Beata María de los Apóstoles von Wüllenweber, virgen y fundadora
fecha: 25 de diciembre
n.: 1833 - †: 1907 - país: Italia
canonización: B: Pablo VI 13 oct 1968
hagiografía: Congregación
n.: 1833 - †: 1907 - país: Italia
canonización: B: Pablo VI 13 oct 1968
hagiografía: Congregación
Elogio: En Roma, beata María de los
Apóstoles (María Teresa) von Wüllenweber, virgen, alemana de origen, que
inflamada por el ardor misionero fundó el Instituto de Hermanas del Divino
Salvador, en Tivoli, población del Lacio.
Therese von Wüllenweber nació un 19 de
febrero de 1833, en el seno de una noble familia alemana, en concreto en el
castillo de Myllendonk, no lejos de la ciudad de Colonia. Fue la primera de
cinco hermanas y creció en un hogar devoto y lleno de vida y amor, recibiendo
una notable educación, como le correspondía por su nobleza.
Poseía desde temprana edad una inclinación
a la vida apostólica y en concreto a la actividad misionera y toda su vida fue
una continua búsqueda y maduración de este ímpetu/vocación, pero en aquel
tiempo no existía una orden femenina donde ella pudiera tener una experiencia
misionera. En 1875 conoció al Obispo Raimondi -Vicario Apostólico de Hong Kong-
quién, viendo su gran espíritu misionero, le animó a establecer una nueva
fundación misionera. Pero no era el tiempo adecuado, el «Kulturkampf», una
legislación anticatólica, había prohibido entre otras cosas el establecimiento
de nuevas comunidades religiosas en Alemania. Sin embargo Teresa emitió ese
mismo año un voto privado de que su vida y sus bienes serían dedicados
enteramente para el bien de las misiones y de la iglesia. En esos días plasmaba
su celo y entusiasmo misionero en un poema titulado «Impulso».
Teresa rondaba ya los 50 y no había
encontrado lo que buscaba. Sin embargo todo esto cambió el 12 de abril de 1882
cuando por casualidad (si existe la casualidad) cayó en sus manos el «Kölnische
Volkszeitung» en el que se anunciaba la publicación misionera de los
salvatorianos «Der Missionär». Ahí leyó que el objetivo de esta nueva sociedad
era difundir y defender la fe católica mediante todos los medios y maneras
posibles, en casa y en las misiones. Inmediatamente se puso en contacto con el
P. Lüthen en Munich y luego ya todo fue muy deprisa. El 4 de julio se encuentra
con el P. Jordan, que sólo 6 meses antes (el 8 de diciembre de 1881) había
fundado a los Salvatorianos, y ambos descubren tener la misma vocación y
carisma por la misión y el trabajo apostólico y que la mano de la Divina
Providencia les había unido. Teresa quedó sorprendida por la persona del
Fundador: «¡Se quedó con nosotras 3 días! Difícilmente podría aguardarme una
alegría más grande. Me dio la impresión de un ferviente y verdadero apóstol. Me
pareció un santo mandado por Dios mismo».
El resultado de este mutuo sentir, y una
vez superadas un sin fin de dificultades y pruebas, fue la Fundación en Tívoli
(cerca de Roma) el 8 de diciembre de 1888 de la Congregación de las Hermanas
del Divino Salvador. Teresa en adelante sería María de los Apóstoles. El 25 de
marzo de 1889 emitía públicamente sus votos perpetuos y Jordan la designó
Superiora General. La Comunidad de las Salvatorianas creció rápidamente: En
1892 había 50 Hermanas en Tívoli y el informe de 1900 habla de 120.
Si bien el deseo misionero de la Madre
María no pudo ser realidad en su propia persona, pronto sí lo fue en la
Congregación, «su fuego fue prendiendo otros fuegos»: En diciembre de 1890 las
primeras 3 Hermanas acompañaban a 2 Padres y 2 Hermanos a ASSAM / La India para
iniciar la Primera Misión Salvatoriana. Tres años después 5 Hermanas iniciaron
otro proyecto misionero en Ecuador. Y en mayo de 1895 otras 3 Hermanas iban a
los Estados Unidos. Hoy 1.250 Hermanas trabajan en 30 países repartidos por los
5 Continentes. El 25 de diciembre de 1907, a medianoche, durante la celebración
de la liturgia de Navidad, Madre María se fue de Roma al Cielo. Pasado un corto
tiempo y desde fuera de la comunidad fueron llegando reconocimientos de su
santidad. La devoción hacia ella crecía. El Papa Pablo VI beatificó a la Madre María
de los Apóstoles el 13 de Octubre de 1968 destacando durante su homilía «su
espíritu misionero en un tiempo en que no había mujeres misioneras». El gran
amor de la Madre María por las misiones y su espíritu apostólico siguen
encendiendo hoy los corazones de muchas mujeres y hombres salvatorianos
alrededor del mundo.
Tomado del artículo firmado por Fernando
López, SDS en Amsala, revista
de la Asociación Misionera Salvatoriana para Latinoamérica, nº
47, abril de 2008, pp 16-17.
fuente: Congregación
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
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