jueves, 2 de noviembre de 2017

Santos del día 3 de noviembre

Santos del día 3 de noviembre
Tertio Nonas novembris
   San Martín de Porres, religioso (2 coms.) - Memoria litúrgica   
San Martín de Porres, religioso de la Orden de Predicadores, hijo de un español y de una mujer de raza negra, quien, ya desde niño, a pesar de las limitaciones provenientes de su condición de hijo ilegítimo y mulato, aprendió la medicina que, después, siendo religioso, ejerció generosamente en Lima, ciudad del Perú, a favor de los pobres. Entregado al ayuno, a la penitencia y a la oración, vivió una existencia austera y humilde, pero irradiante de caridad.
En Cesarea de Capadocia, santos Germán, Teófilo y Cirilo, mártires.
En Agrigento, de Sicilia, san Libertino, obispo y mártir.
En la región de Lauragais, en la Galia Narbonense, san Pápulo, venerado como mártir.
En Viterbo, del Lacio, santos Valentín, presbítero, e Hilario, diácono, mártires.
En la Bretaña Menor, san Guenael, venerado como abad de Landevenec.
En Roma, conmemoración de santa Silvia, madre del papa san Gregorio I Magno, de la que el mismo Pontífice dejó escrito que había alcanzado la cima de la oración y de la penitencia, siendo óptimo ejemplo para todos los demás.
En el monasterio de Hornbach, junto a Estrasburgo, en Burgundia, sepultura de san Pirmino, obispo y abad de Reichenau, que evangelizó a alamanes y bávaros, fundó muchos monasterios y compuso para sus discípulos un libro para catequizar a los campesinos.
En el cenobio de Antidio, en Bitinia, san Juanicio, monje, que, después de más de veinte años al servicio de las armas, vivió solitario en varias montañas del Olimpo, y solía acompañar su oración con estas palabras: «Dios es mi esperanza, Cristo mi refugio, el Espíritu Santo mi protector».
En Alem, de Flandes, conmemoración de santa Odrada, virgen.
En Urgel, en la región hispánica de Cataluña, san Ermengol, obispo, uno de los preclaros pastores que se cuidaron de restablecer la Iglesia en las tierras rescatadas del yugo de los sarracenos. Construyó un puente poniendo los materiales y su mano de obra, pero, resbalándose de lo alto, murió entre las piedras por fractura del cráneo.
En el territorio de los marsos, en el Abruzo, beato Berardo, obispo, que sobresalió en la extirpación de la simonía, la restauración de la disciplina clerical y la sustentación y protección de los pobres.
En Cudot, en la región de Sens, en Francia, beata Alpaide, virgen, que, siendo jovencita, cruelmente herida y abandonada por los suyos, vivió recluida en una minúscula celda hasta la ancianidad.
Cerca del monasterio de Fieschingen, santa Ida, reclusa.
En Rímini, de la provincia de Flaminia, beato Simón Balachi, religioso de la Orden de Predicadores, que entregó toda su vida al servicio de los hermanos, dedicado a la penitencia y a la oración.
En Milán, de la Lombardía, muerte de san Carlos Borromeo, obispo, cuya memoria se celebra mañana.
Junto a la fortaleza Xa Doai, en Tonquín, san Pedro Francisco Nerón, presbítero de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París y mártir, que, en tiempo del emperador Tu Duc, vivió tres meses encerrado en una cueva estrechísima, donde, herido atrozmente con varas, se abstuvo durante tres semanas de todo alimento y consumó su martirio al ser finalmente decapitado.
En Linares, de Jaén, España, beato Manuel Lozano Garrido,llamado popularmente «Lolo», periodista, que dio alegre testimonio del Evangelio en medio del sufrimiento de una parálisis progresiva.

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