domingo, 6 de junio de 2021

PRESENCIA DE PERSONAS. HUMANIDAD.- Domingo de ‘el Cuerpo y Sangre de Cristo’ Ciclo B (06.06.2021): Marcos 14,12-26. Pan y vino compartidos y CINCO MINUTOS con la Biblia entre las manos. Domingo 28º: 06.06.2021. - Bueno en todos sus sentidos: eu...

 

PRESENCIA DE PERSONAS. HUMANIDAD.

Mes de junio. Después de escribir esas tres palabras me he quedado sin vocales ni consonantes durante un rato tan largo que sólo yo soy capaz de estar sorprendido. Me he quedado sin palabras y sin saber cómo continuar. Sin saberlo ni quererlo me llegó como una brisa suave una primera palabra y luego otra y otras detrás. Muchas. Tantas que sin pensarlo más mis neuronas acompasaron los movimientos de su peculiar cedazo y me fui quedando de nuevo casi in albis de vocablos. Contemplé con serenidad la criba y conté: una, dos, tres. Y nada más. Tres palabras. Como en esa primera expresión de estas líneas, 'mes de junio'. Tres. Una u otra trinidad alfabética: arroz, maíz, pan.

Yo soy el arroz de la vida. Yo soy el maíz de la vida. Yo soy el pan de la vida.

Creo que esta contemplación se me hizo mantra en los adentros y no dejé de repetirlas tantas veces como la brisa acaricia la piel del agua quieta en las mañanas dulces del mes de junio en mi tierra. Yo soy el arroz de la vida, me decía. E imaginaba tantas cosas con el 'arroz'. Imaginaba. Yo no soy de tierra de arrozales. Tampoco mi cultura es el arroz. Puedo vivir sin arroz días, semanas, meses y años... Y escuchaba. Me escuchaba: Yo soy el arroz. 

Y sin dejar de hablarme me escuchaba también 'Yo soy el maíz'. Yo soy el maíz de la vida. En la infancia consciente de mi pueblo tal vez viera el maíz más de una vez. Nos vimos, seguramente, sin conocernos. Luego me sorprendió recordar haber visto y leído el título de un libro junto al nombre de su autor:  Hombres de maíz, Miguel Ángel Asturias. El título define ya las esencias de una cultura, de una manera de ser y de estar y de vivir. Y la palabra 'maíz' se me suspendió en el aire de la ensoñación como se suspende la semilla de un vilano que no acaba de aterrizar... Pensaba. ¿Cuántas veces aparece en la biblioteca de la biblia la palabra 'maíz'? ¿En cuál de sus libros del antiguo o del nuevo testamento? Ni una sola referencia. Los dioses patronos o matronas del camino de la vida en esta tierra y los inspirados escritores, hombres o mujeres, de las leyendas del tiempo bíblico desconocían el maíz y nada nos dijeron de su presencia. Sin embargo, el mantra de mis adentros continuaba: Yo soy el maíz de la vida... Me rimaban en asonancia este maíz con esta vida, pero rimaban bien. 

Arroz, maíz..., pan. Y en este momento, mientras deletreaba 'pan' se me encendió en el sueño una luz intensísima. Yo soy el pan de la vida, escuché. Y no me atrevía a mirar a mi alrededor porque estaba en medio de un inmenso campo de trigo en verano. Este campo de mi tierra era como un mar de espigas. Yo soy el pan de la vida. Y aquellas espigas se hicieron haces y luego parva en la trilla, y más tarde molienda y harina, y luego masa en la artesa y hogaza en el horno y pan tierno y fresco en la mesa de casa. Yo soy el pan de la vida, me repetía esa voz en mil susurros de matices y cientos de melodías. Yo soy el pan de la vida.

¿Cuerpo de Cristo? Cuerpo de Jesús de Nazaret. Trigo de la vida, Maiz de la vida, Arroz de la vida... Pan de arroz, Pan de maíz, Pan de trigo... Yo soy. Yo soy. Yo soy..., comida en la mesa compartida. Comida agradecida. Comida eucaristía. Comida y comensalidad humanizadoras. Yo soy 'presencia de personas'. Humanidad.

