domingo, 18 de septiembre de 2016

San Eustorgio I de Milán, obispo - Santa Ricarda, reina (18 de septiembre)

San Eustorgio I de Milán, obispo

fecha: 18 de septiembre
†: a. 355 - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati

Elogio: En Milán, en la Liguria, san Eustorgio, obispo, a quien san Atanasio elogia por confesar la verdadera fe contra el error arriano.

Es el noveno obispo de Milán. Atanasio en la «Epistula encyclica ad episcopos Aegypti et Lybiae» y Ambrosio en el «Sermo contra Auxentium» recuerdan a Eustorgio de Milán como uno de los más firmes e ilustres adversarios de la herejía arriana. No es cierto, sin embargo, que los dos concilios de Milán que vieron la condena de Fotino, obispo de Sirmio, autor de la herejía arriana, hayan ocurrido durante el episcopado de Eustorgio, sino más bien en el de su predecesor Protasio. Probablemente se debe a Eustorgio el inicio de los trabajos de construcción de la nueva catedral de Milán, de cinco naves, con una superficie de 2000 m2, llamada por san Ambrosio como «basílica nueva» o «basílica mayor intramuros», situada en la actual plaza de la catedral, e inaugurada, según parece, por el propio san Ambrosio.
Una leyenda muy posterior (parece que del siglo XI), presenta a Eustorgio como un griego enviado a Milán por el emperador en calidad de gobernador (haciéndolo de ese modo similar a san Ambrosio). A la muerte de Protasio, por unanimidad, fue elegido por los milaneses obispo de la ciudad. Se retiró a Constantinopla junto con los dirigentes de la ciudad para obtener la autorización del emperador para el nombramiento episcopal, y no sólo obtuvo eso, sino también una excención de impuestos para los milaneses, y un grandiosa arca de mármol con los cuerpos de los Magos. Una vez vuelto a Milán, habría erigido la basílica que tomó de él el nombre, en el lugar del bautisterio de la antigua comunidad cristiana, colocando allí el arca con las reliquias de los Magos; estas reliquias fueron luego llevadas a Colonia por Rinaldo, arzobispo de esa ciudad y canciller del Imperio, después de la destrucción de Milán en el 1162 por Federico Barbaroja.
Eustorgio murió un 18 de septiembre, poco antes del año 355, y fue sepultado en la basílica a él dedicada. Se le atribuyen diecisiete años de episcopado, pero el cálculo parece incorrecto, porque en el Concilio de Sárdica (343-44) participó su antecesor, Protasio, mientras que en el 355 ya estaba su sucesor, Dionisio. Eustorgio pertenece al grupo de cuatro obispos milaneses (él mismo, Dionisio, Ambrosio y Smpliciano) venerados inmediatamente con culto público; de hecho su misa en rito ambrosiano, a juicio de A. Paredi y C. Marcora, proviene del siglo V. Un documento del siglo XIV, el «Liber notitiae sanctorum Mediolani», reporta cinco iglesias en el territorio de la diócesis dedicadas a este santo obispo. No debe confundirse con Eustorio II, también santo y obispo de Milán, pero del siglo VI.
Traducido para ETF, con escasos cambios, de un artículo de Antonio Rimoldi en Enciclopedia dei santi, que recogemos de Santi e beati.
fuente: Santi e Beati
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012

Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_3376




Santa Ricarda, reina

fecha: 18 de septiembre
n.: c. 840 - †: c. 895 - país: Francia
otras formas del nombre: Ricardis, Richardis
canonización: culto local
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Elogio: En Andlau, de la Baja Lotaringia, santa Ricarda, la cual, siendo reina, despreció el poder terreno para servir a Dios en el monasterio fundado por ella misma.

Al cumplir los veintidós años, la joven Ricarda, hija del conde de Alsacia, fue dada en matrimonio a Carlos el Gordo, hijo del rey Luis el Germano. Diecinueve años después, en 881, los esposos se trasladaron a Roma para que el papa Juan VIII los coronase como emperador y emperatriz del Sacro Romano Imperio. Hasta entonces, la pareja había vivido en armonía, pero unos pocos años más tarde, el emperador Carlos, ya fuese por fundadas sospechas o por realizar algún propósito inconfesado, acusó a su esposa de infidelidad y señaló, como cómplice del adulterio a su canciller, Liutwardo, que era obispo de Vercelli y un hombre grandemente estimado, tanto por sus habilidades como por sus virtudes. Los supuestos culpables, Ricarda y Liutwardo, comparecieron ante la asamblea de la corte imperial para desmentir solemnemente las acusaciones; el obispo quedó exonerado por un juramento, y Ricarda apeló al juicio de Dios y pidió someterse a la prueba del fuego o, en su defecto, a la prueba de la batalla. La prueba del fuego fue aceptada, y la emperatriz, descalza y vestida con una túnica de material ligero, fácilmente inflamable, caminó sobre un lecho de brasas sin recibir daño alguno.
A pesar de todo, Liutwardo fue despojado de su puesto de canciller y, como no se consideraba conveniente que Ricarda y su esposo continuasen su vida en común después de la pública exhibición de sus desavenencias conyugales, se la autorizó a separarse de Carlos el Gordo. Durante algún tiempo, se refugió en el convento de monjas de Hohenburg y, de ahí, pasó a la abadía de Andlau, que ella misma había fundado. Ahí vivió en paz hasta su muerte, ocurrida más o menos hacia el año de 895. Durante su existencia en el convento, participó en las actividades y ejercicios de piedad de las monjas, intercedió en favor suyo ante la Santa Sede, se preocupó siempre por los pobres, y escribió versos. En el año de 1049, cuando el Papa León IX se detuvo en Andlau en su viaje a Mainz para asistir a un concilio, mandó que los restos de Ricarda fueran exhumados y colocados en un santuario para exponerlos a la veneración de los fieles. El culto se ha mantenido, y hasta hoy se celebra la fiesta de santa Ricarda en la diócesis de Estrasburgo.
No hay ninguna biografía propiamente dicha sobre santa Ricarda, pero las lecciones del breviario, panegíricos y homilías reunidos en Acta Sanctorum, sept. vol. V, proporcionan buenos datos. Véase también el Allgemeine Deutsche Biographie, vol. XXVIII, pp. 420 y ss. y la Sainte Richarde de M. Corbet (1948).
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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