ROMANCE SANDINISTA
Augusto César Sandino,
general ayer y hoy:
no te quites el
sombrero,
que aún aprieta mucho
el sol.
Yo vengo de tus
Segovias
y he sentido la
agresión
degollando hasta los
niños,
y era el mismo el
agresor,
el mismo agresor del
Norte,
¡el mismo ayer y hoy!
Pero era también el
mismo,
mi general, el valor
en esos cachorros
sueltos
que han nacido de tu
voz.
Tu estrella hacía la
posta
en cada ocote avizor.
Y de todas las
montañas
bajaba Revolución,
Patria y Continente
adentro:
la de ayer..., sólo
que hoy
será de una vez por
todas,
mi general, ¡vive
Dios!
Y TU, PEQUEÑA NICA
Y tú, pequeña Nica,
no eres la menor de
mis ciudades,
dice el Señor;
porque de ti ha nacido
mi hija, Libertad,
mi hijo, el Hombre
Nuevo.
(Guerrillera bordada de ternura,
flor de Liberación,
abanderada,
sacramento- guerrilla
de la América Nueva,
¡Nicaragua!)
A BARTOLOME DE LAS
CASAS
Los Pobres te han
jugado la partida
de una Iglesia mayor,
de un Dios más cierto:
contra el bautismo
sobre el indio muerto
el bautismo primero de
la vida.
Encomendero de la
Buena Nueva,
la Corte y Salamanca
has emplazado.
Y este tu corazón
apasionado
quinientos años de
testigo lleva.
Quinientos años van a
ser, vidente,
y hoy más que nunca
ruge el Continente
como un volcán de
heridas y de brasas.
!Vuelve a enseñarnos a
evangelizar,
libre de carabelas
todo el mar,
santo padre de
América, Las Casas!
AL MISIONERO ANÓNIMO
Quizás no daba más tu
teología,
del Reino y de un
imperio servidor,
salvar y conquistar la
paganía,
cruzado entre las
armas y el Amor.
La espada tu Evangelio
desmentía,
los yelmos apagaban tu
fervor,
¡la mucha sangre de tu
Eucaristía
no era sólo la sangre
del Señor!
¿Pudo la gente
hacernos gente esclava?
¿Qué nueva Libertad
nos liberaba
en las violentas aguas
del Bautismo?
¿Qué paz traían tus
atadas manos?
¿Hacía de verdad hijos
y hermanos
el Padre Nuestro de tu
catecismo?
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