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Los siete signos de nuestro tiempo, según Hadjadj: debemos
recordar «las evidencias primeras»
Vienen recogidos en su libro "La suerte de haber nacido en
nuestro tiempo"
Por Enrique García Romero
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“Nuestro mundo es cada vez más el de la desencarnación. Nos
hallamos en la época
del in
vitro veritas, sea el cristal de las pantallas o el vidrio de
las probetas”, afirma
Fabrice Hadjadj (Nanterre, Francia, 1971), filósofo y escritor
de ascendencia judía y católico
converso desde 1998.
Hadjadj, que dirige el Instituto Europeo de Estudios
Antropológicos Philanthropos de Friburgo, considera que, en la actualidad, “la
misión más espiritual es volver
a descubrir la carne, desarrollar –como decía Juan Pablo II–
una verdadera teología del sexo y, sobre todo, una teología de la mujer y de la
maternidad”.
El pensador francés señala que “los apóstoles ya no deben limitarse
a hacer milagros, sino que deben
recordar las evidencias primeras: que la mujer es mujer y el
hombre es hombre; que el matrimonio es entre un hombre y una mujer; que las
vacas no son carnívoras; que
lo natural no es una construcción convencional; que el ser no
es la nada”.
Siete signos de nuestro tiempo
Hadjadj identifica siete
signos presentes en
nuestro tiempo:
1. Fin del progreso, comienzo de la esperanza.
“Las grandes utopías políticas de los siglos XIX y XX han muerto: una
afirmación que vale tanto para el comunismo como para el capitalismo”.
Cuando se destruyen las “esperanzas mundanas, la esperanza teologal puede
reabrir un futuro”, pues está “afianzada en la fe en el
Porvenir eterno, en Aquel cuyo nombre es”.
2. De
la globalización a la catolicidad: la ecología integral. Según
el pensador francés, la cuestión ecológica se ha convertido en un lugar
decisivo de evangelización. “Al margen de su urgencia, la ecología conlleva la contemplación de un orden natural
dado; y por lo tanto, y en última instancia, la elevación hacia
un Creador de ese orden”.
El Papa Francisco, con su encíclica Laudato si y su magisterio, también pone
énfasis en la importancia del cuidado de la naturaleza.
3. La era de la tecnología y la exigencia de la austeridad. El
autor afirma que estamos en la época de la tecnología, y considera que para
evangelizar, “los medios temporales pobres y sencillos son superiores a los
medios temporales complejos y sofisticados”.
Piensa que el “verdadero amor al prójimo no se aprende sino
acercándose a él. La
esperanza en el cara a cara con Dios sólo se transmite a través del
cara a cara con el otro”.
Abrirse a la amplitud de la razón
4. Frente al culto al sentimiento, la amplitud de la razón. Hadjadj afirma que frente al pensamiento de que “lo real es lo que siento y lo que construyo”, la misión debe tener la “valentía para abrirse a la amplitud de la razón”.
4. Frente al culto al sentimiento, la amplitud de la razón. Hadjadj afirma que frente al pensamiento de que “lo real es lo que siento y lo que construyo”, la misión debe tener la “valentía para abrirse a la amplitud de la razón”.
Esta razón amplia “permite escapar del doble culto al capricho y
al cálculo”. Para lograr esa salida, “hay que reconocer el papel auxiliar pero necesario de
la filosofía y la labor conceptual pero contemplativa de la teología”.
5. Frente al desmaterialismo,
el Verbo se hizo carpintero. El filósofo francés
considera que “hemos pasado del paradigma de la cultura al paradigma de la
ingeniería”. Ante la pérdida
del sentido de la materia, Hadjadj señala que “el Verbo se hizo carne y
carpintero. No es algo anecdótico. Quiso trabajar con sus manos
la madera”, y “no es casualidad que recurriera con frecuencia a imágenes de los
campos, de la viña, de la mostaza”.
6. Frente al dividualismo,
las comunidades pequeñas. “Desde el momento en que
el individuo pretende construirse solo, lo único que hace es desligarse de su
origen social, reducirse él mismo a un conjunto de piezas sueltas”. Frente a
ello, “nuestra época necesita más testigos que maestros”. Pero “el testimonio
no debe ser sólo individual. Debe ser el testimonio
de una comunidad viva, acogedora, radiante, con un atrio
abierto a la calle”.
7. Frente a “Dios” como “fórmula mágica”. El
escritor converso explica que “el espiritualismo
es perfectamente compatible
con todas las manipulaciones de los seres vivos”. El
tecnologismo “muestra una inclinación a la exaltación del espíritu y el
desprecio de la carne”.
En este contexto, Dios es visto no como Padre, sino como
“Referencia”. “El islamismo nos ofrece un buen ejemplo de ello”, pues
reivindica a un “Dios que desprecia la cultura, la historia, las patrias...”.
Hadjadj expuso estos signos de los tiempos en una conferencia que
pronunció en la inauguración del III Congreso
Mundial de los Movimientos Eclesiales y las Nuevas Comunidades,
celebrada en Roma el 20 de noviembre de 2014.
Su intervención ha sido publicada por Ediciones Rialp en 2016
con el título La suerte de haber nacido en nuestro tiempo.
Hadjadj ha obtenido varios premios de literatura en su país.
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