La Iglesia católica es perseguida por el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua
(ADI).- El cardenal Leopoldo Brenes afirmó este domingo que la Iglesia católica es perseguida por el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua, un país sumido en una crisis que desde el mes de abril ha dejado 351 muertos y que se extiende, al igual que las protestas, pese a la violenta represión.
Monseñor Brenes reconoció la persecución que sufre la Iglesia católica en Nicaragua, donde sus templos han servido de refugio a manifestantes que escapan de los ataques armados del Gobierno local, mientras en toda Latinoamérica ayer se oró por la paz en este país.
“Creo en la Iglesia que es una santa, católica, apostólica y perseguida, porque vemos en Irak, está siendo perseguida, en la India creo que también, es parte de la iglesia, siempre ha sido perseguida, nosotros no vamos a estar ajenos”, respondió el cardenal nicaragüense, al ser consultado por periodistas.
Más de 500 eucaristías en Latinoamérica y una cantidad no especificada en Europa, fueron dedicadas a Nicaragua para que supere pronto la crisis, a petición del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), según señaló Mons. Brenes.
La Iglesia católica ha sufrido profanaciones en al menos siete templos desde que, en junio pasado, los obispos nicaragüenses pidieran a Ortega adelantar a marzo de 2019 las elecciones de 2021, con la finalidad de acabar con la crisis.
Posteriormente un grupo de simpatizantes del mandatario invadió un templo y agredió al cardenal Brenes y al nuncio apostólico Stanislaw Waldemar Sommertag, e hirió al obispo Silvio Báez, así como a los sacerdotes Miguel Mántica y Edwin Román.
“Me dolió que los señores obispos tuvieran esa actitud de golpistas”, dijo sin embargo Ortega el 19 de julio, durante la celebración del aniversario 39 de la revolución de Nicaragua.
Por primera vez, la Iglesia local decidió marginar a la alcaldía de Managua, en manos del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), de las fiestas patronales más grandes de Nicaragua, en honor de Santo Domingo de Guzmán, que se celebran del 1 al 10 de agosto y a las que suelen acudir unas 500 mil personas.
Monseñor Brenes también anunció que este lunes la Conferencia Episcopal de Nicaragua analizará si continúa como mediador del diálogo.
Desde Washington el influyente senador estadounidense, Marco Rubio, advirtió que “la posibilidad de una guerra civil en Nicaragua es real”, y acusó a Daniel Ortega de “haberse llenado las manos de sangre” con la represión al negarse a adelantar las elecciones.
Por otra parte, los simpatizantes del Gobierno de Nicaragua “no son sensibles al dolor”, afirmó una fuente de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), en referencia a la intimidación que ejercen sobre las madres de manifestantes encarcelados en “El Chipote”, en Managua.
Mientras tanto, las manifestaciones contra el presidente continuaron este domingo en algunos municipios de Nicaragua, sin informaciones que mostraran violencia, y los estudiantes anunciaron una marcha para hoy.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha denunciado “asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias cometidos en contra de la población mayoritariamente joven del país”, unos hechos que el Gobierno rechaza.
Nicaragua está sumergida en la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de 1980, con Ortega también como presidente.
Las protestas contra Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron el pasado 18 de abril y fueron aumentando hasta exigir la renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción.
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