Mártir, 4 de mayo
Por: Alban Butler | Fuente: Vidas de los santos
San Florián, a quien el Martirologio Romano conmemora en este día, era un oficial del ejército romano. Tras desempeñar un alto puesto administrativo, en Nórico de Austria, fue martirizado por la fe, en tiempos de Diocleciano. Sus «Actas», que son legendarias, cuentan que él mismo se entregó en Lorch a los soldados del gobernador Aquilino que perseguían a los cristianos. Por su valiente confesión de la fe, se le azotó dos veces, fue despellejado en vida y, finalmente, se le arrojó al río Enns con una piedra al cuello. Una piadosa mujer recuperó su cuerpo, que fue más tarde depositado en la abadía agustiniana de San Florián, cerca de Linz. Las reliquias del santo fueron después trasladadas a Roma; el Papa Lucio III, en 1138, regaló una parte de ellas al rey Casimiro de Polonia y al obispo de Cracovia. Desde entonces, se considera a San Florián como patrono de Linz, de Polonia y de Austria superior.
Por: Alban Butler | Fuente: Vidas de los santos
Mártir
Martirologio Romano: En Lorch, en la región del Nórico, en lo que hoy es Alemania, san Florián, mártir, que durante la persecución bajo Diocleciano, y por orden del gobernador Aquilino, fue arrojado desde el puente al río Enns con una piedra atada al cuello. († 304)
Patronazgo: contra la guerra, contra ahogamientos, contra incendios, contra inundaciones, de Austria, de los fabricantes de barriles, de los cerveceros, deshollinadores, de la Diócesis Suiza de Chur, de las víctimas de ahogamiento, de los bomberos, de las cosechas, de Linz (Austria), de Polonia, de los fabricantes de jabón.
Breve Biografía
San Florián, a quien el Martirologio Romano conmemora en este día, era un oficial del ejército romano. Tras desempeñar un alto puesto administrativo, en Nórico de Austria, fue martirizado por la fe, en tiempos de Diocleciano. Sus «Actas», que son legendarias, cuentan que él mismo se entregó en Lorch a los soldados del gobernador Aquilino que perseguían a los cristianos. Por su valiente confesión de la fe, se le azotó dos veces, fue despellejado en vida y, finalmente, se le arrojó al río Enns con una piedra al cuello. Una piadosa mujer recuperó su cuerpo, que fue más tarde depositado en la abadía agustiniana de San Florián, cerca de Linz. Las reliquias del santo fueron después trasladadas a Roma; el Papa Lucio III, en 1138, regaló una parte de ellas al rey Casimiro de Polonia y al obispo de Cracovia. Desde entonces, se considera a San Florián como patrono de Linz, de Polonia y de Austria superior.
Se le representa con una cubeta de agua debido a la leyenda de que detuvo un incendio arrojando sobre el fuego un simple balde de agua.
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