miércoles, 1 de abril de 2015

San Hugo de Grenoble - Beato José Girotti - San Celso de Armagh 01042015


miércoles 01 Abril 2015

San Hugo de Grenoble

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San Hugo de Grenoble, obispo
San Hugo, (significa "el inteligente"), obispo, nació en Francia en el año 1052.
Gregorio VII ordenó de obispo a Hugo cuándo sólo tenía 28 años,  lo envió a dirigir la diócesis de Grenoble, en Francia. Allá estará de obispo por 50 años, aunque intentará renunciar al cargo ante 5 Pontífices, pero ninguno se la aceptará.
El dedicaba largas horas a la oración y a la meditación y recorría su diócesis de parroquia en parroquia corrigiendo abusos y enseñando cómo obrar el bien. Creyéndose un inepto y un inútil para este cargo, se fue a un convento a rezar y a hacer penitencia.    Pero el Sumo Pontífice Gregorio VII, que lo necesitaba muchísimo para que le ayudara a volver más fervorosa a la gente, lo llamó paternalmente y lo hizo retornar otra vez a su diócesis a seguir siendo obispo.
Un día llegó San Bruno con 6 amigos a pedirle a San Hugo que les concediera un sitio donde fundar un convento de gran rigidez, para los que quisieran hacerse santos basado en oración, silencio, ayunos, estudio y meditación. El santo obispo les dio un sitio llamado Cartuja, fue fundada la Orden de los Cartujos, donde el silencio es perpetuo (hablan el domingo de Pascua) y donde el ayuno, la mortificación y la oración llevan a sus religiosos a una gran santidad.    Para San Hugo sus días en la Cartuja eran como un oasis en medio del desierto de este mundo corrompido y corruptor, pero cuando ya llevaba varios días allí, su director San Bruno le avisaba que Dios lo quería al frente de su diócesis, y tenía que volverse otra vez a su ciudad.
Los sacerdotes más fervorosos y el pueblo humilde aceptaban con muy buena voluntad las órdenes y consejos del Santo obispo.    Varias veces fue a Roma a visitar al Papa y a rogarle que le quitara aquel oficio de obispo porque no se creía digno. Pero ni Gregorio VII, ni Urbano II, ni Pascual II, ni Inocencio II, quisieron aceptarle su renuncia porque sabían que era un gran apóstol.    Cuando ya muy anciano le pidió al Papa Honorio II que lo librara de aquel cargo porque estaba muy viejo, débil y enfermo, el Sumo Pontífice le respondió: "Prefiero de obispo a Hugo, viejo, débil y enfermo, antes que a otro que esté lleno de juventud y de salud".    Era un gran orador, y como rezaba mucho antes de predicar, sus sermones conmovían profundamente a sus oyentes.
Era muy frecuente que en medio de sus sermones, grandes pecadores empezaran a llorar a grito entero y a suplicar a grandes voces que el Señor Dios les perdonara sus pecados. Sus sermones obtenían numerosas conversiones.
Al final de su vida la artritis le producía dolores inmensos y continuos pero nadie se daba cuenta de que estaba sufriendo, porque sabía colocar una muralla de sonrisas para que nadie supiera los dolores que estaba padeciendo por amor a Dios y salvación de las almas. Un día al verlo llorar por sus pecados le dijo un hombre: "- Padre, ¿por qué llora, si jamás ha cometido un pecado deliberado y plenamente aceptado?- ". Y él le respondió: "El Señor Dios encuentra manchas hasta en sus propios ángeles. Y yo quiero decirle con el salmista: "Señor, perdóname aun de aquellos pecados de los cuales yo no me he dado cuenta y no recuerdo".  Murió a los 80 años, el 1 de abril de 1132. El Papa Inocencio II lo declaró santo, dos años después de su muerte.







Oremos

Señor, tú que colocaste a San Hugo en el número de los santos pastores y lo hiciste brillar por el ardor de la caridad y de aquella fe que vence al mundo, haz que también nosotros, por su intercesión, perseveremos firmes en la fe y arraigados en el amor y merezcamos así participar de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.



