domingo, 27 de junio de 2021

Domingo 13º del TO Ciclo B (27.06.2021): Marcos 5,21-43. La palabra también sana y CINCO MINUTOS con la Biblia entre las manos. Domingo 31º: 27.06.2021.

 

Merece la pena la espera

Se acaba junio y entramos en julio. Verano pleno por estas latitudes del norte. Verano es vacaciones. Verano es sol. Verano es desconectar para enlazarse con el aire de los vuelos, el agua de los mares o la tierra de otras tierras. Todo esto para unos. En cambio, para otros, el verano es quedarse, estar, recoger los sembrado, acompañado y producido. Verano es cosecha. El tiempo me está diciendo que en la naturaleza todo está relacionado. Unos con otros, la noche con el día, los hombres con las mujeres. los pueblos con las etnias, el río con sus orillas y hasta las nubes con la lluvia y los manantiales. Todo relativo.

¿Cómo se te presenta el nuevo mes?

Me estoy diciendo una cosa que deseo compartir contigo ahora. Mira, julio me está esperando. Lo sé, porque yo lo estoy espeando a él. Tan sencillo, pero tan real e importante. De buenas a primeras me he dado cuenta de que tengo un amigo nuevo. Mejor, que he tenido un amigo y no me había enterado. El mes de julio es mi amigo. Y nos lo vamos a programar juntos. Podemos hacer un camino de aire, de tierra, de agua. Cielo, suelo o mar. O en casa, imaginando.

Espero la llegada de julio.

Esperaban la llegada de... un envío, de un equipo, de un artista, de un médico, de un agente... de un mesias. 

Y el esperado llegó. Y llegó muy acompañado. 

Y todos pretendieron tocarlo, acercarse, hablarlo... 

Tocar al esperado.

Así, más o menos, es como un tal Jesús de Nazaret se convirtió en el esperado, pero no en la navidad, sino en pleno verano.

El Jesús esperado llegó en verano cuando aprieta el calor del dolor

El Jesús esperado llegó en verano cuando... y alguien quería tocarlo sin que nadie supiera ni cuándo, ni cómo ni dónde ni con qué... Que nadie me pregunte nada. Será un secreto de dos. Nos estábamos esperando.

La espera duraba ya doce años. Doce años. Una plenitud. Una vida.

Mereció la pena. Y aquí estoy ahora para contarlo.

Que de qué estoy hablando, se dirán algunos.

Estoy hablando del relato del Evangelio de Marcos que se nos propone leer en el domingo último del mes de junio, el mes de las hogueras de san Juan. Justo en la mitad del camino desde la última Navidad y hasta la próxima nochebuena. Merece la pena la espera.

A continuación se encuentran los comentarios.

   

Domingo 13º del TO Ciclo B (27.06.2021): Marcos 5,21-43. La palabra también sana. Me lo comento y lo escribo CONTIGO,

En este domingo último de junio debería leerse en nuestras liturgias ‘del centro y culmen’ de la iglesia el relato del llamado Evangelio de Marcos 5,1-20. ¿Por qué razón la autoridad vaticana guarda absoluto silencio año tras año e impide la lectura de Mc 5,1-20? Denunciaré una vez más que nuestra liturgia católica no permite a sus gentes del pueblo comprender al Jesús de Nazaret que se nos anunció en cada uno de los cuatro Evangelios. ¿Cuántos siglos más son necesarios para que el magisterio vaticano ponga fin a tanto silencio manipulador como éste?

Comentaré en los siguientes párrafos de esta página el relato que se nos propone en la liturgia oficial, el texto de Mc 5,21-43. Sin embargo, deseo compartir el comentario sobre Mc 5,1-20 que dejé escrito hace cuatro años. La identidad de ‘aquel LEGION’ merece la pena no olvidarla jamás por tener los acusados rasgos de toda ideología imperialista. Y que nadie olvidemos que existen también auténticos imperios sacro-religiosos. ¿El Legión es la presencia de Roma? Sí.

Desde el comienzo de Marcos 5,21 se nos anuncia que Jesús de Nazaret pasa de la orilla oriental del lago a la orilla occidental donde había contado a las gentes las muy peculiares parábolas del reino-reinado de Dios. Justamente aquí y ahora, en el lugar de la PALABRA DE LAS PARÁBOLAS, inicia este Evangelista la narración de las PALABRAS DE JESUS QUE SANAN, como había sucedido en la tierra de los gerasenos con el Legión.

Lo vuelvo a escribir: LAS PALABRAS DE JESÚS también SANABAN. Ésta podría ser perfectamente la síntesis o melodía del mensaje de Marcos 5,21-43: “Llega uno de los jefes de la sinagoga llamado Jairo... Ven, mi hija está a punto de morir” (5,22). Y un poquito después, “Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años... se acercó... hasta tocar el manto de Jesús” (5,25).

