sacrificios, donaciones, rosarios y plegarias por sus vidas.
Por ejemplo el pasado martes 30 de junio en Bogotá, la fundación pontificia La Iglesia que sufre organizó una solemne Eucaristía en honor a ustedes, los mártires de este siglo, tuvimos la presencia de varios sacerdotes, del señor nuncio apostólico y del cardenal Mauro Piacenzza enviado del Papa a Colombia. No se imaginan la cantidad de gente que había, el sentimiento de unidad y amor por ustedes se hizo real, en perfecta comunión.
Yo no trabajo para la fundación tan solo soy una ciudadana más, una oveja más… ojala lean este mensaje, ojala sepan y puedan sentir desde la distancia que la Iglesia de este lado se está moviendo por ustedes, que los fieles oramos y clamamos misericordia… NO ESTÁN SOLOS, estamos todos unidos como uno solo, en el cuerpo místico de Jesús. No los conozco uno por uno, no hablamos seguramente el mismo idioma, ni tenemos las mismas costumbres pero puedo decir de corazón y de manera genuina que los quiero, los admiro y pido al cielo protección para ustedes y misericordia para quienes los oprimen.
No pierdan la esperanza, ni la fe. Ahí en medio de tanta incertidumbre está el Padre, ahí está Jesús vivo y resucitado, ahí está el Espíritu Santo de Dios haciendo su obra, y como un bálsamo está nuestra santa Madre María… “La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos”… Recuerden: Aquí estamos firmes, con nuestra armadura orando por ustedes. No se sientan solos.
Sabiéndonos hermanos por gracia reciban un abrazo desde lo más profundo de mi alma.
He llorado viendo los vídeos y leyendo los testimonios, no me cabe en la cabeza como puede haber tanta maldad en el corazón del hombre, pero sobre todo me ha impresionado hasta los huesos el testimonio de tantos mártires… El permanecer firmes en la fe confiando que el Dios de la historia tendrá la última palabra, créanme, ha sido para todos una muestra de fortaleza. Hoy son ustedes quienes derraman su sangre y lágrimas, son ustedes los perseguidos y reprimidos, los que sufren y claman ayuda divina y humana para sobrellevar esta dura prueba y por eso quería escribirles y contarles que no están solos, que sepan que desde el otro lado del mundo en el norte del sur de América estamos rezando por ustedes, ofrecemos sacrificios, donaciones, rosarios y plegarias por sus vidas.
Por ejemplo el pasado martes 30 de junio en Bogotá, la fundación pontificia La Iglesia que sufre organizó una solemne Eucaristía en honor a ustedes, los mártires de este siglo, tuvimos la presencia de varios sacerdotes, del señor nuncio apostólico y del cardenal Mauro Piacenzza enviado del Papa a Colombia. No se imaginan la cantidad de gente que había, el sentimiento de unidad y amor por ustedes se hizo real, en perfecta comunión.
Yo no trabajo para la fundación tan solo soy una ciudadana más, una oveja más… ojala lean este mensaje, ojala sepan y puedan sentir desde la distancia que la Iglesia de este lado se está moviendo por ustedes, que los fieles oramos y clamamos misericordia… NO ESTÁN SOLOS, estamos todos unidos como uno solo, en el cuerpo místico de Jesús. No los conozco uno por uno, no hablamos seguramente el mismo idioma, ni tenemos las mismas costumbres pero puedo decir de corazón y de manera genuina que los quiero, los admiro y pido al cielo protección para ustedes y misericordia para quienes los oprimen.
No pierdan la esperanza, ni la fe. Ahí en medio de tanta incertidumbre está el Padre, ahí está Jesús vivo y resucitado, ahí está el Espíritu Santo de Dios haciendo su obra, y como un bálsamo está nuestra santa Madre María… “La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos”… Recuerden: Aquí estamos firmes, con nuestra armadura orando por ustedes. No se sientan solos.
Sabiéndonos hermanos por gracia reciban un abrazo desde lo más profundo de mi alma.

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