martes, 1 de diciembre de 2015

San Castriciano de Milán - Santa Florencia de Poitiers - San Leoncio de Frejus - San Domnolo de Le Mans 01122015

San Castriciano de Milán

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San Castriciano de Milán, obispo

En Milán, ciudad de la Transpadania, san Castriciano, obispo.


Santa Florencia de Poitiers

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Santa Florencia, virgen

En Poitiers, de Aquitania, santa Florencia, virgen, que, convertida al Dios verdadero por el obispo san Hilario durante su destierro en Asia, le siguió luego al regresar a su tierra.

San Leoncio de Frejus

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San Leoncio de Frejus, obispo
En Frejus, de la Provenza, san Leoncio, obispo, que favoreció la vida monástica de san Honorato en la isla de Lérins, y a quien san Juan Casiano, su amigo, le dedicó las diez primeras Colaciones.
San Leoncio de Fréjus, nació probablemente en Nimes, hacia el final del siglo IV. La fecha de su ordenación episcopal es incierta, pero lo más probable es que haya ocurrido entre los años 400 y 419. Lamentablemente, la oscuridad que rodea su vida no ha sido totalmente disipada por el concienzudo trabajo de los historiadores. Sin embargo, es indiscutible que fue un hombre de santidad eminente, y su episcopado dio importantes frutos, puesto que desde fecha temprana estuvo asociado a la Virgen María como cotitular de la iglesia catedral de Fréjus; así aparece en un documento del siglo X. Hay razones para creer que era hermano de san Castor, el obispo de Apt, y que en consecuencia era, como él, nativo de Nimes. A veces ha sido confundido con otros del mismo nombre, especialmente con Leoncio, obispo de Arles, que vivió a finales del siglo V. Pero además de la diferencia en el tiempo, los importantes acontecimientos relacionados con el nombre de este último Leoncio hacen imposible la identificación.

El principal suceso durante el episcopado de Leoncio de Fréjus fue la creación del monasterio de Lérins, que tanta influencia tuvo en Occidente, a principios del siglo V. El nombre de este obispo está inseparablemente unido al de Honorato, el fundador del monasterio, y parece haber desempeñado un papel importante en el desarrollo de la vida monástica en el sur-este de la Galia. Honorato lo llamaba su «superior y padre», mientras que Casiano, que gobernó a los numerosos religiosos de la Abadía de San Víctor en Marsella, le dedicó la mayor parte de sus «Conferencias» (o «Colaciones»). Las relaciones del monasterio de Lérins con el obispo diocesano fueron de lo más cordiales y liberales. Algunos autores creen que esto se debía simplemente a la costumbre de la época, pero otros tienen, y no sin razones, el parecer de que era el resultado de los privilegios especiales concedidos por Leoncio a Honorato, con quien estaba unido íntimamente en lazos de amistad. Sea como fuere, estos reglamentos, que, salvaguardando la dignidad episcopal, aseguraron la independencia del monasterio, y fueron confirmados por el Tercer Concilio de Arles, parecen haber sido el comienzo de las inmunidades que más adelante disfrutaron en grado creciente las comunidades religiosas.

Por otra parte, parece que también eran cordiales las relaciones existentes entre el santo y los soberanos pontífices, a juzgar por una tradición que afirma que san León I, después de su memorable disputa con san Honorato (cuando ya era obispo de Arles), privó a la última sede de las prerrogativas que le daban una especie de primacía sobre el distrito de Vienne, y la depositó en Leoncio. Aunque debe tenerse presente que este importante evento se llevó a cabo en el 445, mientras que Leoncio había sido sucedido en el episcopado por Teodoro en el 433. Por eso es que algunos han sostenido que estas prerrogativas fueron concedidas a otro obispo de Fréjus, también llamado Leoncio, que habría sido el sucesor de Teodoro. Pero los partidarios de la respuesta tradicional aducen que -como era habitual en la época- san Leoncio abandonó su sede en el 432 para ir a predicar el Evangelio a las tribus teutónicas, y regresó a su diócesis en 442, donde muere en el 445 o incluso en el 448. Lamentablemente no puede aducirse sobre este apostolado una prueba muy sólida. Por consiguiente, es aún bastante incierto si en la diócesis de Fréjus hubo más de un obispo llamado Leoncio. Otra tradición, que afirma que san Leoncio murió mártir, no parece anterior al principio del siglo XIII, y no merece crédito. Murió casi con seguridad en el 433, aunque por las razones mencionadas algunos afirman que fue en el 443 o 448.

Léon Clugnet, «St. Leontius» (1910). hay allí mismo bibliografía de referencia. Imagen: busto-relicario en la catedral de Frejus.
fuente: Catholic Encyclopedia


San Domnolo de Le Mans

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San Domnolo de Le Mans, obispo
En Cenomanum, hoy Le Mans, en Neustria, san Domnolo, obispo, que antes había sido abad del monasterio de San Lorenzo de París, y que resplandeció por la fuerza de sus milagros.
Las diversas biografías de san Dómnolo se contradicen entre sí, lo cual demuestra que no son fuentes muy dignas de crédito. Probablemente el santo fue abad de un monasterio de París. En el desempeño de ese cargo llamó la atención del rey Clotario I (511-561), quien le ofreció la sede de Aviñón. San Dómnolo no quiso aceptarla, pero el monarca le impuso más tarde la diócesis de Le Mans, que el santo gobernó durante veintiún años. San Dómnolo construyó varias iglesias, así como una posada para peregrinos pobres en las riberas del Sarthe. Junto a la posada había un monasterio y una iglesia, a cuya dedicación convidó san Dómnolo a su amigo san Germán de París. El santo obispo tomó parte en el Concilio de Tours, en el año 566. San Gregorio de Tours cuenta que san Dómnolo alcanzó un alto grado de santidad y obró muchos milagros. Se conservan dos reglas escritas por el santo, que parecen auténticas.

 Havet, en Bibl. de l'Ecole des Chartres, vol. LIV, pp. 688-692; Celier, en Revue Historique et archéol, du Maine, vol. LV (1904), pp. 375-391; A. Poncelet, en Analecta Bollandiana, vol. XXIV (1905), pp. 515-516; y Duchesne, Fastes Episcopaux, vol. II, p. 337.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

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