El relato completo del Evangelio de este domingo (5,21-43) es una muy preciosa narración literaria llamada palindromía (como sucede en ANA o en un número capicúa) o estructura envolvente o circular. Una única narración en tres momentos interrelacionados. Primer momento (5,22-24), Jairo pide a Jesús que vaya a visitar a su hija enferma; segundo momento (5,25-34), una mujer se atreve a tocar el manto de Jesús con la esperanza de que su fuerza sanadora cure su enfermedad; y el tercer momento (5,35-43), en casa de Jairo sucede la curación de su hija. Muy curiosamente, tanto la hija de Jairo como la mujer del flujo de sangre están relacionadas con los doce años. Los años de la mayoría de edad de una persona.

La belleza literaria de la palindromía queda superada por la excelencia teológica de la buena noticia que es Jesús para Jairo, su hija, la mujer sin nombre, los Doce, las otras Doce mujeres del seguimiento (según Mc 15,39-47) y todos cuantos se mueven en el ámbito de Jesús y de Jairo. Una multitud. Ésta contempla todo cuanto sucede. Y Jesús, con la inmensa ironía de quien escribe el relato, les pide a todos que nada digan de lo que han visto. No se callarán.

Confieso que mis neuronas no dejan de pensar en el profeta Elías, en sus palabras y sus curaciones mientras leo este relato de Jesús al que se le está llamando profeta tan alto como claro. Profeta provocador, añadiría de mi cuenta. Me lo inspira así la decisión de esa mujer que ha oído la buena noticia de las palabras de Jesús y se acerca a tocar su manto. Ella y él se comprendieron y reconocieron con sólo mirarse: “Tu fe te ha curado. Tú te has curado”. Y hasta creo que el propio Jairo dejó de asistir a ‘su sinagoga’. Carmelo Bueno Heras   

 

CINCO MINUTOS con la Biblia entre las manos. Domingo 31º: 27.06.2021. Después de comentar los cuatro Evangelios y Hechos ¡completos!...

 

Buscáis a Jesús de Nazaret… Id… a Galilea. Allí le veréis (Marcos 16,6-7)

 

Texto a texto, la narradora María Magdalena, nos ha traído hasta el corazón de la segunda gran palindromía de lo que hizo y dijo su Jesús de Nazaret en las tierras anchas y redondas de su Galilea del norte. Recuerdo de nuevo que esta palindromía había comenzado en 3,13 y concluirá en 6,13. No es complicado memorizarlo. Tres trece hasta seis trece, en Marcos.

 

Por estar en este singular punto del relato quiero volver a citar, y de manera muy destacada, las tres expresiones que leemos en el frontispicio de cada uno de estos comentarios:

¿Buscáis a Jesús de Nazaret…?

Id a Galilea…

Allí le veréis…

Llegaron a la otra orilla del lago-mar. A la región de los gerasenos. En cuanto desembarcó Jesús, le salió al encuentro un hombre de entre los sepulcros… ¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo... No me atormentes… ¿Cómo te llamas?... Legión… somos muchos… Unos dos mil…” (5,1-20).

 

En la barca de las parábolas y de la tempestad del lago iban Jesús, los doce, los seguidores y tú misma, María de Magdala y las demás mujeres, de quienes hablas en Marcos 15,37-41, las seguidoras. Todas y todos llegaron a la orilla, pero al parecer sólo Jesús saltó de la barca y se adentró en la tierra de los gerasenos. ¿Por qué todos los demás se quedaron en la barca? ¿Por qué te quedaste tú también, Magdalena, en la barca? ¿Acaso visteis de lejos la catadura deshumanizada-deshumanizadora de aquel poseído que salía de entre los sepulcros?

 

Y si todos dejasteis solo a Jesús, ¿fue él quien os contó lo que habló con su amigo el deshumanizado Legión o alguien de los vuestros se lo inventó para escribirlo? Y me es imposible creer que todos seguisteis dentro de la barca cuando llegaron las gentes de aquellos alrededores a hacerse cargo de Jesús que les había sacrificado el futuro de sus días con el despeñamiento y muerte en el lago de sus dos mil cerdos (5,11-13), ¡ibéricos de pata negra!

 

Aquel deshumanizado Legión, endemoniado, “al que nadie podía dominar” (5,4), ¿quién era?, ¿por qué vivía ahí y así?, ¿qué le sucedió en su encuentro con Jesús para que sus paisanos le encontraran “sentado, vestido y en su sano juicio” (5,15)? No olvido que todo esto está sucediendo, según el relato, en ‘la otra orilla’ del lago-mar, que es la orilla oriental y pagana.

 

Ahí están las fronteras de la imperial provincia romana llamada ‘Siropalestina’ que están, ¿por inseguridad o seguridad?, como suele ser natural en cualquiera de los imperios que en el mundo fueron y lo siguen siendo, fuertemente vigiladas y armadas. ¿Por qué no voy a pensar ahora que este territorio de frontera y su contexto es el LEGION donde acude a evangelizar Jesús y a todos se les/nos pone la piel del miedo y del rechazo? Y muros de fronteras así los tenemos recién derribados (Alemania), recién levantados (Israel-Palestina) y hasta proyectados (USA-México).

 

Este es el ámbito de vida de todo LEGION donde sí es posible buscar, encontrar y ver la presencia de Jesús de Nazaret y de su Evangelio…, ¡si se salta con él de la barca! Carmelo Bueno Heras. Domingo 19º del Evangelio de Marcos (02.04.2017): Marcos 5,1-20.

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