miércoles, 23 de diciembre de 2015

Santos Teódulo y nueve compañeros de Creta - San Ivo de Chartres - San Thorlaco de Skalholt 23122015

San Teódulo de Creta

image Saber más cosas a propósito de los Santos del día


Santos Teódulo y nueve compañeros de Creta, mártires
En Gortina, de la isla de Creta, diez santos mártires: Teódulo, Saturnino, Euporio, Gelasio, Euniciano, Zótico, Poncio, Agatopio, Basílides y Evaristo, todos los cuales, durante la persecución bajo el emperador Decio, negándose a sacrificar públicamente en la dedicación del templo de la diosa Fortuna, sufrieron tormentos y fueron finalmente decapitados.
En cuanto se publicó el edicto de Decio contra los cristianos, un cruel gobernador de la isla de Creta inició la persecución. Las víctimas más distinguidas fueron los Diez Mártires de Creta: Teódulo, Saturnino, Euporo, Gelasio, Euniciano, Zótico, Cleomenes, Agatopo, Basílides y Evaristo. Los tres primeros eran originarios de Gortina, la capital. Los jueces les ordenaron que ofreciesen sacrificios a Júpiter, pues ese día se celebraba una fiesta en su honor. Ellos replicaron que jamás ofrecerían sacrificios a un ídolo. El presidente dijo: «Vais a ver lo que es el poder de los dioses, vosotros, que despreciáis a esta gran asamblea en la que se rinde culto a los omnipotentes Júpiter, Juno, Rea y otras divinidades». Los mártires respondieron que conocían perfectamente la leyenda de la vida de Júpiter, y que seguramente quienes lo consideraban como una divinidad debían tener por virtud el imitar sus vicios.

La chusma hubiese acabado ahí mismo con los mártires, si el gobernador no la hubiese contenido para someterlos a la tortura. Los tres sufrieron con gran alegría. A los gritos de la multitud, que los exhortaba a obedecer y ofrecer sacrificios para salvarse, respondieron: «Somos cristianos, y preferiríamos morir mil veces». Finalmente, el gobernador se dio por vencido y los condenó a morir por la espada. Los mártires se dirigieron gozosos al sitio de la ejecuión, pidiendo a Dios que se mostrase misericordioso con ellos y con toda la humanidad y que disipase las tinieblas de la idolatría entre sus compatriotas. La multitud se dispersó después de la ejecución. Los cristianos sepultaron a los mártires, cuyas reliquias fueron trasladadas más tarde a Roma. Los Padres del Concilio de Creta (458) afirmaron en una carta al emperador León I que la isla de Creta se había preservado hasta entonces de la herejía, gracias a la intercesión de estos mártires. La población en la que tuvo lugar la ejecución se llama actualmente «Hagiogi Deka» (Diez Santos); se conserva una dala rota, en la que hay diez depresiones, que, según la tradición, señalan el sitio en el que se arrodillaron los mártires para recibir el golpe fatal.

 A. Papadopulos-Kerameus en sus Analecta, vol. IV, pp. 224-237.  Metafrasto; puede verse en Migne, PG., vol. CXVI, pp. 565-573. La tradición de este martirio se conserva muy viva en Gortina. Véase Analecta Bollandiana, vol. XVIII (1899), p. 280.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI


San Ivo de Chartres

image Saber más cosas a propósito de los Santos del día


San Ivo de Chartres, obispo
En Chartres, en la Galia, san Ivo, obispo, que reformó la orden de los canónigos e hizo y escribió mucho en favor del sacerdocio, la concordia del imperio y la utilidad de la Iglesia.
San Yves, uno de los obispos más venerados del siglo XI, pertenecía a la orden de los Canónigos Regulares de San Agustín. Este obispo de Chartres nació en Beauvais e hizo sus estudios de teología en la abadía de Bec, bajo la dirección del célebre Lanfranco. Tras de ocupar una canonjía en Nesle, en Picardía, fue nombrado profesor de teología, derecho canónico y Sagrada Escritura. Más tarde, desempeñó el cargo de Superior durante catorce años. Promovió con tanto éxito la disciplina religiosa y la ciencia en su convento, que los príncipes y los obispos le pedían constantemente que enviase a algunos de sus canónigos como reformadores o fundadores de nuevos monasterios. San Botulfo adoptó las reglas de los monjes de Saint Quentin para el convento de Colchester, que fue el primero que los agustinos tuvieron en Inglaterra.

En el año de 1091, Godofredo, obispo de Chartres, fue depuesto por simonía y otros crímenes. El pueblo eligió a san Yves para sustituirle. El santo no quería abandonar su retiro, pero el papa Urbano II confirmó su elección. San Yves se dirigió entonces a Cápua, donde fue consagrado por el Papa, quien impidió que Riquerio, el arzobispo de Sens, entronizase de nuevo a Godofredo. Apenas acababa de instalarse en su sede, cuando tuvo que oponerse a los deseos de su soberano: el rey Felipe I, enamorado locamente de Bertrada, la esposa del conde de Anjou, decidió divorciarse de su esposa, Berta, de la que tenía dos hijos, y casarse con Bertrada. Yves hizo cuanto pudo por disuadir al monarca; pero, viendo que todos sus esfuerzos resultaban inútiles, declaró que con tal de no presenciar ese escándalo, estaba dispuesto a ser arrojado al mar con una piedra al cuello. El obispo de Senlis llevó a cabo el matrimonio, al que san Yves se negó a asistir. Para vengarse, el rey le encarceló, confiscó sus rentas y envió a sus soldados a saquear sus tierras. Pero, presionado por el Papa y otros altos personajes y por el pueblo de Chartres, el monarca tuvo que devolver la libertad al obispo. Por lo demás, el rey Felipe no podía ignorar que san Yves era un súbdito leal, ya que éste había denunciado desde la prisión una conspiración contra el soberano.

Algunos años después, san Yves trató de reconciliar al rey con la Santa Sede, y en 1104, el Concilio de Beaugency recomendó la absolución del monarca, cuya legítima esposa había muerto. Aunque tenía una gran devoción a la Santa Sede, san Yves mantuvo una actitud de independencia que le permitió actuar como mediador en la «lucha de las investiduras» y protestar abiertamente contra la codicia de ciertos legados romanos y la simonía de los miembros de la corte pontificia. San Yves murió el 23 de diciembre de 1116, después de haber gobernado su diócesis durante veintitrés años. Fue un escritor muy fecundo, y se conservan muchas de sus obras. La más famosa de ellas es una colección de decretos tomados de las cartas de los Papas, de los Concilios y de los cánones aceptados por los Padres. También se conservan veinticuatro sermones y 288 cartas, que arrojan luz sobre algunos puntos de historia y de disciplina eclesiástica. Aunque no ha llegado hasta nosotros ninguna biografía escrita por Ios contemporáneos del santo, sus cartas, su correspondencia y las crónicas de la época, ofrecen numerosos datos. Alguien tan hostil al catolicismo como Flaccus Illyricus, uno de los reformadores del grupo inicial de Lutero y Melanchton, incluye a san Yves como un «testigo de la verdad».
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI


San Thorlaco de Skalholt

image Saber más cosas a propósito de los Santos del día


San Thorlaco de Skalholt, obispo
En Islandia, san Thorlaco, obispo de Skalholt, empeñado en la reforma de las costumbres del clero y del pue
San Thorlac nació en el sur de Islandia en 1133, en territorios que apenas llevaban cien años de evangelizados. Sus padres eran muy pobres; perdieron su granja y la familia, que además de los padres y Thorlac comprendía otros dos hermanos, se rompió cuando él era aun un niño. Antes de los 20 años ya había sido ordenado sacerdote. Sirvió por algunos años como párroco, tarea en al que se dice que fue muy conciente de sus deberes. Consiguió ahorrar algo de dinero para ir a estudiar al extranjero, y así estuvo seis años en París, Francia, y luego un tiempo en Lincoln, Inglaterra.
Vuelto a Islandia, pasó algún tiempo en Kirkjubaer, en el sudeste de la isla; allí ayudó a su madre y hermanos. Amaba mucho el lugar, y luego, ya como obispo, estableció allí el primer convento de religiosas de Islandia. Cuando hubo pasado seis años en Kirkjubaer, se fundó el primer monasterio de Canónigos Agustinos de Islandia en Thykkvibaer, y Thorlac fue en él su primer abad. Parece que Thorlac es quien introdujo la Regla Agustiniana en la isla.
Algunos años después fue elegido obispo de Skálholt, y fue consagrado en Noruega el 2 de julio de 1178. Fuo obispo de esta sede por quince años, hasta su muerte, en 1193, a la edad de sesenta años. Cmo obispo, trabajó para reformar la Nación y fortalecer la Iglesia, acorde con los principios de la Reforma Gregoriana, aunque no siempre con demasiado éxito, pero al menos sentando las bases de reformas futuras. No debe olvidarse que la Iglesia de Islandia era aun muy joven, y los últimos vestigios de paganismo no habían desaparecido.
Llevó una vida santa, y luego de su muerte se atribuyeron muchos milagros a su intercesión. Fue canonizado localmente, por los obispos del lugar, en 1198, y aunque nunca hubo un decreto formal de confirmación del culto, el papa Juan Pablo II, en visita a Islandia, lo declaró patrono de Islandia el 14 de enero de 1984, lo que puede considerarse como una confirmación de culto de la Santa Sede. Su fiesta litúrgica local es el 20 de julio, aniversario de la traslación de las reliquias.


No hay comentarios:

Publicar un comentario