Muy feliz semana. A continuación se encuentran los comentarios evangélicos del próximo domingo 6 de junio. 


Domingo de ‘el Cuerpo y Sangre de Cristo’ Ciclo B (06.06.2021): Marcos 14,12-26. Pan y vino compartidos. Me lo escribo CONTIGO, 

Se acabaron ya los días de las fiestas de Pascua en la Iglesia. Y hemos llegado al cuarto y último domingo después de la Pascua: el domingo del llamado en latín Corpus Christi. Una fiesta que se solía celebrar en jueves al igual que el primer jueves santo de la historia y aquel otro jueves de la Ascensión. Alguien recordará lo de ‘tres jueves hay en el año que relumbran más que el sol...”

 En esta fiesta del Corpus la liturgia eclesial nos invita a leer un texto ‘podado’ del llamado Evangelio de Marcos 14,12-26. Lo llamo podado porque no se nos leerá 14,17-21 en la liturgia, en donde la mano evangelizadora nos ha constatado el anticipo que hace su Jesús de Nazaret sobre la posterior traición de Judas. Parece ser que a la iglesia vaticana no le hace la menor gracia que escuchemos este dato. Por eso antes de la celebración, me tomaré con gusto el trabajo de empaparme del mensaje de todo el capítulo decimocuarto de este Evangelio.

Para muchas personas de Iglesia será muy importante detenerse sin prisas en Mc 14,22-26: “Mientras cenaban, Jesús tomó pan... Luego tomó una copa... Y cantados los himnos salieron hacia el Monte de los Olivos”. Después de esta lectura todos tomarán asiento y el celebrante comenzará su homilía. A veces me imagino ser un aprendiz de espía o de sociólogo...

El celebrante, el sacerdote, el pastor, el predicador en y desde su cátedra iniciará la exposición de su magisterio y se vendrá a decir que en este relato de la última cena de Jesús con los DOCE se instituyó la Eucaristía, el centro y el culmen de toda la acción eclesial. Y a más de uno de estos celebradores se les ocurrirá recordar que Jesús dijo explícitamente que sólo a los Doce se les dijo ‘haced esto en memoria mía’. Debo decir que esta expresión no está en el relato de Marcos. El asunto de la institucionalización sacramental vino mucho después de la sepultura de Jesús.

Fue la iglesia quien institucionalizó este comer el pan y beber el vino como sacramento. De esta manera, la iglesia fue constituyéndose en Religión como Religión lo era el judaísmo y luego lo fue el islam. En el origen y con Jesús de Nazaret sólo existió la Buena Noticia de reunirse a compartir mesa, mantel, comida y bebida, aunque de esta manera se rompieran ciertas normas del ritual de la Pascua judía o de la tradición de comer alimentos puros o impuros con personas puras o impuras. ¿No resultaba provocadora esta comensalidad de Jesús?

Tal vez algún otro predicador más adiestrado en los comentarios se atreva a hablar de otro sacramento no menos intencionadamente interesado. El sacramento del ministerio ordenado otorgado por el mismo Jesús de Nazaret a los solamente DOCE, varones y célibes, de aquel momento y de los posteriores de la historia del cristianismo. La osadía interpretativa llega a tal retorcimiento del mensaje que se llega a confundir la misma luna que se ve con el propio dedo. Ni de futura eucaristía, ni de posterior sacerdocio ni de sacramento alguno se habla en este singular relato de la última cena pascual de Jesús con sus gentes según el Evangelio de Marcos.

Pensará más de uno de los lectores que pretendo cambiar el estado de estas cosas sacramentales mantenido en la Iglesia durante siglos. Merece poco la pena malgastar energías o violentar evidencias. Importa, en cambio, atreverse a investigar los orígenes, tratar de comprender la historia de los hechos, dudar de lo inamovible y arriesgarse a iniciar senderos alternativos. Creo que ésta fue la iniciativa novedosa y buena del laico de Nazaret llamado Jesús. Por esto, a nadie nos debe extrañar que se le considerara muy despreciativamente ‘comilón y borracho’ (Mt 11,16-19 y Lc 7,31-35). Carmelo Bueno Heras

 

CINCO MINUTOS con la Biblia entre las manos. Domingo 28º: 06.06.2021. Después de comentar los cuatro Evangelios y Hechos ¡completos!...

