jueves, 27 de abril de 2017

Santa Zita. Sirvienta. Patrona de los trabajadores domésticos y panaderos (27 de abril)

Santa Zita. Sirvienta. Patrona de los trabajadores domésticos y panaderos

 
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Santa Zita Perseveró en la fe con extraordinaria paciencia y extrema caridad hacia los más necesitados hasta el día de su muerte

 
Santa Zita, fue una humilde trabajadora italiana, proveniente de una familia muy humilde, que se caracterizó por ayudar a los más pobres y necesitados. Santa Zita es la santa patrona de los sirvientes, trabajadores domésticos y panaderos
Fiesta: 27 de abril
Martirologio romano: En Lucca, Santa Zita, virgen, que, siendo de origen muy humilde y a la corta edad de 12 años, se tuvo que ir como sirvienta en la casa de la familia noble Fatinelli y perseveró en la fe con extraordinaria paciencia y extrema caridad hacia los más necesitados hasta el día de su muerte.
Santa Zita, a la corta edad de 12 años trabajó como sirvienta en una casa de la nobleza, familia Fatinelli, en Lucca, para así poder mantener a su familia. Fue muy cuidadosa en la práctica, soportó por mucho tiempo el acoso de los dueños de la casa, que la trataban como a un siervo más. Con su gran corazón se supo ganar el afecto de la familia que luego le dieron la dirección de la casa. Con esta gran oportunidad ahora, pudo ayudar a más personas pobres. Todo lo que pudo ahorrar en su vida lo utilizó para dar de comer y vestir a los más necesitados. Murió 27 de abril de 1272. Su culto fue aprobado en 1696 por el Papa Inocencio XII. Fue proclamada patrona del hogar por el Papa Pío XII.

Biografía de Santa Zita

Santa Zita nació en el año 1218 en el seno de una familia muy pobre, en Monsagrati, en la diócesis de Lucca.
A la corta edad de 12 años se tuvo que ir como sirvienta en una casa de la nobleza, familia Fatinelli, en Lucca. Siempre marcada por un fuerte sentido del deber, de carácter sencillo, alegre y humilde, vivió admirablemente los ideales y las virtudes del Evangelio, le gustaba mucho la contemplación de los misterios del Señor.
Santa Zita supo cómo organizar su vida austera con las obras de caridad, estuvo siempre muy atenta a las necesidades de los más pobres, pero esto no le gustaba mucho a la familia Fatinelli en un principio
Según cuenta la tradición, otro de las personas que servían a la familia Fatinelli, se encontraba celoso del afecto que recibía Zita, entonces, comenzó a sembrarle cizaña al jefe de la familia, dándole a entender que sospechaba que Zita se estaba robando los platos de la cocina.

El milagro de los panes

Un día el jefe sorprendió a Zita que iba de camino a reunirse con una familia necesitada, y en medio del camino le pide que abriera su delantal, el cual estaba lleno de Pan que le daría a los pobres, Zita respondió con humildad y obediencia al Señor y dejo caer su delantal, pero los panes se transformaron en Flores y hojas

Santa Zita y los ángeles

En otra ocasión, Zita fue a visitar a otra familia de pobres, dejando momentáneamente su trabajo en la cocina. Otros sirvientes celosos, la acusaron de abandono del puesto ante los Fatinelli, y cuando éstos fueron a la cocina a investigar, encontraron a ángeles haciendo el trabajo de Zita. Desde aquel día le permitieron más libertad para servir a los pobres.
Una vez que el hambre azotó la ciudad, Zita tenía la costumbre de repartir todo lo suyo, incluso su comida, con los pobres.
Pero la necesidad era muy grande, por lo que repartió la despensa de granos de la familia con los pobres. Cuando la familia fue a investigar encontró la despensa repleta. Fueron muchos los incidentes milagrosos de su vida.
Zita nos da una gran lección de vida en su forma de vivir: que independientemente de la actividad u oficio que se desempeñe, aún en el más humilde, se puede agradar a Dios y ganar una gran gloria para el cielo.
Murió a los 60 años el 27 de abril de 1278.
Debido a los milagros que realizó en vida y a los que se multiplicaron después de su muerte, el Papa Inocencio XII la proclamó Santa en 1696; y Pío XII, Patrona de Lucca y de los trabajadores domésticos. Actualmente también es patrona de los panaderos.
Sus restos permanecen incorruptos en el templo de San Fridiano, en Lucca, Italia, que es ahora un lugar de peregrinación.
 

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