Memoria de san Maximiliano María (Raimundo) Kolbe, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales y mártir, que, fundador de la Milicia de María Inmaculada, fue deportado a diversos lugares de cautiverio y finalmente, internado en el campo de exterminio de Auschwitz, cerca de Cracovia, en Polonia, donde se ofreció a los verdugos a cambio de la vida de otro cautivo, ofreciendo su ministerio como un holocausto de caridad y como modelo de fidelidad para con Dios y los hombres.
En el Ilírico, san Ursicino, mártir.
En Apamea, en Siria, san Marcelo, obispo y mártir, que, por haber abatido un templo dedicado a Júpiter, murió a manos de los enfurecidos gentiles.
En Roma, san Eusebio, fundador de la iglesia de su título en el monte Esquilino.
En Ross, en Hibernia, san Facanano, obispo y abad, que fundó en este lugar un monasterio, célebre por la enseñanza de las ciencias sagradas y humanas.
En Altenburg (Oudenburg), en Flandes, muerte de san Arnulfo, obispo de Soissons, que, se hizo monje después de haber sido soldado y, elevado al episcopado, se esforzó siempre por la paz y la concordia, y murió, finalmente, en el monasterio que él mismo había fundado.
Cerca de Montebaroccio, en el Piceno, beato Sante de Urbino Brancoisini, hermano laico de la Orden de los Hermanos Menores.
En Otranto, en la Apulia, santos mártires en número de casi ochocientos, que, conminados a renegar de su fe durante una incursión de soldados otomanos, fueron exhortados por el beato Antonio Primaldo, un anciano tejedor, a perseverar en la fe de Cristo, y obtuvieron así la corona del martirio al ser decapitados.
En Nagasaki, en Japón, santos mártires Domingo Ibáñez de Erquicia, presbítero de la Orden de Predicadores, y Francisco Shoyemon, novicio en la misma Orden y catequista, que en tiempo del Emperador Tokugawa Yemitsu recibieron la muerte por quienes odiaban el nombre cristiano.
En Coriano, de la Emilia, beata Isabel Renzi, virgen, la cual, fundadora de las Maestras Pías de la Dolorosa, puso todo su empeño en que las niñas pobres recibieran una formación humana y catequética en la escuela.
En la aldea de Picassent, en la provincia de Valencia, en España, beato Vicente Rubiols Castelló, presbítero y mártir, que durante la persecución dio testimonio con el martirio de su fe en Cristo.
En la localidad de El Saler, cerca de Valencia, en España, beato Félix Yuste Cava, presbítero y mártir, al que Dios concedió el premio eterno por su intrépida fidelidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario