domingo, 26 de abril de 2015

Domingo de la IV semana de Pascua, Ciclo B (DOMINGO DEL BUEN PASTOR) Maná y Vivencias Pascuales (22), 26.4.15

Domingo de la IV semana de Pascua, Ciclo B



DOMINGO DEL BUEN PASTOR
Jornada mundial de Oración por las vocaciones consagradas
.
 «Yo y el Padre somos uno.» Nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño
«Yo y el Padre somos uno» Nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño

TEXTO ILUMINADOR.- El Cordero que está delante del trono será su pastor, y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas. Y Dios enjugará las lágrimas de sus ojos.
.


Antífona de entrada: Sal 32, 5-6
La misericordia del Señor llena la tierra, la palabra del Señor hizo el cielo. Aleluya.


ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que has dado a tu Iglesia el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo; concédenos también la alegría eterna del reino de tus elegidos, para que así el débil rebaño de tu Hijo tenga parte en la admirable victoria de su Pastor. Por nuestro Señor.


PRIMERA LECTURA: Hechos de los apóstoles 4, 8-12
En aquellos días, Pedro, lleno de Espíritu Santo, dijo:
«Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros.
Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.»
.


SALMO 117, 1 y 8-9. 21-23. 26 y 28-29
La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.
Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres, mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los jefes.
Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente.
Bendito el que viene en nombre del Señor, os bendecimos desde la casa del Señor. Tu eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.


SEGUNDA LECTURA: 1 Juan 3, 1-2
Queridos hermanos:
Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.
Queridos, ahora somos hijos de Dios y aun no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.


Aclamación antes del Evangelio: Juan 10, 14
Aleluya, aleluya. Yo soy el Buen Pastor, dice el Señor, conozco a mis ovejas y ellas me conocen. Aleluya.


EVANGELIO: Juan 10,11-18
En aquel tiempo, dijo Jesús:
«Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.
Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.
Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.
Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.»


Antífona de comunión
Ha resucitado el buen Pastor que dio la vida por sus ovejas y se dignó morir por su grey. Aleluya.


.
COMENTARIO
Conforme vamos avanzando en el camino pascual, la Iglesia nos recuerda los pasos de la primitiva comunidad de los discípulos de Jesús. Ellos experimentaron un proceso de crecimiento en la fe que posibilitaba el triunfo real de Jesús Resucitado en todos los ámbitos de la vida: en lo personal, comunitario y social; tanto en el mundo judío, como en el pagano.
Estamos en los últimos tiempos y la voluntad salvífica del Padre tiene que hacerse efectiva porque Cristo ha llevado a plenitud la salvación en su propia persona y ha dejado su Espíritu para que los discípulos puedan hacer las mismas obras que su Maestro. Pedro y los apóstoles hacen milagros y signos que suscitan la admiración de la gente y la fe. La Palabra es proclamada con poder, la Iglesia se edifica y robustece, los que creen quedan llenos del gozo del Espíritu.
El Resucitado lleva a plenitud el pastoreo que ejerció durante su vida terrena gracias a la acción del Espíritu. Al despedirse Jesús les dijo claramente: Me quedan muchas cosas por deciros, pero por ahora no podéis cargar con ellas; cuando venga el Espíritu, os enseñará todo.
Gracias al Espíritu que les ha insuflado el Resucitado, los discípulos pueden escuchar mejor la voz inconfundible de su Señor, el Buen Pastor, y lo siguen con mayor convicción y valentía, con esperanza. Los sostiene el Espíritu derramado en sus corazones que les atestigua que Cristo está vivo y que el Padre los ama y les ha entregado definitivamente el Reino.
Por eso, celebramos hoy a Cristo el Buen Pastor. Él sigue vivo reuniendo a sus hermanos de entre todos los pueblos. La Palabra no está encadenada y debe ser predicada hasta los confines de la tierra. Y como la mies que le ha dado el Padre es abundante, Cristo sigue buscando colaboradores para llevar a cabo la obra que el Padre le ha encomendado, y que nadie se pierda. Para tan ingente tarea faltan brazos. Hoy la Iglesia, extendida por todo el mundo, pide al Dueño que envíe obreros a su mies.
Además de orar, nuestro compromiso debe llegar hasta la promoción y propuesta de la vocación a ciertas personas que conocemos. En estos días los Hechos de los Apóstoles nos recuerdan la conversión de san Pablo y su llamada a predicar el Evangelio a todas las gentes. ¿Proponer la vocación y llamar a un perseguidor de la Iglesia? ¡A quién se le ocurre!
Así son los designios de Dios. Para él todo es posible. Él quiere seguir llamando porque nadie debería perderse. ¿Le prestarás tu voz para proponer a tu hermano, cercano o lejano, el seguimiento de Jesús? A lo mejor, tú mismo podrías ofrecer tu voz y tus pies para proclamar que Cristo está vivo, ya que la mies sigue siendo en nuestros días abundante y los obreros pocos. Piénsalo ante Cristo el Buen Pastor, cuyo corazón es consumido por el celo de la gloria de Dios.
Con esta intención vocacional y de testimonio elevamos nuestra súplica agustiniana en comunión con toda la Iglesia.
.
.
SEÑOR, DIOS NUESTRO: HAZ QUE EL CLAMOR DE TU VOZ LLEGUE A MUCHOS; QUE SE LEVANTEN Y VIVAN UNIDOS EN TI.
PREPARA SUS CORAZONES CON TU PALABRA, DE MODO QUE SE DISPONGAN A EVANGELIZAR A LOS POBRES, Y A CUIDAR DE TU MIES ABUNDANTE.
SEÑOR, QUE TODOS LOS LLAMADOS A LA VIDA AGUSTINA RECOLETA ESCUCHEN TU VOZ Y PUEDAN CUMPLIR TU VOLUNTAD.- AMÉN.

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario