domingo, 22 de agosto de 2021

Santos del día 22 de agosto

 

Santos del día 22 de agosto
Undecimo Kalendas septembris
No se celebra hoy, porque hay una celebración de mayor rango (XXI Domingo del Tiempo Ordinario, solemnidad)
Memoria de la Bienaventurada Virgen María, Reina, que engendró al Hijo de Dios, Príncipe de la paz, cuyo reino no tendrá fin, y que es saludada por el pueblo cristiano como Reina del cielo y Madre de misericordia.
En Autun, en la Galia Lugdubense, san Simforiano, mártir, al que, mientras era llevado al suplicio, desde la muralla de la ciudad su madre exhortaba con estas palabras: «Hijo, hijo, Simforiano, pon tu pensamiento en Dios vivo. Hoy no se te quita la vida, sino que se te cambia por una mejor».
En Roma, en la vía Ostiense, en el cementerio que lleva su nombre, san Timoteo, mártir.
En Todi, de la Umbría, san Felipe Benizi, presbítero de Florencia, varón de gran humildad y propagador de la Orden de los Siervos de María, que consideraba a Cristo crucificado como su único libro.
En Bevagna, también en la Umbría, beato Jacobo Bianconi, presbítero de la Orden de Predicadores, que fundó en aquel lugar un convento y refutó los errores de los nicolaítas.
En Ocre, cerca de Fossa dell’Aquila, en el Abruzo, beato Timoteo de Monticchio, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, insigne por la austeridad de su vida y el fervor de su oración.
En York, en Inglaterra, beato Tomás Percy, mártir, conde de Northumberland, que, por su fidelidad a la Iglesia de Roma, durante el reinado de Isabel I consiguió la palma del martirio al ser decapitado.
En el mismo lugar y durante el mismo reinado, beatos Guillermo Lacey y Ricardo Kirkman, presbíteros y mártires, que, condenados a muerte por haber entrado en Inglaterra como sacerdotes, fueron ajusticiados en el patíbulo.
En Worchester, también en Inglaterra, san Juan Wall, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores y mártir, que tras haber ejercido clandestinamente su ministerio pastoral durante más de veinte años, en tiempo del rey Carlos II, por el hecho de ser sacerdote, fue ahorcado y después descuartizado.
En Hereford, de nuevo en Inglaterra, en el mismo día y año, san Juan Kemble, presbítero y mártir, que en tiempo de persecución ejerció el ministerio pastoral durante más de cincuenta años y finalmente, ya octogenario, fue ahorcado por ser sacerdote, consumando así el martirio.
En Ofida, en el Piceno, de Italia, beato Bernardo (Domingo) Peroni, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, célebre por su simplicidad de corazón, inocencia de vida y admirable caridad para con los pobres.
En el mar frente a Rochefort, en Francia, beato Elías Leymarie de Laroche, presbítero y mártir, que durante la Revolución Francesa, encarcelado en una sórdida nave y cruelmente maltratado, exhaló su espíritu aquejado de enfermedad.
En la localidad de Starunya, en el territorio de Stanislaviv (hoy Ivanofrankivsk), en Ucrania, beato Simeón Lukac, obispo y mártir, quien, durante un gobierno hostil a la fe, ejerció clandestinamente su ministerio en favor de la grey de católicos de rito bizantino, y con una muerte fiel proclamó la gloria y el honor de Cristo el Señor y de Dios.

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