Calendario  de Fiestas Marianas: Nuestra Señora de las Lágrimas, Sicilia (1953)



Beato José Girotti



Beato José Girotti, presbítero y mártir
En el campo de concentración de Dachau, en Alemania, beato José Girotti, sacerdote profeso de la Orden de Predicadores y mártir.
José Girotti nació en Alba (Cuneo), cuna de tantas figuras venerables y fundadores, el 19 de julio de 1905, de una humilde y estimada familia. A los 13 años entró en el seminario dominico de Chieri (Turín), para realizar su vocación religiosa, y en 1930 fue ordenado sacerdote. Al año siguiente se licenció en Teología en Turín.
Hizo la especialidad en la célebre «Ecole Biblique» de Jerusalén, y luego se dedicó a la enseñanza de la Sagrada Escritura en el seminario teológico dominico de Santa María de las Rosas, de Turín, y al mismo tiempo en el Colegio de Misioneros de la Consolata.
En 1937 -continuando el Comentario a la Sagrada Biblia iniciado por el padre Marco Sales, OP, muerto en 1936- publicó el VI volumen del Antiguo Testamento, dedicado a los libros de Sabiduría. En 1942 publicó el VII volumen sobre el libro de Isaías. En los dos volúmenes volcó toda la profundidad de sus estudios, expuestos con apreciada claridad.
Estimado por su vasta cultura, amaba ejercitar el ministerio sacerdotal también entre los pobres, especialmente en el Hospicio de «Viejos Pobres», vecino a su convento.
Extendió su práctica de la caridad cristiana a los judíos, durante la persecución antisemita de la Segunda Guerra Mundial. En el campo religioso y político era un rebelde, fue incluso alcanzado por la suspensión del permiso de enseñanza, y supervisado por el régimen fascista.
Por sus obras a favor de los judíos, el 29 de agosto de 1944 fue capturado y deportado a Alemania al campo de concentración de Dachau, después de estar detenido en los centros «Le Nuove», de Turín, «S. Vittore», de Milán, y en Bolonia. En aquel campo, en la periferia de Munich, estuvo seis meses, sometido a los malostratos típicos de esos campos, soportados con humildad, paciencia y mansedumbre, vivificados por la oración y por el estudio de la Palabra de Dios.
Por esto fue admirado por otros religiosos, y por ministros de otras confesiones religiosas, prisioneros como él; las penurias y violencia padecidas le llevaron a la muerte a los casi 40 años, en el propio campo de Dachau, el día 1 de abril de 1945, día de Pascua, entre los lamentos y la veneración de todos los deportados, que lo consideraron inmediatamente santo.
En 1988 la curia de Turín comenzó el proceso indagatario sobre el martirio. Este proceso culminó con la beatificación el 26 de abril de 2014, en la Catedral de San Lorenzo, en Alba, Cuneo, en una ceremonia presidida por el Cardenal Severino Poletti. 

fuente: Santi e Beati


San Celso de Armagh

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San Celso de Armagh, obispo
San Celso, Arzobispo de Armagh  Celso era laico, al asumir la sede en 1105, a los veintiséis años de edad. Consagrado obispo, fue un excelente pastor. Fue muy asiduo en las visitas pastorales, administró sabiamente las posesiones de su diócesis y restauró la disciplina eclesiástica. Con este último punto se relaciona su presencia en el gran sínodo de Rath Breasail, al que asistieron no menos de cincuenta obispos, bajo la presidencia del legado pontificio Gilberto de Limerick.
El pueblo no recibió de buen grado ni las reformas que llevó al cabo el sínodo, ni la nueva división de las diócesis. Los anales de Four Masters cuentan que San Celso reconstruyó la catedral de Armagh.   La época en que vivió fue muy agitada; tuvo que ejercer el oficio de mediador en las discordias de los príncipes irlandeses y sufrió las invasiones de los O'Rourke y los O'Brien. En todas sus dificultades le asistió San Malaquías, quien fue primero archidiácono suyo y después obispo de Connor.    Poco antes de su muerte, ocurrida en Ardpatrick de Munster, en 1129, el santo acabó con la costumbre de la sucesión hereditaria, nombrando por sucesor a Malaquías. Según su deseo, fue enterrado en Lismore.







Oremos

Señor, tú que colocaste a San Celso en el número de los santos pastores y lo hiciste brillar por el ardor de la caridad y de aquella fe que vence al mundo, haz que también nosotros, por su intercesión, perseveremos firmes en la fe y arraigados en el amor y merezcamos así participar de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

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