Bueno en todos sus sentidos: eu...

 

Cuando esta página aparezca impresa estaremos ya en el mes de octubre. Bélgica será ahora la presidenta de Europa. Esto quiere decir que España desempeñó esta tarea en el primer semestre de este 2010. Con tal motivo, Correos puso en circulación una curiosa estampilla adhesiva para los adeptos, ¡todavía!, a la vieja costumbre de escribir y enviar cartas. El logotipo de este sello de correos era ‘eu’ y su leyenda decía: “Presidencia Española de la Unión Europea”.

 

Me gustó esta estampilla adhesiva desde que la vi por primera vez. En el uso frecuente que he hecho de ella, muy al margen de los asuntos políticos, una cuestión bíblica solía ocupar en silencio mis pensamientos. Claro que ese ‘eu’ remite a ‘Europa’, pero a mí me llevaba de la mano hacia esa curiosa partícula que, en la lengua griega, acompaña a multitud de palabras. Y este acompañamiento lo realiza siempre a modo de guía, de orientador, de primer caminante, porque siempre se coloca “por delante” para levantar su estandarte de “bondad”. Esta partícula griega significa, según he constatado en varios diccionarios, “bueno en todos los sentidos”. Dudo de que se pueda decir mejor y más claro.

 

Déjenme, ahora, que recuerde sólo algunos pormenores del lenguaje. Conozco a Eu-logio (es decir, conozco a una persona que utiliza bien el ‘logos’, la palabra; él es un buen orador-escritor). En el mismo sentido, pero con diferentes matices, Eu-femio (del verbo “femí”) es un “buen hablador”. Y nadie tiene un origen (génesis) tan bueno como Eu-genio. Hoy dedico esta página a mi buen amigo Eu-sebio (que además de bueno es también ‘piadoso, religioso, honesto’) con quien compartí recientemente una fraternal comida y sobremesa. Por fin, me gustaría conocer a alguien que se llamase Evangelina.

 

Ev-angelina no tiene “propiamente” un “eu” por delante de “angelina”. Cuando el “acompañado” tiene la peculiaridad de comenzar por vocal, el acompañante ‘eu’ se reacomoda en su vocalización para hacer más fácil y agradable el camino de la pronunciación. De este modo, el complicado movimiento labio-bucal de “eu-angelina” se simplifica y dulcifica en “ev-angelina”. Esta femenina Evangelina encuentra su correspondiente masculino en Evangelio. Evangelina y Evangelio son, en todos sus sentidos, “la buena noticia o/y el ángel bueno”. Marcos, el primer escritor de un relato breve sobre Jesús de Nazaret, decidió utilizar, precisamente desde el comienzo, la palabra ‘eu-angel’ para responder a estas dos importantísimas preguntas: ¿quién fue Jesús?, ¿cómo se debe hablar de él? En síntesis y de la mano de Marcos, lo primero y principal que debemos decir de Jesús es que fue “el ángel bueno” o “la buena noticia”.

 

Creo que de “eu-angel” procede la palabra “ev-angelizar”. Y evangelizar es la tarea que está definida y proclamada por la Iglesia como su primera y principal misión. Por eso me pregunto ahora, ¿los seguidores de Jesús somos ángeles y buenas noticias para todos, siempre y en cualquier lugar como lo fue Él?

 

Acabo ya, renuncio a hablar de la Presidencia de la Unión Europea. Pero confieso que la estampilla de Correos me enseñó a contemplar la realidad con ojos evangélicos. Y, por fin, espero que también esta página, la 100ª exactamente, haya sido para muchos un buen acompañante, un ángel bueno, una buena noticia en todos los sentidos.

Carmelo Bueno Heras. Educar hoy 124 (octubre de 2010). 

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