viernes, 29 de enero de 2016

San Valerio de Tréveris, obispo - San Afraates, eremita (29 de enero)

San Valerio de Tréveris, obispo

fecha: 29 de enero
†: c. s. IV - país: Alemania
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa
En Tréveris, ciudad de la Galia Bélgica, san Valerio, segundo obispo que gobernó esta sede.
refieren a este santo: San Eucario
San Valerio está suficientemente atestiguado como segundo obispo de la sede de Tréveris (Trier), en Alemania, en todas las listas episcopales (episcopologios) compuestas entre los siglos X y XII, en las que siempre se encuentra luego de san Eucario y antes de san Materno. Además de esto, se conserva una inscripción en verso donde se elogian conjuntamente a san Eucario y a él; este poema de finales del siglo V se encuentra en la iglesia de San Matías, también de Tréveris, que es una transformación del oratorio de san Cirilo, al que perteneció el texto original, que dice que el altar de Cirilo se ve enmarcado y honrado por las reliquias de dos sacerdotes unidos por el poder divino: Eucario y Valerio.
A la certeza y constancia de estas menciones, va lamentablemente unida la vaguedad de la ubicación cronológica. Parece que el cuarto obispo de la sede fue san Agricio, cuya firma se encuentra en el Concilio de Arles del 314, por lo que podemos suponer que Valerio pontificó en Tréveris a fines del siglo III o inicios del IV. Aunque todo esto depende de listas fundamentalmente auténticas, pero que han sido sometidas a una deformación intencionada. En los siglos posteriores la ciudad cobró una importancia política fundamental, y era importante prestigiar la sede, retrotrayendo su evangelización a lo más antiguo que se pudiera, así que la leyenda echó mano de un recurso muy habitual: identificar a los primeros evangelizadores con alguno de los 72 anónimos discípulos de la misión mencionada en Lucas 10. En otro artículo he señalado mi convicción de que si sumáramos todas las sedes europeas que dicen haber sido evangelizadas por uno de los 72, nos sobrarían sedes o nos faltarían evangelizadores... por otra parte de ninguna manera el relato bíblico apunta a una misión europea de estos discípulos de Jesús, ni durante ni después de su vida terrena.
Las leyendas locales pasan por encima de estos criterios básicos de coherencia y van directamente al punto: "Eucario fue el tercero de los 72 discípulos, Valerio era discípulo de san Pedro, y Materno no fue menor en el mismo colegio", reza una inscripción en un episcopologio del siglo XII, que inserta una serie de nombres fantaseados entre Materno y Agricio, para cubrir el bache desde el siglo I al IV. Desde aquí la leyenda hagiográfica cobra ya una vida propia: como Valerio fue discípulo directo de Pedro, también fue heredero de su báculo, con el que resucitó a Materno para que ocupase la sede después de él... 
Nos podríamos quedar con lo que sabemos (poco pero firme), pero vale la pena conocer estas excrecencias de la historia de los santos porque han dado lugar a una iconografía y a tradiciones propias. Todos los martirologios antiguos importantes, comenzando por el Hieronymianum, inscriben a san Valerio el día 29 de enero.
Ver Duchesne, Fastes Episcopaux, III, 30ss. En Acta Sanctorum, enero, II, pág 917ss puede leerse la Vita legendaria, escrita por un monje del siglo XI. En la imagen, reliquias del santo en Tréveris, en la iglesia de San Matías, en un sarcófago de estilo tardo-románico junto al de san Eucario, en esa capilla figura la inscripción del siglo V mencionada en la nota.

