lunes, 4 de septiembre de 2017

Santa Rosalía. Patrona de Palermo, Anzoátegui y contra enfermedades y pestes (4 de septiembre)

Santa Rosalía. Patrona de Palermo, Anzoátegui y contra enfermedades y pestes

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Patrona de Palermo, defensora contra enfermedades y pestes. Santa Rosalía practicó una vida solitaria llena de humildad oración y penitencia

 
Santa Rosalía (1130-1166) fue una joven de la nobleza que se hizo ermitaña por amor a Dios. En su juventud, Santa Rosalía vivió rodeada de vanidades y apegos terrenales pero luego entregó su corazón a Dios. Dejó su casa y y se fue a vivir en una cueva y en las paredes de la misma, ella escribió: "Yo, Rosalia, hija de Sinibald, Señor de Rosas y Quisquina, he tomado la decisión de vivir en esta cueva por el amor de mi Señor Jesucristo". Allí permaneció oculta del mundo. Practicaba grandes mortificaciones y vivía en constante oración y comunión con Dios. Se fue a vivir después al monte Pellegrino, a unos tres kilómetros de Palermo. Murió sola, en el año 1160. Su cuerpo fue descubierto varios siglos más tarde, en 1625. Santa Rosalía es la patrona de Palermo en Italia, y tres ciudades de Venezuela: El Hatillo, Zuata y Anzoátegui. También se le invoca contra las enfermedades y pestes.

Fiesta: 04 de septiembre

Martirologio romano: En Palermo, Santa Rosalía, virgen, de quien se conoce por tradición que practicó una vida solitaria de ermitaña en el Monte Pellegrino.

Biografía de Santa Rosalía

Santa Rosalía fue la hija de una familia perteneciente a la nobleza. Vivió en una época feliz de renovación cristiana, que los reyes normandos restablecieron en Sicilia, después de expulsar a los árabes que habían ocupado la isla desde el 827 al 1072.
Durante ese periodo hubo una gran propagación monasterios benedictinos, y sintiendo el llamado de Dios, la joven dejó la vida cortesana y se retiró a la oración en una cueva del monte Pellegrino, donde, según los antiguos libros litúrgicos, murió el 04 de septiembre 1160 a la edad de 35 años

Ermitaña por amor a Dios

La tradición dice que su padre fue el duque Sinibaldo, y su madre era María Guiscarda, prima del rey normando Roger II
Desde muy joven, Rosalía atraía con su belleza a la admiración de los caballeros nobles. Uno de sus pretendientes de mayor envergadura fue, según la tradición popular, Balduino, el futuro rey de Jerusalén. Pero la joven ya tenía sembrado en su corazón el llamado de Dios.
Siguiendo el ejemplo de anacoretas, quienes dejaban las comodidades y la vida secular, Rosalía se retiró a una cueva en el feudo paterno de Quisquinia, a unos 20 km. de Madonie, cerca de un monasterio benedictino.
Luego que pasó allí un tiempo de intensa penitencia, la joven ermitaña se trasladó a una cueva del Monte Pellegrino, un hermoso promontorio cerca de Palermo, junto a una iglesia bizantina, en una celda construida sobre un pozo que aún existe
Los benedictinos del monasterio fueron capaces de seguir y ser testigos de la vida de Rosalía, que vivió sumisa en una completa oración, soledad y penitencia; muchas personas locales subían a la montaña atraídos por su fama de santidad.
Según la tradición, murió el 4 de septiembre, probablemente en el año 1160. Su culto se propagó rápidamente y en su honor le fueron construidas algunas iglesias en diversas áreas de Sicilia, así como una capilla en el Monte Pellegrino, cuya imagen se reproduce en el Catedrales de Palermo y Monreale; una iglesia fue construida también en Rivello, provincia de Potenza.
En Monte Pellegrino sus seguidores, los llamados "ermitaños de Santa Rosalía" vivieron en soledad hasta el siglo 16, en cuevas cercana donde vivía la joven ermitaña.
Hacia mediados del siglo 16, el virrey John Medina construyó un convento junto a la iglesia que incluía la cueva, por la "Orden Franciscana de Santa Rosalía y Monte Pellegrino"

Milagros después de descubrir sus reliquias

En 1625, durante un brote de peste Negra, un ermitaño tuvo una visión de Santa Rosalía, quien le dio instrucciones para buscar sus restos. Un grupo de monjes, dirigido por el ermitaño, hizo lo que le pidió la Santa y encontró la cueva del monte Pellegrino, donde ella había muerto.
Enfundados en cristal de roca, fueron descubiertas las reliquias de Santa Rosalía como un gran tesoro y numerosos milagros se han atribuido a su presencia a partir de ese momento. Sus restos fueron mostrados en procesión por las calles, y la plaga terminó poco después.
A Santa Rosalía se le acreditó con poner fin al sufrimiento de la plaga, y sus fiestas se elevó al rango de un día de precepto por el Papa Pío XI en 1927, por clamor popular.
La celebración tradicional de Santa Rosalía se sigue produciendo hoy en día en Palermo. Tiene una duración de cinco días y se celebra con una procesión sin igual, anunciada por fuego de cañón.
La capilla de la santa va montada encima de un carro gigantesco lleno de músicos, atraviesa la ciudad arrastrada por cuarenta mulas, acompañados de oraciones, himnos y aclamaciones.
Santa Rosalía, ruega por nosotros. Amén
 
PildorasdeFe.net | Biografía de Santos y Beatos

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