jueves, 31 de diciembre de 2015

La deuda mayor del PT (Leonardo Boff)

La deuda mayor del PT

2005-11-25


  La gran deuda del PT no es financiera: es política y ética. Los acontecimientos ocurridos en los últimos meses, que involucraban una sofisticada corrupción en el grupo de dirección del paritdo, han tenido un efecto devastador en la población, especialmente en aquellos que alimentaban un sueño histórico de cambios de rumbo. Estaba en vigor la gran despolitización, como en el resto del mundo. Pero con el advenimiento del PT y con la irrupción carismática de Lula, se encendió la llama de la liberación tan ansiada. El eslogan de campaña «ahora le toca a Lula», quería decir: ahora ya no hay marcha atrás, ahora es la hora de otro sujeto histórico en el poder, la hora de otra política, de otro proyecto de Brasil, de otra vía para la inclusión y la sostenibilidad del desarrollo nacional. Todo se haría bajo la hégida de la ética, de la tansparencia y de una articulación orgánica y dinámica del Gobierno con las bases de la sociedad. Toda una generación se movilizaría.
Después de dos años y medio no ha sido eso lo que ha ocurrido. No cabe aquí analizar las presiones sistémicas, las fragilidades personales de los actores políticos, la falta de osadía, aquello que Maquiavelo llamaba con razón «virtud»: la capacidad de captar el sentido profundo de la historia e intervenir en ella para inaugurar un nuevo rumbo. Ha faltado todo eso, infelizmente.
Pero lo que duele más es la repetición simplista de la caída original. Estratos importantes del partido sucumbieron a las ilusorias cantinelas del gran tentador: el poder como ventaja personal y partidaria a contramano de la ética del interés gneral y del bien común. Cambiaron la perla más preciosa que poseían, la ética, por baratijas. La decepción provocada es, en términos políticos, irremisible. Exige reparación. En caso contrario, los dirigentges recibirán la maldición del pueblo y el desprecio de los militantes.
¿Por qué esta defección grave? Porque en el actual contexto brasileño y mundial la vuelta de la ética era la forma de llenar el vacío de la utopía. Ésta se encuentra en baja en el mundo entero. La ética rasgaba un horizonte de esperanza de que un pacto alrededor de valores podría suplir las deficiencias de la práctica política, viciada por intereses clasistas y por ideologías de baja intensidad. La ética en la política movilizó los actores más generosos y comprometidos como Betinho y el Lula de las luchas sindicales y de la nueva democracia participativa.
La traición de la ética hizo que la política volviese a ser vista nuevamente como mundo de lo sucio, de los propósitos inconfesables, de las negociaciones y de la corrupción. Esta lectura es injusta para con los políticos serios dentro del PT y dentro de otros partidos. Ella induce a tomar la política por su parte mala, por su lado patológico, lo que es erróneo, porque la política en sí misma no es eso. Lo patológico siempre remite a lo sano, que es la referencia de base.
Corresponde al PT rescatar su opción originaria. El PT nació y se estructuró durante más de dos décadas con esta intención: la de ser el conducto de las transformaciones necesarias. Un pecado no puede hacerle perder toda la gracia acumulada. La gracia tiene más derecho directo que el pecado. El partido puede volver al primer amor madurado por la humillación.
El PT debe pagar la deuda ética con la moneda de la humildad y de la coherencia. Los valores que propone debe también vivirlos y testimoniarlos en todos los niveles. Por ahí comienza el rescate y se renueva la esperanza. Ahora lo que hace falta es mirar al frente y caminar.



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