Abel Della Costa
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012

Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?ids=359




San Afraates, eremita


fecha: 29 de enero
fecha en el calendario anterior: 7 de abril
†: c. 378 - país: Turquía
otras formas del nombre: Apraat
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Cerca de Antioquía de Siria, san Afraates, anacoreta, el cual, nacido y formado entre los persas, siguió las huellas de los magos y se convirtió al Señor en Belén. Se retiró a Edesa, donde vivió en una pequeña casa fuera de las murallas, y, más tarde, con su predicación y sus escritos defendió la fe católica contra los arrianos.
Según los bolandistas, en los que se basa Alban Butler, debemos todas las noticias sobre san Afraates a Teodoreto. Dicho autor, siendo todavía niño, fue con su madre a visitar al santo y recordaba que Afraates había abierto la puerta para bendecirles y les había prometido enconmendarlos en sus oraciones. Teodoreto siguió invocando la intercesión de Afraates toda su vida, persuadido de que el poder del santo no había hecho sino crecer después de su muerte.
Afraates era de familia persa. Después de su conversión al cristianismo, se estableció en Edesa de Mesopotamia, que era entonces uno de los principales centros cristianos, con el objeto de aprender a servir más perfectamente a Dios. Cuando comprendió que la única manera de conseguirlo era la soledad, se encerró en una celda en las afueras de la ciudad, y en ella se dedicó a la penitencia y la contemplación. Sólo comía un poco de pan al atardecer; en sus últimos años tomaba también algunas verduras. Dormía en el suelo y se vestía con pieles. Después de algún tiempo, se trasladó a una ermita en las proximidades de un monasterio de Antioquía de Siria, adonde acudía el pueblo en busca de consejo. En cierta ocasión, Antemio, que fue más tarde cónsul del Oriente, trajo de Persia una túnica y la ofreció al santo como un producto de su tierra natal. Afraates le preguntó si encontraba razonable cambiar a un criado, que le hubiese servido fielmente durante muchos años, por otro, simplemente porque éste último era originario de su tierra natal. «Indudablemente que no», replicó Antemio. «Entonces llévate la túnica, porque la que tengo puesta me ha servido durante dieciséis años y no necesito otra».
El emperador Valente había desterrado al obispo san Melecio, y la persecución arriana hacía estragos en la Iglesia de Antioquía. En tales circunstancias, Afraates abandonó su retiro para acudir en ayuda de Flaviano y Diodoro, quienes gobernaban la diócesis en ausencia de san Melecio. La fama de los milagros y de la santidad de Afraates daban gran peso a sus acciones y palabras. Como los arrianos se habían apoderado de las iglesias, los fieles tenían que practicar el culto en la otra ribera del Orontes o en el campo militar que se extendía en las afueras de la ciudad. En cierta ocasión, cuando san Afraates se dirigía a toda prisa al campo militar, el emperador, que se hallaba en la terraza de su palacio que daba sobre el camino, ordenó que le detuviesen y le preguntó a dónde iba: «Voy a orar por el mundo y por el emperador», replicó el ermitaño. Entonces le preguntó por qué, si estaba vestido de monje, había abandonado su celda. Afraates le respondió con una parábola: «Si fuese yo una doncella retirada en la casa de su padre y viese la casa incendiarse, ¿me aconsejaríais que permaneciese tranquila, sin hacer nada por extinguir el fuego? Así, pues, más bien hay que acusaros a vos, que habéis desatado el incendio, que a mí que no hago sino tratar de apagarlo. Cuando nos reunimos para instruir y fortalecer a los fieles, no hacemos nada contrario a la profesión monástica».
El emperador no respondió, pero uno de sus criados insultó al varón de Dios y aun le amenazó con matarle. Poco después, el criado cayó en un caldero de agua hirviente; su muerte impresionó tanto al supersticioso Valente, que se negó a prestar oídos a los arrianos, quienes le aconsejaban que desterrase a san Afraates. También impresionaron mucho al emperador los milagros del santo, el cual curó a muchos hombres y mujeres y, según cuenta la leyenda, devolvió también la salud al caballo favorito del emperador.
Es difícil determinar si el Afraates descrito así por Teodoreto en Philotheus y en la Historia Ecclesiastica es la misma persona que el escritor sirio primitivo, cuyas homilías o discursos han llegado hasta nosotros. Todos los historiadores están de acuerdo en que esas homilías datan de 336 a 345. Valente murió en 378 y, según parece, Teodoreto no nació antes del 386. Es difícil suponer que Teodoreto haya sido llevado muy niño a recibir la bendición del autor de las homilías. Por otra parte, apenas sabemos algo de la vida del escritor. El Breviario sirio menciona a un Afraates que murió probablemente en la persecución de Sapor. En la redacción del elogio del Martirologio Romano parece que se identifica al escritor con el monje del que habla Teodoreto.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=360
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Comentarios
por cristina (i) (85.56.137.---) - mié , 28-ene-2015, 07:03:07
Estimado Abel:

Sitúas a este Afraates, con una anterior fecha el 7 de abril. Los autores occidentales suelen confundir al santo de hoy, con el padre de la iglesia siriaca san Afraates el Sabio, que murió en el 390 y fue un gran escritor eclesiástico y también asceta y anacoreta, pero en Siria y durante el reinado de Shapor y cuya festividad la celebran los sirios el 7 de abril.
No se si esto te sirve para algo, pero aquí te lo pongo por si te interesa.
Un abrazo y gracias por estar ahí.

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